eSports y su mercado

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Aunque el mercado de los videojuegos en México está aún en desarrollo, una empresa de Guanajuato se abre paso en este circuito, uno de los más prometedores de las nuevas industrias culturales a nivel global

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POR CARLOS DÍAZ REYES
Es el cuarto oscuro de alguna mansión que parece abandonada. Vemos en todas direcciones, algunos muebles apenas iluminados y más allá rincones negros donde no sabemos qué se oculta. No pasa mucho tiempo para que un ser diminuto se aproxime, es una especie de muñeco de porcelana, sin ropa ni cabello, sucio y viejo, avanzando lento y con los brazos extendidos. De un escopetazo le volamos la cabeza y desaparece. Traemos dos de estas armas en nuestras manos. Otro muñeco idéntico sale de las sombras. Luego otro y otro más, se multiplican y vienen de todos lados. Llega un punto en que nuestros disparos ya no son suficientes y nos hacen daño. Morimos. Basta con quitarnos los lentes para volver a la sala, un lugar mucho más iluminado y sin muñecos diabólicos.

 

Ese cuarto maldito nació en un pequeño rincón de Guanajuato, donde varios jóvenes iniciaron el sueño de muchos: trabajar en una empresa de videojuegos. Llevan por nombre Game Coder Studios y son creadores de Sophie’s Guardian, el primer juego de realidad virtual (VR) desarrollado en México. Según la consultora especializada NewZoo, en Latinoamérica, México fue el país con más ingresos de esta industria, por encima de Brasil, Argentina, Colombia y Chile. El valor de esta región del mundo es de 5 mil millones de dólares. En promedio, los mexicanos gastan unos mil y mil 500 pesos en videojuegos al mes, una industria liderada por China, Estados Unidos, Japón y Corea. Con unos 220 millones de gammers, Latinoamérica se posicionaría en el quinto lugar a nivel mundial, detrás de ellos, según NewZoo.

 

No es casualidad que recientemente, Televisa Networks y TV Azteca ya entraron al juego de este mercado, considerado parte de una industria cultural que mueve millones de dólares al año. El primero, inició el pasado 15 de julio las transmisiones de su nuevo canal, BitMe, con una programación enfocada a videojuegos eSports (grandes competencias de multijugadores), anime y temáticas “geek”. Azteca, por su parte, invirtió 5 millones de dólares con Allied eSports Entertainment, junto a quienes crearán un canal con transmisiones de eSports las 24 horas, el cual buscarán lanzar en los próximos años. El creciente interés por los videojuegos ha desplazado las competiciones convencionales en los estadios. El ejemplo más claro es el primer Mundial de Fortnite que reunió el domingo 28 de julio de este año a 100 jugadores de 30 países en el Arthur Ashe Stadium de Nueva York. El ganador, un joven de 16 años se llevó a la bolsa la nada despreciable cantidad de 3 millones de dólares, mientras el segundo lugar sólo consiguió llevarse 1.8 millones. La competencia fue presenciada por 23 mil asistentes y seguida en línea por más de 1. 3 millones de espectadores en línea.

 

A los mexicanos les gusta jugar. Pero desde adentro, las empresas mexicanas viven una lucha diaria, pues desarrollar proyectos originales que puedan competir contra los titanes mundiales, no es nada sencillo. Game Coder Studios vendió algunas mil copias de Sophie’s Guardian y la empresa CTRL V les compró cien licencias para llevar el juego a diversos arcades de realidad virtual en Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia. Este juego les cambió la vida a los guanajuatenses, pues el descubrir la realidad virtual y sus diversos usos, supuso una nueva forma de ingreso que les permitió subsistir en el difícil mundo de hacer videojuegos, dándoles mucha más estabilidad en un terreno nada estable.

 

 

Hechos en casa
Alberto Ramírez, cofundador de esta empresa, recuerda cómo de niño se sentaba frente a su Super Nintendo a jugar Zelda. Tuvo un Nintendo 64 y también un PlayStation. Jamás imaginó que de adulto trabajaría con quienes desarrollaron esta última consola. El camino fue largo y antes de llegar ahí tuvo que conocer a Marcel Stockli y Luis Vargas, compañeros de escuela con quienes planeó crear sus propios videojuegos.

 

Los tres estudiaron Informática en el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT) de la Universidad de Guanajuato (UG). La programación era su hobby. “El problema es que cuando empezamos, antes no era tan sencillo hacer un videojuego, se necesita un motor gráfico o un motor de videojuego. En aquel entonces te costaba como 100 mil dólares y pues un joven estudiante no tiene esa cantidad. Entonces empezamos a hacer nuestro motor gráfico, también para aprender. Aquí en México no hay tantas personas o profesores que te puedan enseñar”, cuenta Alberto.

 

Microsoft les ayudó un poco, pues suele ir a la UG en busca de talento para su empresa. Alberto, Marcelo y Luis fueron seleccionados para irse a un internado en la compañía de Bill Gates y aceptaron, pero con un objetivo claro: reunir dinero suficiente y regresar a Guanajuato a cumplir sus planes de manera profesional. Al regreso, pusieron un pequeño estudio en sus casas. Desde ahí comenzó el génesis del que sería su primer juego: Attractio.

 

Metieron el proyecto a Steam, la plataforma número uno donde se venden videojuegos para PC. Ahí, Attractio comenzó el desarrollo completo de ocho horas de juego. Lo llevaron a varios eventos, uno de los cuales cambió su vida. “En uno de esos eventos llegamos con Sony y mostró mucho interés, porque aparte de que nosotros lo hicimos, empezamos la herramienta desde cero”, recuerda Alberto.

 

La compañía japonesa Bandai Namco Entertainment se convirtió en la distribuidora de su juego, llevándolo a países de Asia y Europa. Actualmente se puede conseguir para PlayStation 4, PlayStation Vita, Windows y Mac. Además, Sony les otorgó equipo, como el casco de PlayStation VR con el que empezaron a desarrollar proyectos en realidad virtual, otra piedra angular en el crecimiento de Game Coder.

 

 

Maestros de la realidad
“El dinero ya se nos iba acabando, porque pasaron como dos, tres años”, cuenta Alberto, tras el lanzamiento de su primer producto. Sin embargo, la realidad virtual les abrió las puertas y pronto se encontraron desarrollando contenido de marketing para empresas como Ricolino, Aeroméxico y Samsung.

 

Game Coder creció bastante y se convirtió en lo que es ahora. Pero su idea es jamás abandonar los videojuegos, por lo que aprovecharon la estabilidad económica para comenzar a trabajar en Sophie’s Guardian. Con ayuda de la tecnología de HTC Vive (lentes VR) y la compañía Render Farm Studios de Ciudad de México, comenzó el génesis del primer videojuego de realidad virtual hecho en México.

 

Marcel Stockli, otro de los cofundadores y actual Director General comenta: “No me atrevería a decir que es el futuro de los videojuegos (…) Claramente esperamos que el VR se convierta en algo muy importante en videojuegos, pero nunca va a reemplazar la pantalla plana, simplemente va a ser una vertiente de lo que es ahora en videojuegos y habrá gente que prefiera uno u otro”.

 

 

Trabajo en otro lado
“Somos los que mejor hacemos realidad virtual y está mal, porque quisiéramos que más gente empezara en realidad virtual, en videojuegos, que hiciera cosas de innovación en México. Hay muy pocos. Pero es esto que no hay el apoyo”, asegura Evandro Rodríguez, ejecutivo de marketing. “No hay tanto apoyo por parte gubernamental ni inversores. Sigue muy en stand by. Pero yo digo que hay demasiado talento que se nos está yendo. Un ejemplo muy claro y cercano es aquí en CIMAT, viene Microsoft cada año a reclutar gente para que se vaya a Estados Unidos”, explica sobre la problemática de una industria que no es muy grande en México.

 

Game Coder mismo lo vivió, pues aunque los tres fundadores regresaron al país tras pasar un tiempo en Microsoft, al final Luis Vargas no pudo contra la tentación de irse a una empresa mucho más grande. Tuvo que dejar a sus amigos, su sueño y ahora trabaja en Google. “Lamentablemente las empresas grandes como Google y Microsoft, tienen más dinero que las empresas de acá”, comenta Alberto. “(Luis) ya quería algo más estable, aquí la industria del videojuego en México no es estable”.

 

“La parte más difícil es que no existe una industria de videojuegos en el país”, agrega. “No es como en Estados Unidos, Inglaterra, etc., donde ya existe una industria y hay toda una cuestión en la que tú entras y ya sabes por dónde ir, ya hay gente con muchos años de experiencia. Eso no hay en México, todo se está creando desde cero y es un poquito difícil competir contra otras empresas, porque no tienes el historial de juegos triple A”, comenta refiriéndose al tipo de videojuegos con presupuestos millonarios que son los más populares alrededor del mundo.

 

 

En equipo
En 2017, el panorama tomó un giro alentador con la formación de la primera Asociación Mexicana de Desarrolladores de Videojuegos, con lo que se concretó un sueño que se tenía desde hace al menos una década. Por primera vez, los diversos estudios mexicanos se unieron con una idea en mente: llamar la atención y crear una base sólida en el país para eso que los apasiona.

 

Actualmente la integran más de 20 empresas, entre las que se encuentran Game Coder, Xibalba, Kara Okulta, Cosmogonia y Focka Games. El presidente es Andro Miralrio, uno de los pioneros en videojuegos en México y su visión, se lee en su página de Facebook: “Establecer a México como un pilar importante en la industria del desarrollo de videojuegos en el mundo. Un país líder en Latinoamérica en talento, calidad, innovación, y exportador de productos y servicios”.

 

Según Marcel, hay avances recientes considerables, no sólo con ellos. En 2017 salieron juegos como MilitAnt, Mulaka y DMD Mars Mission, entre otros, nombres con los que diversos estudios mexicanos también están haciendo ruido. “Son videojuegos que ya salieron en distintas consolas, completos, ya están a la venta. Eso antes no pasaba, era muy difícil decir ‘este videojuego completo salió en estas consolas y es mexicano’”, asegura Marcel. “Se está formando la industria poco a poco, pero va a ser a mediano plazo que ya tengamos una industria establecida aquí en México”.

 

La relevancia de los videojuegos como productos culturales ha obligado a instituciones encargadas del resguardo patrimonial ha ampliar criterios de catalogación. Hace un par de semanas, Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional de España, informó que impulsará reformas legales que le permitan resguardar videojuegos, pues estima que en un futuro se les considerará bienes de interés cultural junto con los sitios web. Colombia es otro país que también ha entendido la importancia de esta industria. Tan sólo en 2019, los ministerios de Tecnologías de la Información y Comunicaciones y el de Cultura, entregaron por medio de la convocatoria Crea Digital más de 200 mil dólares en apoyo a desarrolladores de videojuegos.

 

 

Renovarse o morir
La oficina de Marcel está repleta de libros, guardados en cajas de madera a modo de librero improvisado. Pura fantasía y ciencia ficción: George R. R. Martin, J. R. R. Tolkien, Ray Bradbury, Neil Gaiman, Robert A. Heinlein. “El mismo día agarré un libro y una computadora”, asegura nombrando Final Fantasy y World of Warcraft como sus juegos preferidos, aunque comenta que ahora lee más de lo que juega, pues lo segundo ya se convirtió más en una labor que en un placer.

 

“Sí está chido, pero de tu ilusión inicial de niño sí es un poco distinto”, cuenta sobre trabajar en esta industria. “No es tan distinto a llevar una empresa en general, tienes el mismo tipo de problemas. No es que te la pases jugando todo el día como alguien que quiera de chico hacer videojuegos piensa que va a pasar. Si estás jugando mucho es porque juegas el mismo nivel 40 veces, el mismo día, para encontrar un ‘bug’. Pero está muy padre, lo mejor es que somos nuestra propia empresa”.

 

Actualmente, Game Coder se encuentra desarrollando Renewal, un juego que mezcla animación en stop-motion. Pretenden que visualmente sea parecido a cintas como Coraline (2009) y A Nightmare Before Christmas (1993) y aseguran que se trata de su proyecto más ambicioso. Sería su segunda entrega en realidad virtual y actualmente se encuentra en preproducción, todavía sin una fecha exacta de estreno, aunque quisieran que fuera este año.

 

“Afortunadamente ahorita ya es estable la empresa. Dado que ya es estable, ya podemos hacer varias cosas, más proyectos de videojuegos. Porque antes sólo hacíamos uno o dos, ahorita ya podemos enfocarnos. Depende mucho de la calidad del producto, porque tampoco podemos hacer millones de juegos muy chafitas”, dice, pues ahora tienen mucha más madurez y experiencia.

 

En este camino, buscan crear sus propios videojuegos triple A y tienen la idea clara de que no lo pueden hacer solos. Comentan que otro de sus puntos clave es hacer alianzas, como la que hicieron con Render Farm para Sophie’s Guardian y ahora con la empresa de animación Cinema Fantasma para Renewal. Según ellos, son el gameplay y la calidad visual las principales carencias en México, por eso ellos han buscado a empresas como las antes mencionadas, quienes tienen un enfoque principal en cine.

 

La mirada de Marcel se nota cansada. Viene llegando de la Feria de León, donde supervisa otros proyectos de realidad virtual que no tienen nada que ver con videojuegos, pero son necesarios para subsistir. Con cierta resignación, comenta que Attractio y Sophie’s Guardian no han tenido la recepción que le gustaría con el público. La vida real no es un videojuego en el que sea muy fácil subir de nivel, pero, como en la pantalla, hay que intentar varias veces, morir y volver a empezar, aprender de los errores y ganar experiencia. Así que pone pausa, se sienta en el sillón poco antes de la hora de la comida y reflexiona: “Queda la filosofía de la empresa: desarrollar tecnología y crear industria en el país”.

 

FOTO: Aspecto del Mundial de Fortnite que se celebró a finales de julio en Nueva York. /Johannes Eisele / AFP

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