Exorcizar al ogro. Sobre La nouvelle poésie mexicaine

Jul 9 • destacamos, principales, Reflexiones • 4984 Views • No hay comentarios en Exorcizar al ogro. Sobre La nouvelle poésie mexicaine

POR MARÍA RIVERA

 

Mi reseña de la antología México 20. La nouevelle poésie mexicaine, publicada en estas páginas hace un par de semanas, ha detonado una polémica en la que hoy participan escritores, periodistas y críticos. El poeta Julio Trujillo, ex funcionario de la Dirección General de Publicaciones y encargado de la confección y publicación del libro, publicó un comentario sobre el tema en su columna del periódico La Razón en el que confirma las anomalías señaladas por mí: que Esquinca, Moscona y López Mills no realizaron un verdadero trabajo antológico, ni desarrollaron un aparato crítico que diera cuenta del criterio y el método que utilizaron. Trujillo añade un nuevo dato: que, en última instancia, él mismo se encargó de hacer la selección final de los textos que los propios poetas entregaron. Estos hechos, reconocidos por los editores, empiezan a desaparecer de manera sospechosa del debate. En cambio, las respuestas de algunos presentan argumentos absurdos, ajenos a la discusión que, sin embargo, no dejan de aludir a mi persona. En un texto titulado “Antologías y autoritarismos literarios en el sexenio de Peña Nieto”, el escritor fronterizo Heriberto Yépez, denuncia con sobrada lucidez algunas de las falacias risibles promovidas por algunos defensores del libro en cuestión, la gran mayoría nacidas del enojo y la necesidad de preservar ciertos cotos de poder.  De éstas ya no vale la pena ocuparse. Me detengo sólo en algunas que tergiversan lo argumentado por mí, o que de plano me atribuyen ideas que jamás formulé. Alguien, por ejemplo, sostiene que yo he afirmado o sugerido que las antologías tendrían que someterse a la aprobación del gremio. Basta leer mi reseña para constatar que no es así. Quien lea de manera puntual mi texto podrá confimar que en él no defiendo puntos de vista “corporativos”. Mi crítica se centra en un hecho irrefutable: que México 20. La nouvelle poésie mexicaine se hizo con base en consideraciones y procedimientos extraliterarios, puesto que en su factura no se implicó un ejercicio crítico, es decir, no se leyeron ni se ponderaron obras, ni siquiera las de los propios poetas incluidos, quienes, como se sabe realizaron la selección de su propio trabajo. En algunos casos además, los poetas enviaron poemas no incluidos en libros o prácticamente inéditos lo cual significa que los seleccionadores ni siquiera conocían el material que afirman haber “antologado”. Tampoco, como ya he dicho antes, se tomaron el trabajo de elaborar un ensayo crítico introductorio que diera cuenta del universo que dicen haber considerado ¿Cómo sostener entonces, como algún otro intenta hacerlo, que Moscona, López Mills y Esquinca conocían a cabalidad el universo en el que centraron su tarea antológica? Ni leyeron, ni eligieron, como reconoce Trujilo: esto pone en entredicho, de origen, su idoneidad. Por lo demás, afirmar que las críticas enderezadas contra México20… tienen como fondo posiciones estéticas encontradas es completamente falso: ¿cómo podría ser así, cuando en el libro no se explicita criterio estético alguno; cuando autores y poemas se escogieron de manera caprichosa? Ojalá la muestra planteara una verdadera posición frente a la poesía escrita por las generaciones recientes. Qué bueno hubiera sido que la antología pusiera en marcha una discusión de esta naturaleza, en un medio muy poco proclive a la discusión estética y, en cambio, muy dado al pleito amargo y la descalificación a priori.

 

Otro argumento, vertido sobre todo en redes, señala que muchas antologías se realizan pidiendo muestras a los autores. Esto es cierto, por desdicha. Lo que resulta inadmisible, en este caso, es que México 20. La nouvelle poésie mexicaine es una iniciativa gubernamental, y que para su realización se contrató a tres poetas cuyo compromiso era efectuar una labor antológica que no llevaron a cabo, aunque en su escueto prólogo falten a la verdad y consignen lo contrario.

 

Para refutar mis señalamientos, otros han querido presentar mi crítica como una censura tajante a la labor del Estado en materia cultural. No es así. Desde mi perspectiva, y así lo he sostenido, no sólo no hay nada censurable en que el gobierno publique libros, otorgue becas, invierta recursos públicos en el área cultural, sino que es una de sus obligaciones primordiales. Habría que decir que ningún creador debería sentirse obligado, por el hecho de recibir un estímulo, a guardar silencio ante la manera en que se desempeñan servidores públicos, empleados y operadores culturales, implicados en conflictos de interés. Quienes juzgan ilegítima la crítica suelen concebirse a sí mismos como clientela, no como creadores autónomos. Por el contrario: para evitar que la función del Estado como promotor de la cultura condicione la libertad de los artistas, es imprescindible mantener una posición crítica ante las formas en que ese Estado desempeña su obligación ineludible. La labor de Estado no es filantrópica sino obligatoria, por tanto hay que exigir que opere conforme a los principios de  transparencia y rendición de cuentas, en todos los ámbitos gubernamentales.

 

*FOTO: México 20. La nouvelle poésie mexicaine. Selección de Jorge Esquinca, Tedi López Mills y Myriam Moscona. París, Le Castor Astral, 2016/ Especial.

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