Guía visual de un magnicidio

Mar 22 • Conexiones, destacamos, principales • 6526 Views • No hay comentarios en Guía visual de un magnicidio

 JOSÉ XAVIER NÁVAR

 

Muchos lo dicen: somos un país sin memoria al que en pocos meses, ya no digamos años, se le olvida todo porque bien se puede aplicar, a muchas gentes e incluso personajes de la vida mexicana, el título de la película de Juan Carlos Rulfo (Del olvido al no me acuerdo). Así es el caso de lo ocurrido en Lomas Taurinas hace 20 años: algunos libros que en su momento dieron fe del asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio son ya prácticamente inconseguibles.

 

Por increíble que pueda parecer, en estos tiempos digitales en los que, luego de subir información o imágenes, estas se quedan como respaldo para la consulta recurrente o para satisfacer la simple curiosidad, hay muy pocas imágenes sobre el asesinato de Colosio que realmente valen la pena, fuera de las habituales de los noticieros o reportes de la época. Un ligero patrullaje por los terrenos de YouTube resulta decepcionante —salvo en muy contadas excepciones— para los que buscan las imágenes razonadas del magnicidio, la acción concertada, el complot, la teoría del asesino solitario o, como muchos piensan, las del crimen de estado.

 

Como el asesinato de John F. Kennedy, el de Colosio también tuvo su Informe Warren, sólo que a menor escala: un modesto tiraje de 3 mil ejemplares de cuatro tomos editados por la Procuraduría General de la República y la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio que, bajo el título de Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, se centra, en el plan general de la obra, en cuatro vertientes:

 

Tomo I: El crimen y sus circunstancias (con 12 capítulos repartidos en 628 páginas tamaño carta).

Tomo II: El autor material (5 capítulos, en 572 páginas).

Tomo III: Posibles cómplices y encubridores (3 capítulos que abarcan 350 páginas)

Tomo IV: Entorno político y narcotráfico (4 capítulos en 488 páginas).

 

La obra incluye un CD-ROM con más de mil 300 documentos y fotografías a color. Mucha gente ni siquiera sabía de la existencia de esta monumental investigación puesta a disposición del pueblo de México en impreso y medios digitales, con todos los informes pormenorizados de las investigaciones realizadas por la Subprocuraduría Especial, durante la gestión de Luis Raúl González Pérez, cuarto subprocurador.

 

Con lo anterior, y una lectura casi obligada para los investigadores serios de libros como Ya vamos llegando a México (1995), de Ciro Gómez Leyva; Operación Tucán (1995), de Édgar Hernández y Guadalupe Romero; ¿Por qué Colosio? Una historia, un relato (1995), de Guillermo Samperio; El segundo disparo: La narcodemocracia mexicana (1995), de Eduardo Valle; El tiempo pasa de Lomas Taurinas a Los Pinos (1997), de Jesús Blancornelas, Héctor Javier González Delegado, Adela Navarro Bello y Francisco Javier Ortiz Franco; Así fue: La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México (2004), de Federico Arreola y, del mismo año, La tragedia de Colosio: una novela sin ficción, de Héctor Aguilar Camín, se puede tener el mejor panorama de la (i)realidad del suceso.

 

Sin embargo, para muchos, más impactantes que las palabras son las imágenes, y ese 23 de marzo del 94 una docena de profesionales y aficionados estuvo filmando con sus cámaras de video —aparte de Gerardo Millán, el que filmó el video oficial (como la película de Zapruder con Kennedy) del balazo en la cabeza, justo en el momento del asesinato que inicia al pandemónium con la captura y la golpiza que recibe Mario Aburto, el presumible asesino solitario, y luego el tortuoso, accidentado y sangrante recorrido a punta de pistola y jaloneos desde la escena del crimen hasta el primer interrogatorio.

 

Todo eso y más se puede seguir —incluidas las teorías de la conspiración, la logística del crimen, los análisis forenses, el primero y el segundo disparo, los sospechosos (más que) comunes de haberlos efectuado; el desfile de los fiscales con sus planeamientos, logros y fracasos; la lógica de que Mario Aburto mata y solo él sabe por qué; la única entrevista que se le ha hecho al asesino confeso, por el periodista Jesús Blancornelas; el papel que jugó el general Domiro; el exhaustivo análisis forense de la chamarra del candidato abatido; el conflicto de Chiapas…— en dos programas especiales de Chapultepec 18, realizados para recapitular los primeros cinco años del magnicidio, conducidos a manera de complejo y fascinante thriller por Joaquín López Doriga (si se ponen listos en Televisa, lo podrían volver a pasar, ya que se trata de uno de los mejores especiales del caso Colosio jamás hechos). Muy pocos en su momento copiaron estos programas de la tele a un VHS, y muchos menos los transfirieron después a un DVD, para salvar la memoria del crimen.

 

También hay por lo menos otro par de documentales oficiales (por decirlo así), sumamente interesantes por sus planteamientos y por algunas revelaciones casi secretas, un tanto invisibles e inéditas (para su momento), con las que se pueden conjurar nuevas hipótesis y teorías de la conspiración de un asesinato plagado de imprecisiones, sospechas y relaciones tortuosas de poder político e impunidad. El primero de ellos es una investigación del canal Infinito titulado: Luis Donaldo Colosio: La muerte del candidato, y el segundo, más reciente, es el de Discovery Channel: El caso Colosio.

 

En el primero, que data de 2004 y que fue armado en Argentina, se sostienen cuatro teorías para el asesinato: 1) ¿fue el gobierno?, 2) ¿fue un acto mesiánico?, 3) ¿fue el narcotráfico? y 4) ¿quién pudo ser el principal beneficiado? Expresan sus puntos de vista, hipótesis y teorías Guillermo Hopkins (jefe de logística de la campaña de Colosio), Jorge Fernández Menéndez (reputado analista político), Luis Colosio, padre del candidato; los periodistas Isabel Arvide y Jesús Blancornelas, quien remata con la verdad histórica del caso en México: el complot, aunque la verdad legal es la del asesino solitario.

 

El caso Colosio de Discovery Channel aborda cuatro capítulos: Visita crucial, Especulación, Perfil de Aburto y Enigmas. Le pasa revista al trabajo de los dos primeros fiscales: Miguel Montes (quien de la acción concertada que todo mundo llama complot, se desdice y regresa a la teoría del asesino solitario que nadie cree) y Olga Islas (quien logra una sentencia de 45 años para Mario Aburto, pero que no cambia en nada las cosas) y, finalmente, se centra en la figura del tercer fiscal del caso, el chapucero Pablo Chapa Bezanilla, quien suelta la teoría del segundo tirador (Othón Cortés), hasta que el cuarto fiscal, Luis Raúl Gonzáles Pérez, aterriza científicamente la investigación con la conclusión, guste o no, de que el autor del crimen fue solamente Mario Aburto y que sus motivos solamente él los sabe.

 

En esta tesitura de la investigación, conviene echarle un vistazo al video Colosio Complot, de Ricardo Rocha y el FBI (en YouTube) con imágenes inquietantes de alguien que le saca un objeto, que puede ser una pistola a Othón Cortés, lo mismo que las de la llamada “la pinza” de encuentro con Mario Aburto, antes de los disparos, y las “conversaciones” previas al crimen del mismo Cortés y Vicente Mayoral en el mitin, con las imágenes de los videos investigados por el FBI.

 

Finalmente, previa a una vacilada videohomera llamada Se chingaron al candidato Coloso —un “thriller de chacota” realizado por los hijos de Arturo El Villano Martínez (que fue mucho ruido y pocas nueces tanto en video como luego en película de estrepitoso fracaso, hace algunos años)— y a otro videohome de Televisa sin tantos reflectores: AR-15 Magnicidio político, de Óscar Fentanes, con Jorge Reynoso y Juan Valentín, está la cinta de Carlos Bolado: Colosio: El asesinato (2012), que con un gran reparto que incluye a Daniel Giménez Cacho, José María Yázpik y Kate del Castillo, funciona a manera de eficaz thriller político-policial basado en los hechos reales del asesinato de Lomas Taurinas, que, de alguna manera, es como la JFK de Oliver Stone, para explicar el asesinato de Kennedy. Con el film de Bolado muchos podrán estar de acuerdo o no, pero de que es un intento valiente por esclarecer el cómo y por qué ocurrió el hecho que no es política-ficción, ni se duda.

 

*Fotografía: Fotograma de la película “Colosio: El asesinato”, de Carlos Bolado/Especial

« »