Un matrimonio sin hombre

Jun 29 • destacamos, Lecturas, Miradas, principales • 4132 Views • No hay comentarios en Un matrimonio sin hombre

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En 1901, el matrimonio de dos mujeres escandalizó a la sociedad española. Este libro recupera la historia de esta pareja que hoy es ícono del movimiento lésbico-gay en ese país

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POR ALEJANDRA OJENDI
“Asunto ruidoso. Un matrimonio sin hombre”. Con este titular, el 22 de junio de 1901, el periódico español La voz de Galicia daba a conocer a sus lectores la historia de Elisa y Marcela, dos maestras que se habían casado en la pequeña ciudad de A Coruña, en la región de Galicia. La crónica detallaba que el matrimonio, efectuado por la Iglesia, había sido posible gracias a que una de ellas, Elisa, se había hecho pasar por hombre, y que ambas habían sido descubiertas poco después.

 

Casi cien años más tarde, el 9 de mayo de 1993, el investigador Narciso de Gabriel, de la Universidad de A Coruña, se encontró por casualidad con esa noticia y decidió ir tras las huellas de sus protagonistas. Su investigación duró 15 años y está basada principalmente en periódicos y revistas, así como en archivos de España y Portugal. “Hay pocas fuentes y sobre todo carecemos de fuentes de primera mano, de diarios personales o de correspondencia, por lo que fue una investigación un poco complicada”, comenta el catedrático en Historia de la Educación en entrevista. El resultado ha sido la publicación, primero en gallego y luego en castellano, del libro Elisa y Marcela, más allá de los hombres, que este año Ediciones Morata ha publicado en una nueva edición bajo el título Elisa y Marcela. Amigas y amantes.

 

De Gabriel (Cádavo, 1955) reconstruye en el libro la historia de estas dos mujeres que se conocieron en la Escuela Normal de A Coruña a mediados de 1880 y que vivieron juntas en el pueblo gallego de Dumbría, donde Marcela daba clases. Fue ahí donde ambas maestras, que pasaban ante los vecinos como un par de amigas, urdieron el plan para casarse. A finales de abril de 1901, fingieron una pelea a raíz de la cual la primera dejaría el pueblo y se embarcaría a La Habana, cuando en realidad se había trasladado a A Coruña con el objetivo de travestirse y apropiarse de la personalidad de un primo fallecido. En su proceso de transformación, según refiere De Gabriel en el libro, Elisa “se corta el pelo, se viste con ropa masculina, cultiva un modesto bigote, adopta el hábito de fumar y se hace llamar Mario Sánchez Loriga”.

 

Marcela, por su parte, anunció que se casaría con un primo de Elisa que próximamente llegaría a España procedente de Londres. Leía a los vecinos las cartas que Mario le enviaba e incluso anticipó el parecido entre su amiga y su prometido: “No he visto cosa más parecida a Elisa. Es de su misma estatura, tiene la misma voz e iguales maneras, ¡hasta su mismo genio! En fin, si no se tratase de un hombre y de una mujer, parecería que eran una misma persona”, cita el investigador.

Elisa y Marcela portada

 

Los preparativos para la boda

 

Para asumir la identidad de su primo, Elisa, transformada ya físicamente en Mario, se las arregló para conseguir, primero que nada, un acta de bautizo. No sin gran astucia, engañó al párroco de A Coruña, haciéndose pasar por un protestante que había vivido en Inglaterra y quería convertirse al catolicismo. Mario fue bautizado el 26 de mayo de 1901 y, con el certificado de dicho sacramento, obtuvo el principal requisito para su boda religiosa con Marcela. Posteriormente, consiguió a los padrinos y la autorización necesaria del Registro Civil para finalmente casarse con Marcela el 8 de junio de 1901 a las siete treinta de la mañana en la Iglesia de San Jorge A Coruña. “Marcela llevaba un vestido oscuro, se cubría con una mantilla y apretaba un pequeño ramo de azahar contra el pecho. Mario estrenaba un traje de buena factura y lucía sortijas y una cadena de oro”, describe De Gabriel en el libro.

 

Después de oír misa, de comulgar, de entregarse las arras y de aceptarse como marido y mujer, Mario y Elisa se dieron tiempo para hacerse un retrato de bodas, que sería el que después reproduciría escandalosamente la prensa. Luego celebraron su unión con una comida en casa de una de sus amigas. Su arriesgado proyecto se había concretado, si bien serían puestas en evidencia poco después.

 

El descubrimiento del engaño

 

Según cuenta De Gabriel en Elisa y Marcela. Amigas y amantes, el domingo 9 o el lunes 10 de junio (no se tiene certeza del día), la pareja partió rumbo a Dumbría, el pueblo donde ambas eran conocidas, en una diligencia llamada La Lealtad. En ella, una pasajera reconoció a Elisa y, aunque Marcela trató de negarlo, las sospechas de los vecinos se confirmaron una vez estando en Dumbría.

 

El escándalo llegó a oídos del párroco del pueblo, quien calificó a ambas de herejes y amenazó con entregarlas a la Guardia Civil, por lo que Mario y Marcela decidieron refugiarse en Oporto, Portugal. En esta ciudad, donde eran buscadas por la policía a petición de las autoridades españolas, fueron detenidas el 16 de agosto, acusadas de falsedad y de escándalo público; Elisa, además, de usurpación de nombre.

 

Durante los interrogatorios, Elisa y Marcela hicieron declaraciones que se contradecían. Una sostenía que se habían casado para liberar a Marcela de un hombre que la perseguía, mientras la otra aseguraba o que su marido era un hombre o un hermafrodita (Elisa fue sometida a exámenes médicos de reconocimiento), lo que según ella daba validez a su matrimonio. Sin embargo, 13 días después de su detención, y luego de que su caso despertara, además de curiosidad, la solidaridad de los portugueses, un juez ordenó su libertad sin que los tribunales se pronunciaran sobre los delitos que se les imputaban y sin que las autoridades españolas lograran extraditarlas.

 

Una nueva integrante de la familia

 

Tras quedar en libertad, las dos mujeres siguieron viviendo en Oporto, donde los primeros días de 1902 dieron de nuevo de qué hablar, pues el 6 de enero Marcela había dado a luz a una niña. Sobre el embarazo de Marcela, De Gabriel tiene dos teorías: “Es posible que quedase embarazada de forma accidental y entre las dos decidiesen que Elisa iba a asumir el papel de padre para evitarle a su amiga los problemas derivados de ser una madre soltera. O es posible también que las dos planificasen el embarazo porque la niña o el niño que pudiese nacer, además de permitirles tener descendencia, podría contribuir a consolidar la imagen de las dos como marido y mujer, a dar mayor credibilidad al matrimonio”, explica durante la entrevista.

 

Lo cierto es que, una vez que la pareja fue descubierta, la niña ya no pudo contribuir demasiado a cualquiera que haya sido su plan, mucho menos porque las autoridades españolas no dejaban de tenerlas en la mira. Por esta razón, las dos mujeres decidieron dejar Portugal y huir con la nueva integrante de la familia a Buenos Aires. Su vida ahí, juntas o separadas, comenta el catedrático e investigador, está todavía llena de enigmas, si bien la nueva edición del libro Elisa y Marcela incluye algunas pistas, proporcionadas por parientes de ambas mujeres.

 

Íconos de la comunidad lésbico-gay

 

La historia de Elisa y Marcela es una de las pocas conocidas en España de matrimonio entre mujeres. Antes de ellas, Elena/o de Céspedes y María del Caño se habían casado y fueron descubiertas en el siglo XVI. “Yo no tengo conocimiento de otros casos, aunque es seguro que hubo bastantes más que no fueron descubiertos y que precisamente por eso no los conocemos; algunos se descubrieron después de muertas sus protagonistas”, comenta De Gabriel.

 

Pese a que fueron descubiertas, si algo puede reconocérseles a estas dos mujeres que burlaron ingeniosamente a la Iglesia es que desafiaron los códigos morales de su época. Para el investigador, “su actitud y su actuación demuestra una gran inteligencia para poder engañar a todo el mundo y adoptar una nueva identidad por parte de Elisa; cuestionan realmente el tipo de relación que se consideraba usual en la época”.
Por su osadía, Elisa y Marcela son actualmente consideradas íconos de la comunidad lésbico-gay en España. “El movimiento homosexual reclama sus nombres como pioneras del matrimonio entre personas del mismo sexo, que en España se aprobó en 2005”, contextualiza el catedrático.

 

Este año, las figuras de estas dos maestras nuevamente están cobrando presencia, no sólo por la “nueva y renovada edición” del libro de De Gabriel, que ha sido reducido en extensión (los anexos ahora se publicaron en línea) y en número de notas, sino porque la directora española Isabel Coixet, que prologa el libro, ha llevado al cine esta historia bajo la producción de Netflix. Antes, la historia de estas mujeres ya había inspirado exposiciones y obras de teatro, y ahora hay tours por los lugares que recorrieron, así como una calle que lleva su nombre en A Coruña. Todo esto ha dejado a España la historia de ese “matrimonio sin hombre”.

 

FOTO: Elisa y Marcela. Amigas y amantes, Narciso de Gabriel, Ediciones Morata, Madrid, 2019, 304 pp. / Especial

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