Navidades parias

Dic 23 • destacamos, Lecturas, Miradas, principales • 5037 Views • No hay comentarios en Navidades parias

POR ETHEL KRAUZE

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Anda estrenándose en librerías una antología de autores mexicanos contemporáneos, hombres y mujeres, que acudieron al llamado, a través de Beatriz Espejo y yo, de ofrecer a los lectores una serie de cuentos para leer en Navidad, editada por Lectorum.

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Hace muchos años, cuando todavía tenía la juventud pegada a la piel, una querida amiga de entonces se lamentaba porque no tendría con quién pasar la Navidad. Estaba divorciada y los hijos dispersos, los padres la aburrían y el cielo se le cerraba. Yo, acostumbrada a ser una eterna entenada en las casas que generosamente me ofrecían asilo en esas fechas, mientras rumiaba mi condición judía con una sonrisa entre trágica y avergonzada, tuve una súbita epifanía: ¿y si armábamos nosotras una fiesta?, ¿y si invitábamos a otras almas solitarias a celebrar, precisamente, esta hermandad?

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Así nacieron las “navidades parias”, que se volvieron famosas de boca en boca, a la usanza de las redes sociales de la época. La lista de convocados incluía a solteros, divorciados, viudos, separados; personas con orientaciones sexuales y religiosas diferentes o ateos, que no eran aceptadas por las familias tradicionales; artistas incomprendidos; personas con un profundo rechazo a las costumbres y los rituales sociales, comerciales y eclesiásticos; personas con inclinaciones melancólicas, depresivas o que odian la Navidad. Se solicitaba que los interesados en asistir cumplieran por lo menos dos de aquellos requisitos. Muchos se sentían felices de rebasarlos con creces. Mi amiga ponía la casa, la espléndida cena; yo ayudaba con el arbolito y la parafernalia, y cada quien llegaba con algo bajo el brazo para brindar. Comíamos a lo grande, bebíamos con júbilo y bailábamos al son de las bocinas con los discos más raros del mundo.

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Legitimamos nuestro derecho a ser felices, como todas las personas de bien. Finalmente descubrimos que la luz y la redención llegaban para todos en el aire con olor a pino de la Noche Buena. Nosotros, los otros, también éramos personas de bien.

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Cuando Beatriz Espejo me llamó para esta antología (además del gusto por volver a trabajar con esta gran escritora y amiga en la elaboración de antologías que ya suman Atrapadas en la casa, Atrapadas en la cama, Mujeres engañadas y Atrapadas en la madre), no lo dudé ni un instante, recordé el cuento que titulé “Isaías VII, 14”, y entendí que en una antología de esta naturaleza debían caber los claroscuros de una fecha que toca, para bien o para mal, a todos los corazones.

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En este cuento una familia judía, ávida de sentirse parte de la alegría vedada, decide ir a un Sanborns a cenar durante la Noche Buena. Pronto cada uno de sus miembros termina sitiado por sus culpas y temores, en una violenta escena que sólo hacia el final encuentra una ventana donde redimirse.

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Varios de los autores convocados mostraron reticencias en cuanto al estereotipo de la Navidad. Algunos se horrorizaron con sólo nombrar la palabra “Navidad”. Otros, apenas contestaron con un “a mí no me gusta la Navidad” o “aborrezco esas fechas”. También hubo quienes preguntaron si podrían enviar textos que no fueran, digamos, “amigables” con la Navidad.

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Aclaramos que no buscábamos ideología, promoción o almíbar de tarjeta para vender. Las antologadoras no pretendíamos sesgar, deformar o imponer una mirada unilateral. Por el contrario, buscábamos reciclar un tema demasiado manido, sobre todo en fechas decembrinas. La literatura es el ojo que mira con mejor y mayor profundidad de la realidad. ¿Cuál está siendo esa realidad desde la pluma de los escritores mexicanos contemporáneos de variados estilos y generaciones?

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La Navidad con sus muchas caras es el objetivo literario de esta obra. Juan José Arreola, Daniel Sada, Pedro Palou, Ana Clavel, René Avilés Fabila, Ana García Bergua, Carmen Boullosa… sólo por citar algunos de los veintitrés. Y sí, hay cuentos de remembranzas y de lágrimas. Cuentos de horror y sarcasmo. Cuentos entre góticos y tragicómicos. Cuentos en donde la Navidad pasa apenas como bala en un callejón de mala muerte. Cuentos que lindan con lo fantástico y con un realismo bárbaro.

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Cada uno es un descubrimiento. Un guiño para mirar “el otro lado” de las Navidades de cuento que el imaginario colectivo ha construido para darnos ánimo cada fin de año. Cada uno es una propuesta harto diferente, en el estilo y la personalidad de su autor. Pero en conjunto, nos muestran una sonrisa mexicana: ésa que parece calaverita de azúcar y que tanto asusta a los extranjeros que se preguntan cómo es que nosotros nos enfrentamos con una actitud semejante ante la adversidad. Una sonrisa con sus dientes pelados, entre burlona, temeraria y retadora, finalmente vencida en su condición de puro hueso.

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La Navidad, en México, es más un motivo de sufrimiento que de concordia para muchos. Duele, se carga, se alimenta de los anhelos imposibles y se regurgita en enero como enfermedad del alma.

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Todos queremos paz y felicidad, abrazos y regalos. Esperanza y luz. Como en los cuentos. Aunque los cuentos nos demuestren que no todo es felicidad cuando llega la Navidad. Pero sí nos produce felicidad leerlos, porque reflejan nuestra realidad. No estamos solos en estas fechas.

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Foto: Beatriz Espejo y Ethel Krauze (comp.), Cuentos para leer en Navidad: antología mexicana contemporánea, México, Lectorum, 2016.

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