Aviario

Abr 2 • destacamos, Ficciones, principales • 3776 Views • No hay comentarios en Aviario

POR MARIO TASCÓN

@mtascon

 

Antes de que el escritor español Ramón Gómez de la Serna se adueñara de la palabra “greguería” para definir sus metáforas humorísticas, este término significaba algarabía, gritería confusa, piar desordenado de los pájaros en un bosque. Hoy, lo que sucede en las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram…) obliga a recuperar para el castellano la acepción de antaño, dejando a don Ramón la suya bien ganada, ya que ha vuelto el vocerío en el nuevo bosque digital, donde hay cada vez más especies con incontables tipos de canto, diferentes timbres y volúmenes dispares.

 

El sabio rey Salomón fue en la Antigüedad el único que conocía el lenguaje secreto de los pájaros, el único que extraía información de la greguería. No nos parece de recibo que sólo algunos sean propietarios de algo tan enjundioso y, por eso, hemos preparado este Aviario, para que tú, lector, amigo y cómplice, tengas las referencias suficientes con las que sobrevivir en las redes sociales.

 

Queremos compartir contigo esta moderna piedra Rosetta en la que se interpretan las claves secretas de los habitantes que pueblan este bosque social plagado de vídeos, instantáneas, bits, mensajes, megustas, ceros y unos.

 

Con este opúsculo aprenderás a distinguir las principales especies, qué papel tienen y cómo actúan y, con muy poco esfuerzo, te reconocerás a ti mismo en alguna de ellas. Entonces, la greguería dejará de ser ruido para convertirse en la expresión cristalina de un conjunto de mensajes perfecto, divino y mágico.

 

Alondra

Los madrugadores, los tempraneros, quienes despliegan toda su energía desde primera hora de la mañana y se acuestan pronto porque en la tarde ya se encuentran agotados. Cantan durante el vuelo y reflejan la alegría de vivir. Avisan al resto de los peligros; no en vano fue una alondra la que, con su canto, alertó a Romeo y Julieta de que ya amanecía y podían ser descubiertos.

 

Buitre

Buscan camorra. De derechas, de izquierdas, de sectas diversas. Son fanáticos. Antes de las redes sociales eran conocidos como “troles”, seres anónimos que volcaban su odio en los comentarios de la red. Pero el trol no vuela, reclama carnaza. Sólo quiere molestar y suele ocultarse detrás de cuentas falsas. A veces planea en círculos alrededor de una presa a la que intuye débil. En Twitter no se es nadie hasta conocer y sufrir a alguno, pero es fácil bloquearlos para evitar molestias.

 

Cuervo

El ladrón de la Web. Es señal de malos augurios, por lo que nadie quiere verlo cerca. No respeta el trabajo de los demás y no sigue el código de conducta que aconseja citar a aquella persona que ha descubierto un buen contenido o que ha sido ingenioso con una frase ocurrente. Si ven algo que les gusta, lo copian, lo pegan y se lo apropian.

 

Sin miramientos. Hay cuentas que están especializadas en vivir del material que otros crean o localizan.

 

Martín Pescador

Haciendo un ejercicio de sinceridad, muchos periodistas que abundan en las redes más públicas, como Twitter, saben que Martín Pescador podría ser su segundo nombre. Rápidos y ligeros, acechan a sus presas (noticias y exclusivas) y se abalanzan sobre ellas en cuestión de segundos. Son muchas las aves interesadas en quedar bien con el martín pescador, y hasta hay quienes se disfrazan con sus plumas para protegerse: “mira lo que tengo… Si te metes conmigo, llamo a mi primo el martín pescador”.

 

Mike

Cuando en 1945 el señor Olsen, en Colorado (EE. UU.), fue a decapitar un pollo y preparar un buen pescuezo para la cena con su suegra, no podía sospechar que Mike, el pollo, sobreviviría a su errado hachazo durante dieciocho meses. A partir de entonces,  “Mike, el pollo sin cabeza” inauguró una estirpe de humanos que trabajan, viven y piensan (?) como pollos sin cabeza. No tienen rumbo, avanzan a tontas y a locas, y abundan en estos bosques en la misma proporción que en las calles de las ciudades.

 

Murciélago

Muchos aprovechan la noche para crear algunos de sus mejores mensajes. Sus textos son leídos por la forma canalla e inteligente de tuitear que tienen. Un poco ásperos a veces, pero saben de qué hablan. Son especiales, mordientes, provocadores, y la comunidad les guarda el debido respeto. Nadie sabe a qué especie exacta pertenecen ni qué forma tienen… ¿Cómo? ¿Que los murciélagos no son pájaros? Seguro… Pero vuelan.

 

Paloma

Representante de la paz y del buen rollo. Se disgusta ante las turbas que se lanzan contra otros tuiteros cuando cometen un error, e incluso suelen intervenir pidiendo calma. Apoyan las causas solidarias y las difunden. Son reconocidos por mensajes como el famoso:

 

Imagina que no hay países. 

No es difícil de hacer. 

Nada por lo que matar o morir, 

tampoco la religión. 

Imagina a toda la gente 

viviendo la vida en paz.

 

Pato de goma

La manera en que el pato de goma toma forma humana, cambia dependiendo de la orilla del Atlántico en la que se encuentre. En el lado europeo, son de goma las personas flexibles, las que saben cómo adaptarse a cualquier circunstancia. En la orilla americana, especialmente en la que recorre Argentina, los patos de goma se arriman a los demás y en ocasiones resultan algo pesados.

 

Elige tu orilla.

 

*FOTO: Ilustración de la especie alada que habita en las redes sociales conocida como “Martín pescador”/ Javier Tascón

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