“Las apariencias son un comodín social”

Jul 4 • Conexiones, destacamos, principales • 3361 Views • No hay comentarios en “Las apariencias son un comodín social”

Conversación con Liliana V. Blum

POR ILIANA OLMEDO MUÑOZ

 

“Tengo seis libros de cuentos, pero no sabía que era conocida”, dice Liliana V. Blum, quien sonríe al escuchar que es reconocida por su trabajo como cuentista. Nacida en Durango en 1974, Liliana tiene una sólida trayectoria como narradora: además de Residuos de espanto, su primera novela, ha publicado los volúmenes de cuento Yo sé cuando expira la leche (2011), El libro perdido de Heinrich Böll (2008), The curse of Eve and other stories (2008), Vidas de catálogo (2007), ¿En qué se nos fue la mañana? y La maldición de Eva (2002). En conversación con Confabulario, la autora habla de Pandora, su más reciente novela. Con 242 páginas, este libro marca el paso de Liliana del cuento a la narración extensa.

 

 

Pandora narra la historia de una joven cuya principal característica es la gordura. Ese rasgo define su existencia, su destino y su conducta. Se trata de una novela que exigió mucho tiempo, que requirió escrituras y reescrituras. La autora misma lo explica: “Siempre quise escribir una novela. Me tomó mucho tiempo, por cierto. La escritura de Pandora me tomó casi diez años, desde que empecé a escribirla hasta que salió de la imprenta. Visualizar una historia larga de principio a fin me resultó complicado. El primer borrador lo eliminé por completo y reescribí un segundo desde cero. La gran dificultad para mí fue redactar cada capítulo de modo que la historia global pueda avanzar sin perder la tensión, y al mismo tiempo, mostrar el mundo interior de los personajes. Fue como correr un maratón. Un proceso largo, extenuante, pero muy satisfactorio”.

 

 

Cuando le pregunto cuáles libros acompañaron la escritura de su novela, responde: “cuando escribo trato de leer simultáneamente a autores que admiro, como Stephen King, Margaret Atwood y Alice Munro, pero no hice ninguna lectura con el propósito explícito de escribir Pandora. Siempre estoy leyendo algo, en realidad”.

 

 

Con esta novela, Blum cuestiona la importancia que la sociedad contemporánea asigna a las apariencias y, en particular, al aspecto físico: “Hay una serie de expectativas sociales, la mayoría muy difíciles de lograr en realidad, pero a través de las apariencias se puede engañar a los demás, al menos durante un tiempo. Las apariencias son un comodín social: otros creen que eres, aunque no lo seas… Es un juego de espejos, es como quedarse con sólo la superficie del océano y obviar lo que hay debajo”.

 

 

La apariencia participa en cómo somos percibidos y aceptados. La autora añade: “Las apariencias y su prima hermana, ‘el qué dirán’ son dos grandes cadenas que mucha gente con gusto se echa al cuello. No importa deberlo todo, el chiste es traer cierto teléfono o cierto carro. No importa vivir una vida absolutamente infeliz sino mostrar una vida perfecta en facebook. No importa que tu matrimonio sea un desastre sino que todas tus amigas envidien las cosas que tu marido te proporciona. No importa que te prives de todos los placeres sino estar por debajo de tu peso normal. Triste, sí”.

 

 

De hecho, los epígrafes que preceden la novela acotan esta discusión. “Los epígrafes buscan ser indicios para el lector. En el de García Lorca se menciona a una mujer gorda, sí, pero también al ‘demonio del pan’, que para mí es el hambre, la comida, la ausencia o el exceso de ella. El de Atwood intenta mostrar cómo el físico de una mujer influye incluso en nuestra empatía (o su falta de) en relación al sufrimiento ajeno”.

 

 

En los libros anteriores de Blum se advierte una predilección por los personajes marginales. (Helen y Allison en El libro perdido de Herich Böll, Abigail, Deborah y Jósef  en Residuos de espanto), ¿es que las mejores historias tienen como protagonistas a personas que sufren alguna clase de segregación? “Me gustan los personajes que no logran encajar del todo en el mundo, en sus familias, en las convenciones sociales. Creo que siento un poco de desprecio por quienes como camaleones cambian su propia esencia para volverse parte de la norma. De entrada, los personajes segregados llevan ya un conflicto interno. Me parece que sin personajes conflictuados no puede haber una buena historia”.

 

 

Con el personaje de la gorda y rechazada Pandora, Blum  plantea una discusión acerca de los paradigmas que determinan las elecciones afectivas y las relaciones entre hombres y mujeres. ¿considera que el físico juega un papel determinante en las relaciones de  hombres y mujeres? “Lamentablemente, responde, a pesar de todos los logros del feminismo, hoy en día, la valía de una mujer sigue siendo su físico y su juventud. En un hombre hay otras cosas (nivel económico, su lugar en la escala de poder, éxitos laborales), cosas que se pueden adquirir a lo largo del tiempo, con inteligencia, con trabajo. En cambio a las mujeres se les juzga por la lotería genética y por su capacidad de utilizar la industria de la belleza a su favor. Por eso los esperpentos humanos, víctimas de la cirugía plástica que vemos hoy en día: mujeres que no se resignan a ser viejas o gordas porque las mujeres así se vuelven invisibles socialmente. Las que nacieron bonitas y son aún jóvenes encarnan el ideal femenino que, como las carreras de las supermodelos y los jugadores de futbol, es efímero. No importa si Hillary Clinton llega a ser la presidenta del país más poderoso del mundo: no faltará quien la critique por cómo ha envejecido y embarnecido”.

 

 

Actualmente se habla de la delgadez como paradigma de la belleza, aunque problemas como la anorexia y la bulimia hacen de esto un asunto políticamente incorrecto. ¿Hasta que punto Pandora es una respuesta a estas convenciones? “Pandora es una mujer que se ha rendido ante la batalla de los kilos. Ya se dio por vencida y sabe que jamás será delgada. Por supuesto que ella termina estando en el otro extremo, en el que la muerte es casi segura (paradójicamente, al igual que la anorexia). Lo más triste es que ni siquiera Gerardo acepta a Pandora tal y como es, sino que le pide aumentar más de peso. Pandora es alguien que ya se rindió”.

 

*FOTO:  Con Pandora, su segunda novela, Liliana V. Blum cuenta la historia de una mujer con sobrepeso y disecciona las dinámicas actuales en la vida de pareja/Especial

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