La filosofía ante un mundo autodestructivo

Oct 11 • destacamos, principales, Reflexiones • 18734 Views • No hay comentarios en La filosofía ante un mundo autodestructivo

 

POR JUAN PABLO RENDÓN GONZÁLEZ

 

Traducción de Dora-Lety López Calzada y Juan Pablo Rendón González

 

Slavoj Žižek (Liubliana, 1949) es uno de los exponentes más importantes de la filosofía actual. Su lucidez reflexiva tiene que ver con una capacidad crítica para des-ocultar lo que está en juego en los acontecimientos políticos, sociales, económicos, culturales, ambientales que desafían el presente y futuro de la existencia humana. Y su reflexión se inspira tanto en Lacan, Hegel y Marx como en el cine actual, la cultura popular, la música, la literatura y el arte. También es uno de los escritores más prolíficos de la actualidad. En la actualidad es director del Instituto Birkbeck para las Humanidades del Birkbeck College (Universidad de Londres) e investigador principal en el Instituto de Sociología de la Universidad de Liubliana, Eslovenia. Entre sus obras destacan: ¡Goza tu síntoma!, El sublime objeto de la ideología, El espinoso sujeto, Órganos sin cuerpo.Con motivo de la aparición de la traducción castellana de su libro Acontecimiento en el catálogo de Sexto Piso, aceptó conversar telefónicamente, desde Luibliana, para los lectores de Confabulario.

 

Es indudable la fama y presencia que Ud. tiene tanto en los medios académicos como en internet. ¿Qué piensa al respecto?

 

Creo que es algo muy ambiguo. Por un lado, trato de usar mi relativa fama, limitada a los círculos académicos, para hacer que la gente sea consciente de la situación en la que nos encontramos. Es evidente que no ofrezco respuestas fáciles. Se dice que un buen teórico ayuda a pensar y ver las cosas claramente. Por el contrario, a mí me gusta complicar las cosas, demostrar cómo pueden ser más complejas. Si mi fama relativa significa que la gente escuche mi mensaje, que no hay respuestas fáciles; que vivimos en una difícil, peligrosa y compleja situación, que es necesario pensar, entonces está bien. Sin embargo, estoy consciente que mi discurso tiene otra dimensión, cuando dicen que soy un sujeto chistoso, que sugiere leer sus propios libros, que no le tomen muy en serio, y cosas así. Incluso alguien en Estados Unidos ha dicho que soy algo así como una diversión, alguna vez me llamó filósofo stand up en el mismo sentido que comediante stand up. Pero creo que es el riesgo que debo correr. Es ambiguo y es bueno tener fama si con ello algunas personas, más que escucharme, sienten curiosidad (intriga) por lo que digo, sienten necesidad de pensar. Si es así, me parece bien. Pero, por otro lado, la fama me la sacudo porque vivo una vida extremadamente aislada.

 

Estoy de acuerdo con usted porque mucha gente piensa que habla de cosas fáciles, cuando en realidad usted piensa las cosas de forma compleja porque así son. ¿No es así?

 

Sí, también hay gente que me considera —yo lo hago— como un tipo de izquierda radical. Sin embargo, también critico todo el tiempo los modelos izquierdistas fáciles. Por ejemplo: cuestiono qué significa, en estos últimos años, la reacción de la izquierda en relación con lo que sucede. Por un lado, predomina el viejo estado benefactor social demócrata de izquierda neokeynessiana, de Stiglitz, Krugman, ahora Piketty y otros más. Sinceramente los admiro; pienso que están haciendo un gran trabajo. Sin embargo, su solución en el largo plazo no va a funcionar. Los tiempos del estado benefactor socialdemócrata ya pasaron. El régimen social demócrata sirve con estado-naciones mucho más fuertes en donde los flujos de capitales no son internacionales como hoy en día. En el momento en el que se tiene un mercado global el estado benefactor ya no puede establecer políticas proteccionistas. Por otro lado, el régimen comunista tampoco funciona. Es obvio, los comunistas estalinistas que aún tiene poder hoy en día, si ignoramos fenómenos excéntricos como Corea del Norte, son los más brutales gestores del capitalismo. ¿Puedes imaginar un mejor país para un capitalismo despiadado que China? Porque los chinos tienen totalmente pánico de que pueda organizarse un movimiento de resistencia de sindicatos. Y casi irónicamente uno puede decir, en estos días de China, una de las principales funciones del partido comunista en el poder es controlar a la clase trabajadora, prevenir que los trabajadores se organicen en sindicatos, que presenten demandas colectivas, etcétera. Esto no funciona.

 

Ahora entraré a temas más difíciles. Existe un tercer mito de la nueva izquierda. Algo como ‘el ejército Zapatista’ en México: democracia local, no enfrentar directamente el poder del estado, permitir la autoorganización; creo que es un fenómeno bueno y empático. Pero no considero que sea la respuesta. Pienso que los problemas que tenemos actualmente: calentamiento global, crisis ecológica global, propiedad intelectual, crisis financiera mundial, no pueden ser resueltos por estos sistemas. Es un hecho que se sigue hablando de los zapatistas, de que son muy ‘queridos’; sin embargo, no representan un peligro real, se les acepta como una voz moral que clama justicia. Esta no es la alternativa. Por esto soy crítico y escéptico acerca de dónde se encuentra la izquierda hoy en día.

 

De la misma forma veo que en Latinoamérica —en este caso no me refiero a México sino más bien a Venezuela, Argentina­— los modelos populistas han perdido auge; tampoco fueron la solución. Algunos afirman que Europa está terminada, que hay que ver hacia Latinoamérica.

 

Déjeme enfocarme en su libro Acontecimiento. Es imposible hablar del concepto de Acontecimiento sin hablar de Heidegger, primer filósofo que habló sobre él [Ereignis]; han seguido este camino Deleuze, Derrida. Sin embargo, el gran filósofo del Acontecimiento es Alain Badiou. ¿Qué representa Lacan para usted en esta ruta de pensamiento?

 

Primero, digo varias cosas en mi libro en relación a este tema filosófico, porque he reunido varias nociones más o menos predominantes. En realidad mi postura es muy cercana a Alain Badiou: de hecho cuando hablo de Acontecimiento me refiero al de Badiou. Puedo decir que es algo nuevo, que aparece casi como un milagro, es contingente y nadie lo espera. Pero una vez que está aquí se convierte en universal en el sentido de que cambia tu vida, le da un giro radical. El ejemplo más bello es el de Badiou en su libro Elogio del amor: amor como Acontecimiento. Pongámoslo de esta manera: vas caminando por la calle, te resbalas por equivocación, te llevan a urgencias en donde una enfermera te cuida, te enamoras de ella y si esto se convierte en un amor verdadero cambia la vida. Esto es lo que me fascina: algo pasa por puro accidente y tu vida cambia por completo. Y sostengo que el Acontecimiento es algo siempre así, incluso en los grandes sucesos políticos. Mira la Revolución de Octubre, nadie la esperaba. Sabemos que meses antes en Suiza Lenin dijo en un discurso a la juventud socialista: “tal vez ustedes o sus hijos serán los afortunados de ver la revolución socialista”, y sucedió unos meses después, pero con toda una serie de paradojas, tragedias, etcétera. En Egipto, la Primavera Árabe, nadie la esperaba, se dio y todo cambió de alguna forma.

 

Segundo, también hay otro tipo de acontecimientos que traté de abarcar de una forma condensada. En especial, el psicoanálisis lacaniano es de mucha utilidad, pues a partir de la tríada real-simbólico-imaginario puedo mencionar otros. Digamos, el trauma. ¿Qué significa? Algo sucede que destruye tu universo de significado y entonces el problema es cómo reconstruir tu vida. Este trauma es Acontecimiento. También tenemos un acontecimiento en el sentido de un nuevo mundo; quiero decir, vivimos una situación confusa y alguien nos propone un relato, y sucede de repente que las cosas se aclaran. Este sería el acontecimiento simbólico. Y tenemos uno más cercano a Deleuze, el acontecimiento imaginario como el maravilloso de la poesía haiku o el zen: algo pasa, algo muy pequeño, totalmente superficial casi inexistente, y lo transforma todo. El punto no es abarcar una sola definición del Acontecimiento sino recorrer o transitar todas las posibles variaciones. También aquí, aunque desafortunadamente de forma muy breve, traté el Acontecimiento heideggeriano, que es el centro de su pensamiento. ¿Cuál es para Heidegger el Acontecimiento verdadero? No es una cosa que sucede en el mundo, sino la llegada de una nueva comprensión ontológica de la realidad. Por ejemplo, cómo aparece el universo para nosotros, cómo lo experimentamos, cuál es el su significado para la vida de esto. La comprensión más general de la realidad cambia, como dice Heidegger; en la era moderna el acontecimiento es la subjetividad, en el sentido de Descartes. Nos introducimos a una comprensión totalmente diferente de la realidad con respecto a la anterior época medieval, y así sucesivamente. Ahí tenemos el Acontecimiento. Por supuesto, tenemos dentro de la ciencia de hoy más y más acontecimientos: el campo completo de la física cuántica o por lo menos la cosmología cuántica, que se enfocan en acontecimientos como el sentido del big bang, la explosión inicial, los hoyos negros, entre otros más.

 

O el darwinismo, la microbiología molecular, son otros ejemplos.

 

Exacto, es a lo que me refiero. Hubo un problema con mi libro publicado en inglés inicialmente por Penguin: estaba un poco largo y me insistieron que lo cortara. Así, desafortunadamente, no pude cubrir este material pues mi primera opción habría sido precisamente lo que acabas de mencionar. Te digo una cosa, en biología moderna, a quien aprecio mucho es al chileno Francisco Varela. Lo admiro mucho y, aunque ya murió, fue el gran filósofo del acontecimiento biológico. Realmente tengo pesar por no haber podido cubrir esto tampoco.

 

Usted emplea tres formas diferentes para referirse al Acontecimiento; permítame citar una directamente de su libro: «Acontecimiento es un punto de inflexión radical, que es, en su auténtica dimensión, invisible». ¿Podría explicar para los no filósofos esta definición?

 

El acontecimiento es invisible porque no lo vemos. Desde el punto de vista de Heidegger o incluso de Badiou, no es lo que vemos sino el cambio en el horizonte, en la forma en que vemos las cosas, no es lo que vemos. Como en la bella película de Lars Von Trier, Melancolía, el gran planeta o asteroide iba a golpear a nuestra tierra y todos nosotros íbamos a desaparecer; este es también otro tipo de acontecimiento. Pero básicamente el acontecimiento es cuando las cosas inexplicablemente cambian. La gente dice que es extraño porque si se miran las cosas parecen iguales, pero aparecen con una luz diferente. De alguna forma todo parece diferente aunque no podemos decir exactamente por qué o cómo se ven diferentes. Este es el acontecimiento más sutil. Insisto: es invisible no porque sea un poder místico oculto, sino porque no es lo que se ve, es la modalidad de tu ver, tu mirada. Ves las cosas de diferente manera. Encuentro esto en diferentes niveles, incluso en el budismo. Como los budistas radicales te podrían decir sobre la iluminación budista, como acontecimiento, no implica que algo cambia en la realidad sino lo que cambia es la forma en que uno se relaciona con la realidad.

 

Otra definición de la que usted habla en la tercera ‘parada’ del libro: «el verdadero Acontecimiento es el Acontecimiento de la subjetividad misma, por muy ilusorio que sea». Aquí arremete abiertamente en contra de la moda actual: el budismo y la neurofilosofía. ¿Es así?

 

Sí, estás en lo correcto. Debo decir que le tengo un gran respeto al budismo porque es, definitivamente, uno de los tres principales logros en el pensamiento. Lo podemos o no llamar filosofía, según el pensamiento radical en la humanidad entera. Sin embargo (y lo traté de mencionar en el libro), existe en él un vacío ético, un límite en el sentido de que los budistas tratan de demostrar cómo sus mensajes —de compasión, contra el sufrimiento, cómo liberar a la gente de su sufrimiento— son neutrales. Mas todo budista honesto, como Daisetsu Teitaro Suzuki, el gran divulgador, admite que la meditación budista es un cierto tipo de ‘técnica para’ lograr algo. Y como Suzuki lo dijo, puedes ser un comunista, fascista, marxista, no importa, ya que existe cierta neutralidad ética terrorífica. Por ello digo que el budismo de alguna forma está incompleto. De la misma forma que no puede desarrollar una teoría positiva de reflexividad, lo único que puede hacer es recitar el mantra de que no existe la substancia en el sujeto, que es simplemente una ilusión, y cosas por el estilo. Y este es el punto crítico en cuestión, aunque todo sea una ilusión en realidad nos experimentamos a nosotros mismos como agentes responsables de nuestros actos. Esto no puede ser simplemente explicado como budismo. O, por otro lado, como el cognitivismo científico sostiene que no existe libre albedrío; que la libertad es pura ilusión percibida por uno mismo. ¡Nada de esto! Y afirmo tajante: existe una irreductible dimensión subjetiva.

 

Me llama la atención lo que dice acerca de la tecnología: «la tecnología es el modo en que la realidad se nos revela en la actualidad». Esto contraviene la opinión de algunos pensadores, ¿cuál es el punto en este caso?

 

Fui muy específico, cuando lo describí al referirme a Heidegger. La tecnología es, en términos alemanes, Gestell (ocultamiento), la manera en la que el ser se nos des-oculta. Heidegger dice que nosotros en el nivel más fundamental percibimos la realidad como algo que puede ser tecnológica o científicamente manipulada. Y no puede ser manipulada científicamente, la tecnología es simplemente no realidad objetiva, es solamente visión subjetiva, estética o cual fuere. Pero no creo que la ciencia moderna pueda ser verdaderamente reducida a ello. Aquí soy más ingenuo; pienso que la ciencia, especialmente la radicalmente moderna, por ejemplo la biología del tipo de Varela o la física cuántica o lo que sea, no puede ser reducida solamente a una subparte de esta razón instrumental tecnológica, de cómo dominar a la naturaleza, y así. Es algo más radical, es una auténtica aproximación a la verdad. Pienso que Heidegger se quedó corto. Así, otra vez, no estoy descalificando a la ciencia como tal, solamente estoy describiendo una cierta visión y aproximación a ella. Que ciertamente proporciona una intuición, pero creo que no es suficiente.

 

En su libro afirma lo siguiente: «Lo conocido desconocido es el tema privilegiado de la filosofía: forma el horizonte trascendental, o el marco, de nuestra experiencia de la realidad.» ¿Podría comentar eso?

 

Es mi referencia a Donald Rumsfeld. Después me enteré de que Errol Morris le hizo un documental con este título The Unknown Known (2013). Este es el término que también presenté hace diez años; la idea se refiere a lo que me preguntaste más arriba. En cierto sentido es acontecimiento lo que no conocemos, que desconocemos. Creo que no es simplemente desconocido, es algo que conocemos pero que no sabemos que lo conocemos. Te doy el ejemplo que citaste de la ciencia: tratamos a la naturaleza, de acuerdo con Heidegger, como un objeto de tecnología explotable. Nosotros, obviamente, lo sabemos porque lo estamos haciendo; de alguna forma lo sabemos, pero no sabemos que lo sabemos. El punto es el siguiente: no es suficiente distinguir entre lo que sabemos y lo que no sabemos. Hay pensamiento que sabe lo que no sabe. Por ejemplo, yo sé que tú estás en la Ciudad de México, pero no sé en qué parte de la ciudad. Entonces sé que no sé esto. También hay cosas que incluso no sabemos que no sabemos porque son tan ajenas, fuera de nuestra comprensión que no sabemos acerca de ellas. Y el caso más interesante para mí son las cosas que sabemos, pero que no sabemos que sabemos. Y esto es quizá, según Lacan, la mejor definición de lo que Freud llamó Unbewusstsein, inconsciente. El inconsciente es para Lacan, y también para Freud, no irracional sino racional, lógico y paradójico. Empero es un cierto conocimiento discursivo articulado, conocimiento desconocido para nosotros mismos.

 

Usted es uno de los expertos sobre Lacan en el mundo, ¿con su libro Acontecimiento piensa seguir divulgando sus ideas?

 

Sí, eso espero. Sin embargo, debo advertirte que mi verdadero y fundamental interés no es el psicoanalítico, sino filosófico. Nunca he sido un psicoanalista practicante, ni tampoco político comunista de izquierda. Creo totalmente en la importancia de la filosofía, su tiempo está llegando ahora. Porque con los nuevos desarrollos tecnológicos, lo que se puede hacer ahora con la biogenética y demás, las coordenadas básicas de lo que significa ser humano están cambiando. Ahora existe la posibilidad de cambiar, a través de intervenciones biogenéticas, no solamente nuestro cuerpo sino también nuestras disposiciones psicológicas. Ahora que podemos conectar directamente nuestro cerebro a las computadoras, ¿qué es lo que significa todavía ser humano libre? Hay algo raro que está pasando y esto nos obligará a todos a que, en donde quiera que nos encontremos, tengamos una reflexión filosófica. Toma por ejemplo el debate sobre el aborto. Realmente es algo que concierne a todos; aunque no estés consciente de ello, tiene una dimensión filosófica. Porque debes alguna manera esclarecer qué es ser viviente, si es en el momento de la concepción entre el óvulo y el espermatozoide o lo que sea. Qué significa ser humano, tener alma, ser libres o no, etcétera.

 

Creo que con todos esos desarrollos científicos y de otros tipos, estamos entrando en una nueva era en la que cosas impensables hasta ahora, serán posibles y todas las formas de sabiduría tradicional ya no nos podrán ayudar. Todos nosotros de alguna manera tendremos que ser un filósofo. En este sentido veo un gran futuro para la filosofía. Sin embargo, no estoy diciendo que la filosofía proporcionará respuestas, en todo caso nos enseñará a ser capaces de descubrir las verdaderas preguntas. Debemos darnos cuenta de este hecho. Creo que vivimos hoy en una tremenda revolución en el sentido de que las cosas están cambiando económica, social y psicológicamente, hasta en lo más profundo del ser humano. ¿Qué significa ser libre? ¿Somos libres? Por ejemplo, algunas ciencias cognitivas afirman que no somos libres, que el ser humano es tan sólo una especie de mecanismo neuronal, y cuando decidimos algo libremente en realidad nos percatamos de que es el proceso neuronal el que toma lugar en nuestro cerebro. Las cosas son muy complejas. Estamos perplejos, no podemos confiar en la sabiduría tradicional.

 

¿Esto significa que la filosofía en este momento necesitará hablar del Acontecimiento como el problema del mundo?

 

No como problema del mundo sino que, insisto, el acontecimiento es un concepto filosófico interesante; no es evidente qué significa en sí. Hay varias definiciones diferentes y mi punto no es reducirlas a una, ni decir solamente esto es un acontecimiento. La meta de mi pequeño libro es únicamente dar a mis lectores una idea general de todas las diferentes e, incluso, incompatibles dimensiones del acontecimiento. Desde la más radical, como por ejemplo, si eres cristiano, la creación del mundo, o si eres un científico, el big bang o una gran catástrofe. Desde estos megaacontecimientos, los grandes acontecimientos filosóficos, hasta el nivel más superficial (para algunas personas el acontecimiento es un nuevo best-seller, o alguna fotografía de un escándalo o lo que sea), no estoy simplemente preguntando lo que es un acontecimiento. La pregunta que estoy haciendo es: qué nos significa; todos los posibles, diferentes, significados cuando hablamos acerca de un acontecimiento. Qué damos a entender cuando decimos que este es un acontecimiento.

 

Lo importante es que necesitamos ubicar al acontecimiento en un lugar y momento determinado, por ejemplo el aborto y los problemas de la neurociencia.

 

Estoy de acuerdo contigo, pero de nuevo los problemas inmediatamente surgen: ¿por qué tenemos que aceptar el hecho de que la verdad última del ser humano es solamente accesible a la neurobiología y que todos los demás discursos —teológico, filosófico, psicológico— son solamente ilusiones, cuentos y cosas así? No estoy negando la gran importancia y valor de la neurobiología, solamente me pregunto: ¿es la única y exclusiva?, ¿es el último y único medio para alcanzar la verdad? Porque esto es lo que varios neurobiólogos afirman: “nosotros somos la verdadera ciencia del ser humano”. Todo lo demás, psicología, metafísica, arte, son imaginaciones. Pueden ser inteligentes, efectivos, pero no son la verdad. Insisto: las cosas son más complejas aquí.

 

En su libro hace una diferencia entre dos tipos de aproximaciones filosóficas: trascendental/ontológica y ontológica/óntica. ¿Esto tiene que ver con lo anterior?

 

Sí, un poco, sí, sí. Lo que para mí está en juego en estas dos aproximaciones, ontológico/óntico (neurobiología) y ontológico/trascendental (metafísica), es simplemente una suposición sobre la existencia de algo más allá, una realidad; el universo parte de lo que nosotros somos y, sin la cognición, tratamos de entender la realidad. Este es un ingenuo acercamiento ontológico. Pero la filosofía moderna, desde Kant hasta Heidegger, se mueve en un sentido diferente: no nos aproximamos a la realidad desde ninguna parte, entendemos la realidad de una cierta manera. Siempre vivimos dentro de un determinado mundo en el cual entendemos la realidad de un modo particular. Este es el tema propio de la filosofía. Ahora bien, pienso que podemos movernos más allá de estas dos posturas, y no creo que una pueda ser reducida a la otra. Quiero complicar las cosas para bosquejar una diferencia.

 

En su libro solamente propone a Platón-Descartes-Hegel como acontecimientos filosóficos. ¿Por qué no Heidegger, Nietzsche, Wittgenstein?

 

Mi criterio al respecto es el siguiente. Paradójicamente, cada uno de estos tres filósofos define una etapa sólo que de manera negativa. Michel Foucault dijo que la historia entera de la filosofía occidental es la historia de los críticos de Platón. Los filósofos que vienen después definen su postura siendo críticos del filósofo de la Academia; Aristóteles, sus críticos, los estoicos, hasta los neoplatónicos le dan un giro más místico. De esta manera, precisamente, al ser un objeto universal de crítica, Platón define y determina el campo completo. Creo que lo mismo sucede con Descartes; toda la filosofía moderna consiste de diferentes críticos de Descartes: Spinoza lo critica, Kant, etc. Y lo mismo sucede con Hegel. El sentido de toda la filosofía de los siglos XIX y XX se define por su oposición hacia Hegel. Lo que intenté fue precisamente rescatar a estos tres filósofos para leerlos de manera diferente.

 

 

Historia y forma en el cine

 

Hablemos de cine…

 

Cuando tú me llamaste estaba viendo una película en copia pirata, en Europa todos somos piratas…

 

En México también.

 

La película está basada en la novela de Patricia Highsmith Two Faces of January; empecé a verla antes de que tú llamaras, y estoy viendo mi copia pirata. Soy un cinéfilo absoluto. ¿Quieres saber quién me gusta de México? Bueno, no es mexicano, pero ¿te puedo decir algo de México? Está muy de moda hablar en Europa de Luis Buñuel. Ya sea su etapa en España o Francia, y después de su regreso a Europa, sus últimos filmes: El discreto encanto de la burguesía, y otras. Pero me gustan mucho sus películas mexicanas. ¿Cuál es el título que hizo Buñuel en México?, una versión excelente de Cumbres borrascosas de Emily Brontë, y le puso algo así como Torrente de pasiones.

 

Se titula Abismos de pasión, de 1953.

 

Es una excelente versión. Me gusta mucho el Buñuel mexicano, no todas sus películas pero sí la mayoría. También me gusta el trabajo de Alfonso Cuarón. Yo di, hace dos meses, una entrevista para Criterion Collection que publicó la edición definitiva de Y tu mamá también. Más allá de que sea una película con su lado cómico, hay algunos aspectos en ella que me gustan tremendamente. Primero, el uso de la voz en off contando lo que está pasando, como una voz objetiva que de repente se impone para decir una verdad desagradable, como en el final de la película, cuando los dos amigos se reúnen y esta voz fría dice: ‘esta es la última vez que se van a ver’, después regresamos a ellos y creo que Gael García Bernal le dice al otro: ‘nos veremos pronto otra vez’, y nunca se vuelven a ver. Segundo, me gusta cómo introduce la parte política y de violencia social, ya que permanece como trasfondo. Puedes ver a la policía que está arrestando gente, pero esto solamente sucede en el fondo, de esta forma se muestra la violencia mucho más opresiva. También me gusta su película no mexicana Children of Men, para la cual le hice una especie de entrevista para la edición en DVD. Me gusta mucho Cuarón.

 

Debo decirte que en mi país, Eslovenia, lo mexicano ahora, aun más que lo brasileño, está muy de moda, por ejemplo son muy reconocidas las telenovelas mexicanas; son extremadamente populares. Cuando estábamos en el régimen comunista, hará aproximadamente 20 años, hubo una telenovela de cuyo nombre no me acuerdo, cuya actriz protagonista visitó Luibliana, y salió en las noticias una nota que indicaba en qué hotel iba a hospedarse. Nadie esperaba que al siguiente día todo el centro de Luibliana, una ciudad pequeña de 300 mil habitantes, estuviera lleno con 50 mil personas. Por eso yo no me opongo a la globalización. En lugar de pensar que la globalización significa ‘Hollywood nos controla’, considerar que nosotros podemos dar nuestra propia respuesta globalizadora. Como lo hizo México, ustedes tienen una fórmula que obviamente no está limitada a sus telenovelas. No solamente México; Latinoamérica tiene atractivo mundial también. Me encanta esto.

 

En su libro hay 17 referencias de películas. Más allá de ser un referente cultural urbano actual, ¿qué representa el cine para usted?

 

Debo decir que es más complicado que eso. Desafortunadamente, la mayor parte del tiempo no puedo hacer un análisis cinematográfico pormenorizado, solamente utilizo rudimentariamente el cine como una serie de ejemplos para ilustrar un punto teórico o un punto de crítica ideológica. Espero ir más allá y hacer más, como lo que escribí de Hitchcock, Kieslowski, Tarkowsky; ahí sí hice un análisis detallado que significa encontrar la dimensión espiritual, la idea y demás, en la forma misma. Lo que me fascina en el cine es la definición de la gran cinematografía: la película cuenta una historia, pero la forma en que la historia es contada está generalmente en cierta tensión con la historia explícita y puedes tener un mensaje totalmente diferente de la forma en que la película fue filmada. Por ejemplo, la que considero es una pieza maestra de la cinematografía americana, Short Cuts de Robert Altman: es una especie de crítica pseudoizquierdista de la alienación de la clase media en Los Ángeles, de la desesperación en la vida. La estructura de la película, la idea de diez líneas paralelas y múltiples encuentros contingentes, casi delezeana, da lugar a la idea de que hay una tensión entre forma y el contenido.

 

En alguna ocasión me impactó su opinión acerca del filme Melancolía de Lars von Trier. En un videoclip en Youtube afirmaba que la película es optimista, cuando todo mundo la interpretó como pesimista. ¿Qué hay detrás de ese comentario?

 

Sí, porque me gustó muchísimo. No me gustan todas sus películas, pero de una forma extraña encontré esta película no simplemente pesimista, hay algo profundamente satisfactorio para mí en la forma en que termina.

 

¿Por qué?

 

Es una película bella. Por ejemplo, ¿viste una de sus primeras películas, Europa? Me gusta esa, es una de sus mejores películas.

 

A mí me gusta Von Trier, considero que es un buen cineasta.

 

Yo también; creo que es uno de los mejores, no solamente en Europa, sino de todo el mundo. Y sigo lamentando ese accidente estúpido en Cannes cuando dijo unas cosas confusas relacionadas con Hitler, dio una respuesta tan estúpida…

 

Sí, pero este tipo de cosas suceden…

 

Desafortunadamente suceden, pero ¿sabes por qué? Porque estamos en tiempos estúpidos, y la definición de los ‘tiempos estúpidos’ es cuando la gente pierde el sentido de la ironía o distancia, está tomado de una forma estúpida literalmente.

 

Hablando desde el punto de vista del psicoanálisis lacaniano, ¿qué piensa de la película Nymphomaniac?

 

Ni siquiera la he visto, tengo que admitirlo, porque no tengo tanto tiempo para ver todas las películas que quisiera. Está muy dividida la opinión, algunas tratan de redimirla afirmando que no es una película de ella (Charlotte Gaingsburg) sino de él (Stellan Skarsgård) acerca de las perversiones masculinas. Pero debo decir que sencillamente no conozco lo suficiente acerca de la película. De lo que conozco, aunque tampoco tengo tiempo de ver, no es solamente de las telenovelas mexicanas sino de las grandes producciones norteamericanas, como Mad Men, etcétera, que hoy en día, tal vez, como Hegel habría dicho: “El espíritu mundial se está moviendo del cine a las buenas series de televisión”. Es increíble lo que está pasando hoy en día con este tipo de series. Lo que hago es bajar temporadas completas de alguna de ellas y las veo cuando estoy en un vuelo largo o de viaje.

 

¿Cómo es el profesor Žižek fuera de las aulas y los medios?

 

Es una buena pregunta. ¿Sabes que no me gusta dar clases? Pero me gusta dar conferencias y posteriormente me gusta desaparecer. Es horrible decir esto, pero no me gusta mucho el contacto con los estudiantes; son aburridos, te hacen muchas preguntas. Y fuera de los medios, estoy muy bien. Hago viajes rápidos, doy algunos cursos. Pero muy independiente de eso, vivo una vida muy privada, aquí en Luibliana, con una nueva esposa, de la que estoy enamorado y dos hijos de mis matrimonios previos; vivo una vida extremadamente aislada. Me gusta mucho estar solo, la mayor parte del día. Para mí es una pesadilla lo que mis amigos hacen aquí, pasando mucho tiempo en una cafetería o restaurant; yo no tengo tiempo para eso. Si tengo tiempo leo un buen libro, incluso una novela policíaca o detectivesca. Me gusta lo que está pasando ahora en ese tipo de novelas, como ya te diste cuenta de cómo se rompió el monopolio de escritores anglosajones. Ahora las novelas policiales, no sé cómo sea en México, pero en Europa las tenemos de todos lados: rusas, italianas, alemanas, muy buenas escandinavas, no solamente de Henning Mankell y Stieg Larsson, de Noruega, Islandia, etcétera. Es una locura: este es el buen lado de la globalización. Incluso un país relativamente pequeño como Islandia, tiene un excelente escritor: Arnaldur Indriðason. Las novelas detectivescas son las ganadoras de la globalización.

 

Además de escribir y dar conferencias ¿qué otra cosa disfruta hacer?

 

Ver películas, leer buenos libros. No tengo otro interés. Acabo de revisar, porque mi esposa quería ver mis calcetines, y nos dimos cuenta que todos son de las aerolíneas. Cuando viajas en primera clase te los regalan; todas las chamarras que tengo, como las camisetas, son las que obsequian en los coloquios. No me importan este tipo de cosas. Me gusta tener una vida cómoda, pero la comodidad es solamente en el siguiente sentido: un buen vuelo es posible aunque tenga que comprar en business class. Me gustan las buenas condiciones para el trabajo. Si me preguntas cuál ha sido mi momento más feliz en los últimos diez o veinte años fue un día en Estados Unidos, cuando hubo una confusión de mis reservaciones de vuelo: en lugar de volar directamente, me tuve que quedar dos noches en Nueva York, en un hotel del aeropuerto. Nadie sabía que yo estaba ahí. Dormí mucho, escribí en mi computadora, leí un poco, vi algunas películas: fue la felicidad por que estaba en un espacio vacío y no había nadie que me molestara. Desconecté mi celular y todo fue perfecto.

 

¿Entonces prefiere quedarse en su casa?

 

No necesariamente, el punto es que me gusta la paz. Por eso me gustan los viajes largos en avión. Me gustan las cosas exóticas en diferentes países. Por ejemplo, hace algunos años cuando estuve en la Ciudad de México, ¿sabes qué fue lo que más me gustó? ¿No tienen ustedes un campus universitario muy grande?, en donde hay un monumento extraño únicamente un círculo de concreto y dentro sólo piedra negra de lava volcánica. Es mi cosa favorita en México.

 

Ese es el espacio escultórico, en la UNAM.

 

¿De verdad? Es muy extraña esa lava negra y caótica, me encanta; lo que significa para Jacques Lacan: das Ding, la cosa. Siempre les digo a mis conocidos que vayan a México y vean eso. Cuando pienso en México no estoy interesado en Cancún, Acapulco. No, otros lugares me interesan más. Por ejemplo, en Yucatán me dijeron que si me saltaba Cancún e iba por la costa cien o 200 kilómetros hacia abajo encontraría pueblos mejores, más pequeños y lindos para tomar unas vacaciones. Hay lugares maravillosos y tranquilos para descansar.

 

Por otro lado, lo que leo en periódicos y otros medios, y me preocupa de México (no sé qué tan malo es ahora) es el nivel de criminalidad y violencia. Lo que leo acerca de Ciudad Juárez, violaciones y demás, no es algo solamente que sucede con ustedes. Es interesante lo que mi amigo me dijo que está sucediendo en Canadá, que quiere pasar como el país más civilizado y cultural. Sin embargo en Vancouver, bandas de blancos violan en serie a las chicas aborígenes en sus propias reservas.

 

En México la normalización en los últimos años ha acuñado la expresión ‘crimen organizado’, donde detrás de la impunidad y corrupción se camufla la violencia permitida-ejercida por el Estado. ¿Lo ve usted así?

 

Sí, pero, otra vez, soy más pesimista. No me gusta que los liberales occidentales enfoquen su atención en México. Tal vez es un poco más brutal ahí con ustedes, pero observa a tu alrededor. No me gusta estigmatizar países como México, porque esto hace que los liberales occidentales se sientan bien, más civilizados. Pienso que lo que llaman ‘crimen organizado’, esa conexión entre crimen y estructura legal, es desafortunadamente un fenómeno mundial hoy día, incluso en los países que proclaman el respeto y cumplimiento de las leyes, y demás palabrería. Esta es la forma como el capitalismo global moderno funciona. En China encuentras estos comportamientos brutales, incluso peores que en México. En la típica ciudad pequeña china, que tiene uno o dos millones de habitantes, tienen por lo general pandillas criminales formadas por familias que controlan la estructura local del partido comunista, la policía secreta y todo lo demás. Hay una corrupción generalizada, y existe una relación directa entre el partido comunista, la policía secreta y el crimen.

 

Este es un mecanismo normalizador del neoliberalismo.

 

Sí, así es.

 

¿Qué viene después de su libro Acontecimiento?

 

Mmm, hay varias cosas. Yo escribo mucho. Hay un libro, en alemán, acerca de Hegel; otro más corto, de tema político, que se llama Travel in Paradise, sobre la crisis actual del capitalismo global, que hace referencia a una maravillosa película de Ernst Lubisch Travel in Paradise (1932), una de mis favoritas. Hay otros dos libros, uno de ellos saldrá en Inglaterra, y estoy escribiendo otro más de filosofía sobre el concepto de la negatividad. Soy un workaholic, trabajo todo el tiempo, para no tener contacto con estudiantes.

 

¿De dónde saca tiempo para escribir tanto, cómo le hace?

 

Ya dije soy un workaholic, pero también son un investigador de tiempo completo. Ni siquiera tengo una oficina aquí en Luibliana. Hago lo que quiero hacer. Me preguntarás por qué me paga la Universidad, porque publico mucho y por cada publicación extranjera se obtienen puntos, más dinero del Estado. Pero no doy cursos, no estoy bromeando. En los últimos diez años no creo haber estado ni siquiera un día en la Universidad a la que estoy adscrito.

 

¿Ha pensado en escribir una novela?

 

Sí, es un sueño secreto. Quiero escribir una del estilo Umberto Eco, medieval, pero una novela policial sobre la desintegración del comunismo; y lo expondría de la misma forma en que algunas novelas se refieren a la Iglesia Católica o sobre cosas similares, mitad política y mitad detectivesca. Pero debo decir, llanamente: he descubierto que no soy lo suficientemente bueno para ello. Mis sueños secretos son dos: escribir una buena novela detectivesca y poner en escena una ópera clásica. Es decir, montarla de manera muy diferente. Por ejemplo, Parsifal, Tristán de Wagner o alguna otra. Mi amigo francés Alain Badiou y yo somos fanáticos wagnerianos. Yo escribí un libro corto con mi amigo sobre Wagner, y ahora él escribió otro. Quiero estar en contacto con Teatros de Ópera quizá para intentarlo, pero no sólo porque no sabría cómo lidiar con los cantantes sino, también, porque conceptualmente quiero realizar algo de Wagner en una ópera grande.

 

¿Cuál sería el título de su novela, si la escribiera?

 

Simplemente no confío en mí. Pienso que es muy difícil escribir una verdadera novela de detectives. Por ejemplo, la que me gusta ahorita es de Irlanda, una nueva escritora llamada Tana French; su novela The Likeness es excelente. Es mi último descubrimiento.

 

Finalmente, ¿cuál es el futuro de la filosofía en un mundo egotista, hedonístico y normalizador?

 

Tiene una gran tarea porque este mundo egotista, hedonista y normalizador nunca funciona. Siempre es destructivo en sí. Como Lacan dice, invirtiendo la cita del gran Dostoievski: “donde Dios no existe, todo está prohibido”. Vivimos en un mundo aparentemente permisivo, en lo sexual o en lo que tú quieras; todo mundo te insta a divertirte, pasarla bien, etcétera. Pero existe sobre nuestras vidas un control como nunca había existido; vivimos sometidos a la disciplina todo el tiempo, con hombres impotentes y mujeres frígidas, y así. Con todo esto quiero decir que tendremos siempre suficiente trabajo precisamente porque, reafirmo, este tipo de civilización egotista y hedonista es inconsistente y autodestructiva.

 

Profesor Žižek, muchas gracias por compartir su tiempo y su conocimiento.

 

Muchas gracias a ti. Y espero que nos podamos conocer, si voy a México. Espero poder ir pronto.

 

 

* Juan Pablo Rendón González es profesor e investigador en filosofía, cine y literatura.

 

*Fotografía: El filósofo esloveno Slavoj Žižek/ LEONARDO AVERSA, AGENCIA O GLOBO / GDA.

 

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