Pablo Soler Frost: “Toda vida es un naufragio”

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Europa y los faunos es un diálogo contemporáneo con Las bacantes, de Eurípides, y un examen sobre el significado de la transgresión y el linaje. En entrevista, Pablo Soler Frost habla de su novela más reciente, una genealogía migrante y un enfrentamiento del protagonista con sus soledades, gozos y reclamos a su pasado

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POR GERARDO ANTONIO MARTÍNEZ

El paradero de la primera novela de Pablo Soler Frost (Ciudad de México, 1965) es un enigma para el propio autor. Se extravió una noche de los años 80 en el estacionamiento de un cine por azares y desgracias de la delincuencia en la Ciudad de México. Su protagonista era un gusano que mantenía un diálogo frontal con la humanidad, a la que concibe como la huerta de la que depende la posteridad de su especie. En Europa y los faunos (Random House, 2018), la novela más reciente de Soler Frost, el gusano alterna su voz con la del narrador, acecha y cuestiona insistentemente el pasado y el futuro de los personajes.

 

David Balthazar, desde su infancia asilado en México como consecuencia de la Shoah –término hebrero para referirse al exterminio de judíos durante la Segunda Guerra Mundial–, y su nieto David Christian, protagonistas de Europa y los faunos, trazan la ruta de sus propias soledades, de los gozos y los reclamos al pasado. El vínculo que representa la complicidad entre ambos es Dionisio, personaje central de Las bacantes, de Eurípides: subversivo, transgresor y renovador de las normas religiosas y sexuales de la ciudad de Tebas, un penate ancestral que revela su nueva vigencia en los días postreros del abuelo, y figura determinante en la herencia que éste legará a su nieto.

 

La genealogía de la familia Balthazar, que comenzó como una fuga del terror fascista, va de Dinamarca a la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Su bitácora es una sucesión de tragedias, como la muerte temprana del padre de David Christian; hallazgos que ya no se saben placenteros o tortuosos, como el erotismo, fuente inagotable de naufragios personales; y la encomienda post mortem del abuelo para que su nieto –cineasta experimental– monte Las bacantes en Copenhague.

 

En entrevista sobre Europa y los faunos, el también autor de Legión y Vampiros aztecas habla del sentido transgresor de Dionisio, explora el significado del linaje en las diásporas migrantes –éstas que vienen a romper las tradiciones en sus nuevos territorios, como sucedió en Tebas– y hace una lectura sobre parentesco entre la especie humana y los gusanos, a quienes estamos atados en una suerte de lealtad y dependencia milenaria.

 

¿Cuál es el origen de Europa y los faunos?
Fue de mi relectura de Las bacantes de Eurípides. Mucho de lo que pasa en el siglo XXI tiene que ver, en cierto sentido, con lo que pasó en Tebas, donde de repente apareció un dios nuevo, que exigió un culto nuevo, que llevó nuevos productos como la vid y nuevas maneras de relacionarse, como las bacanales y las orgías. Por otro lado, está presente la aterradora y trágica historia de la Shoah. Me interesaba encontrar alguna narración en la cual, aunque estuvieran rodeados de muerte, ésta no fuera necesariamente el último destino, como sí lo fue para los judíos de Holanda, Hungría y Francia. Dinamarca fue una excepción absoluta porque la gente común y corriente decidió adelantarse a los nazis y esconder a sus vecinos judíos. Se enteraron por una filtración, y aun sabiendo lo que iba a ocurrir, hubo personas que no lo creyeron. Siempre nos es más difícil creer lo malo que lo bueno. Las cosas que creemos que son buenas para nosotros, aunque no son ciertas, las creemos. Siempre piensas “eso no me va a pasar a mí, en mi colonia o en mi país”. Es un poco lo que pasa en México. Todavía creemos que muchas atrocidades que ocurren diariamente no son posibles. En cambio, en Europa hubo gente que desde el principio empezó a huir, como Joseph Roth, que en seguida se fugó de Alemania. Jamás tuvo la menor duda, no solamente de que los nazis eran siniestros, sino efectivos. En cierto sentido, nos está pasando lo mismo ahora con Estados Unidos. No terminamos de creer que estén separando a niños de sus familias. Por supuesto, es muy difícil irte de un lugar donde ya fincaste. El fascismo empieza de una manera muy tenue hasta que se revela como un monstruo que devora a la gente.

 

 

Al inicio de Europa y los faunos conocemos también cómo los rabinos destruyeron las listas de los miembros de sus sinagogas para salvarlos de los nazis. Entonces, el narrador menciona que el linaje libera, pero a veces también se conduce de otra manera. Más adelante, el personaje de Paul, por quien David Christian se siente maravillado porque ve en él la reencarnación de Dionisio, también reniega de su linaje jordano.
Lo diré con toda la humildad de la que soy capaz porque son temas que me desbordan. Si estás migrando, el linaje no te ayuda demasiado. Mientras más te liberes de tu linaje, más te vas a avanzar en sociedades que no lo respetan. A las sociedades industriales no les interesa, les interesa que el individuo sea productivo y que se adapte lo más rápido posible. Por eso hay migrantes a los que se les recibe con más gusto y otros que son arrojados de las fronteras, porque depende mucho de su capacidad de adaptación. Mi padre y la familia de mi padre eran exiliados de la Guerra Civil Española y conocí a mucho exiliado español. En ellos pude ver quiénes lograron adaptarse o por lo menos lo intentaron. No sé qué tanta felicidad pueda dar el hecho de ser muy tradicional. Dentro de las mismas comunidades religiosas siempre hay los que son mucho más tradicionales y los que son mucho más abiertos. Yo soy católico y veo en mi iglesia que quienes hacen hincapié en el linaje tienen poca caridad; en cambio, quienes no se fijan en el linaje están más abiertos a la experiencia de los otros. Me parece que Cristo era una persona muy abierta a la experiencia de los otros sin echar en cara que él era descendiente de David; así se lo dijo un ciego. No ponía su linaje por encima de todo, sino en preguntar siempre a su oyente. Me parece que es una buena lección para todos. Si llegas como migrante, el linaje pesa. Pero si llegas en una buena situación, el linaje puede ser muy molesto para las personas de donde llegaste a vivir.

 

Hay fragmentos en los que el personaje principal, David Christian, es consciente de su homosexualidad y que deberá defenderla frente a la poca aceptación de su entorno. Poco después el narrador asegura que “toda vida es un naufragio”. ¿En qué medida la vida de los personajes de Europa y los faunos es un naufragio?
La frase es de Goethe. Decía que “toda vida es un naufragio” porque en último caso las esperanzas que pusiste en tu infancia y en tu juventud de lo que sería tu vida, muchas veces se ven trastocadas por la realidad diaria. Es un naufragio no únicamente por el fracaso, sino porque no hay una vida en la que alguien pueda decir: “Conseguí todo lo que me propuse y no me volví más malo en el proceso. No me convertí en el capitán Ahab buscando a Moby Dick, dispuesto a matar a toda persona que se interponga entre mi persona y la ballena”. Ofrendar tu propia humanidad en aras de tu ideología o de tus esperanzas es otra forma de naufragio.

 

 

¿La homosexualidad de David Christian se convierte para él en un naufragio en el sentido de saberse distinto a la mayoría de quienes lo rodean?
Creo que más que la homosexualidad en sí, el deseo tiene mucho que ver con el naufragio. Incluso el deseo logrado y consumado tiene su propia carga de derrota, su propia tristeza, incluso material. Pensaría que hoy en día la homosexualidad tiene más que ver más con banderas desplegadas que con naufragios. Tal vez en el siglo XX sí era un tema difícil y la sociedad se guiaba por un machismo que no consentía el menor disenso sexual. Si en algo es interesante la homosexualidad de David Christian es por el intento de normalizar las cosas, dejar de ver los comportamientos de los otros como cosas raras o excentricidades. Al contrario, pienso que cosas que eran muy excéntricas, soterradas o secretas en el siglo XX, como la violencia sexual contra las mujeres, el acoso o la misma homosexualidad, hoy están en el centro del debate. En cambio, temas que en el siglo XX eran notorios, hoy se han vuelto marginales. Por ejemplo, durante mucho tiempo se pensó que la verdadera figura importante en el siglo XX era Alfonso Reyes, y sin duda fue muy importante porque además era un hombre muy generoso. Pero quizá las verdaderas figuras del siglo XX mexicano fueron Rosario Castellanos, Salvador Novo o Elena Garro, más que las figuras que fueron centrales. Nuestra centralidad hoy en día es otra.

 

Un personaje que está presente en la novela es el gusano, que es una especie de duende que está muy cerca del narrador. ¿Es el gusano una representación de la conciencia del narrador o del propio narrador sometido al olvido o a la posteridad?
Tanto en La Biblia como en el Gilgamesh como el I Ching los gusanos están muy presentes. Te voy a contar una anécdota. El primer libro que escribí en los años 80 lo hice a mano y después en máquina de escribir, luego fui pasando pedazos de hojas con cinta diurex. Se llamaba El misterio del gusano. En una ocasión que fui al cine con unos amigos. A la salida, mientras cenábamos, abrieron el coche y se robaron el manuscrito, entre otras cosas. Mi primer libro no existe. Se trataba de un gusano hablándonos de la humanidad. Años después leí la serie de libros Dunas, de Frak Herbert, donde los gusanos son tan importantes que producen una sustancia que le permite a los personajes hacer viajes interplanetarios. Después supe que el gusano y el cerdo son los animales con los que compartimos más ADN. Eso siempre lo supieron los pueblos en el sentido de que los cadáveres son los huertos de los gusanos.

 

Hay una presencia de las drogas en la vida de David Christian. En la tradición de la mitología griega es conocida la devoción de los faunos y otros personajes de este tipo por diferentes sustancias. ¿De qué manera se asemejan David Christian y su entorno con estos seres mitológicos?
Desde la misma palabra, droga, que usamos para referirnos a sustancias que alteran tu percepción es muy impreciso. Una droga es una sustancia que te vuelve adicto y sin la cual no puedes vivir. Hay sustancias que alteran la conciencia que no son drogas, como el peyote, los hongos, la ayahuasca, simplemente porque no puedes tomarlas diariamente y porque no crean adicción. Han servido desde tiempo inmemorial para expandir la conciencia, para tocar otros reinos de la realidad que no son aparentes. De nuevo regreso a esa diferencia entre centralidad y marginalidad. En el siglo XX, al menos en la primera mitad, las drogas estaban totalmente al margen de la sociedad –no económicamente, sólo recordemos la Guerra del opio–, pero hoy en día las drogas en México son parte central de la discusión. ¿Qué vamos a hacer? Las así llamadas drogas están dejando un reguero de sangre. No legalizarlas, no permitir que la gente haga lo que se le dé la gana, es una estupidez. Cuesta muchos muertos y sobre todo cuando una tonelada de maíz cuesta lo mismo que un kilo de marihuana es evidente qué va a sembrar un campesino –siempre y cuando no lo estén obligando con amenazas, que también ocurre–. En cambio, si fuera legal, dejan de criminalizar a la gente que está produciendo. Al ser ilegal, cualquier persona que siempre unas plantitas automáticamente se convierte en criminal. Si es legal, eso es un negocio. Que hay consecuencias médicas, por supuesto, como también las hay por el hecho de que todo mundo tiene coche. De eso casi no se habla.

 

Me parece importante el goce que tienen muchos de los personajes de Europa y los faunos de su sexualidad como de la experimentación con estas sustancias, sobre todo David Christian. ¿En qué medida esto es un vínculo con el éxtasis dionisiaco en los personajes?
Recordemos que Dionisio llegó a Europa ofreciendo una sustancia. Ese fue su más inmenso poder. Él trajo las vides y enseñó a la gente a hacer vino, una cosa extraordinaria que también puede enloquecer a las personas y volverlas monstruos. Sociedades que han prohibido el vino se han enfrentado a problemas similares a los que tienen sociedades que han prohibido las drogas. La gente va a seguir consumiéndolas si tiene ganas de hacerlo. Todo lo que ocasiona es un crecimiento de la burocracia, de la policía, criminalización de los ciudadanos y la construcción de Estados moralinos que van forjando cada vez más trampas para que los ciudadanos no vivan plenamente. Dionisio siempre fue un peligro. Para el rey Penteo, el hecho de que Dionisio estuviera a la afueras de las murallas de Tebas era una desgracia absoluta. No quería que eso ocurriera, pero qué puedes hacer frente a un dios o sustancias que son más fuertes que uno. Hoy está muy de moda el rito de la ayahuasca, una sustancia que era de uso sólo de algunas comunidades del Amazonas en Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Hoy en día es una moda que la gente haga un viaje de descubrimiento interior con la ayahuasca. Es una experiencia muy fuerte y quienes la han probado me cuentan que les ha ayudado a descubrir quiénes son, quiénes fueron sus antepasados. Claro que pueden enloquecer, pero hay quien enloquece por el amor a una persona.

 

FOTO: Pablo Soler Frost también es autor de Legión (1991) y Vampiros aztecas (2015), novela que en estas fechas comparte por entregas en su cuenta de Twitter: @solerfrost /Cortesía: Javier Narváez

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