Pintura crítica y feminista

Jul 11 • Miradas, Visiones • 5737 Views • No hay comentarios en Pintura crítica y feminista

 

POR ANTONIO ESPINOZA 

 

La aventura inició en 2000. Ese año la pintora Inda Sáenz (Ciudad de México, 1957) obtuvo apoyo por parte del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, para la traducción y publicación de una antología de textos feministas en la historia del arte. Con la participación como coeditora de la historiadora del arte Karen Cordero, Inda trabajó arduamente en dicha antología que finalmente vería la luz en el año 2007 con el título de: Crítica feminista en la teoría e historia del arte, bajo el sello editorial de la Universidad Iberoamericana. Paralelamente a este proyecto teórico-historiográfico, Inda inició en 2002 un proyecto pictórico igualmente ambicioso: hacer copias de autorretratos de mujeres artistas de diferentes épocas. El libro mencionado, que incluye textos de autoras tan prestigiadas como Whitney Chadwick, Linda Nochlin y Griselda Pollock, se ha convertido en un libro de consulta obligada sobre todo para los interesados en cuestiones de género. Por su parte, las pinturas de Inda se han presentado desde entonces en distintos espacios.

 

 

La primera vez que se exhibieron estos cuadros fue en el año 2005 en el Museo Universitario del Chopo, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Con el título de Maestras, discípulas y alegorías, la exposición incluyó veinte cuadros (óleos todos) y tuvo una evidente intención didáctica, pues junto a ellos se colocaron cédulas especiales con textos de la artista que contenían datos precisos sobre las obras originales y sus autoras. Acompañó a la muestra un catálogo con reproducciones de todas las obras exhibidas y textos críticos de Karen Cordero y Jaime Moreno Villarreal. Además de la exposición pictórica, Sáenz participó en una mesa redonda con cinco creadoras más: Isabel Beteta, Dolores Castro, Rocío Maldonado, María Novaro y Marcela Rodríguez. Toda ellas hablaron sobre las condiciones en que han desarrollado su trabajo. Por último, durante el tiempo que estuvo montada la muestra, el que esto escribe impartió el curso: El arte en rosa. La mujer en la historia del arte.

 

 

Maestras, discípulas y alegorías se presentó el mismo año de 2005 en la Galería Jorge Alberto Manrique de la Casa de la Cultura de Celaya, Guanajuato. Desde entonces, se ha presentado intermitentemente en otros espacios. Actualmente, se exhibe en el Foro R-38 de la Universidad del Claustro de Sor Juana (San Jerónimo 24, Centro Histórico) pero con el título de Pintura: genealogías en femenino. Como la original, la muestra consta de veinte cuadros, aunque llama la atención que no se exhiba la copia que hizo Inda Sáenz del autorretrato alegórico de Artemisia Gentileschi, en el que la célebre maestra barroca se representa como la personificación femenina de la pintura, otorgándose a sí misma todos los atributos de ese oficio artístico. En el cuadro Artemisia Gentileschi como alegoría de la pintura (óleo sobre tela, 2004), Inda respeta la composición y el cromatismo de la obra original. La imagen de Artemisia como figura alegórica aparece en la misma posición y con todos los elementos que incluyó la pintora caravaggista: la cadena de oro, la máscara colgante, el vestido verde, la paleta y el pincel.

 

 

No se exhibe el cuadro mencionado, pero sí se exhiben otros dos, en los que Inda Sáenz rinde igualmente tributo a Artemisia Gentileschi, su “heroína secreta”. Uno es Clío de Artemisia Gentileschi (óleo sobre tela, 2005), en el que Inda recrea el cuadro en el que la pintora romana se imaginó a sí misma como la musa de la historia. Y el otro es Alegoría de la pintura de Artemisia Gentileschi (óleo sobre tabla, 2004), en el que igualmente recrea otro cuadro alegórico de su amada heroína. Pero son muchas más las heroínas de Inda Sáenz que hacen acto de presencia en la exposición: Sofonisba Anguissola, Marie Bashkirtseff, Natalia Gontcharova, Nora Heysen, Angelica Kauffmann, Käthe Kollwitz, Judith Leyster, Gabriele Münter, Clara Peeters, Suzanne Valadon, Elisabeth Vigée-Lebrun y hasta la mexicana María Izquierdo. Inda se apoderó de los autorretratos de todas ellas, los hizo suyos e inició así un diálogo íntimo con aquellas mujeres admirables.

 

 

En estas pinturas, Inda Sáenz rinde homenaje a las maestras mencionadas, exalta su obra y las hace visibles. De esta manera, construye un discurso de género en el que pone de relieve las circunstancias adversas –culturales, políticas y sociales– que todas ellas enfrentaron y que finalmente superaron para poder ser y trascender. Es así que este discurso, a un tiempo conceptual y posmoderno, va más allá del simple ejercicio técnico que implica hacer copias de obras originales. La idea es reflexionar sobre la construcción de lo femenino en el arte e invitar al espectador a que participe activamente en esta tarea. Y no para reflexionar sobre simples copias artísticas, pues el discurso de la autora es más complejo. Así tenemos que no siempre copia fielmente las obras, a veces incluye elementos que no se encuentran en la obra original. Por ejemplo, en Angelica Kauffmann con antigüedades grecorromanas (óleo sobre tela, 2004), copia un célebre autorretrato de la pintora y dibujante suiza pero lo enriquece al incluir en la parte derecha del cuadro una serie de objetos de la época clásica. Recordemos que la Kauffmannn fue una destacada artista neoclásica.

 

 

La complejidad del discurso de Inda Sáenz se hace más evidente cuando nos enfrentamos a los cuadros de las “discípulas”, en los que la autora se refiere a las jóvenes estudiantes de arte que nunca pudieron trascender. En los cuadros de las “alegorías”, además del cuadro sobre la Gentileschi ya mencionado, Inda incluye dos autorretratos dentro del género del vanitas. Por último, debe destacarse el cuadro Estudio de María Izquierdo (óleo sobre tela, 2005), en el que Inda echa a volar la imaginación: coloca a la gran pintora jalisciense en un estudio imaginario, con paleta y pinceles en mano, mirando fijamente al espectador. El cuadro incluye fragmentos de pinturas de la maestra, entre ellos el boceto que se conserva del mural del Palacio de Gobierno del Distrito Federal, obra que por cierto no pudo realizar debido a la oposición de Rivera y Siqueiros, quienes la consideraban poco apta para realizar tal empresa. Esta anécdota, sin duda, da más fuerza y sentido al discurso de Inda Sáenz.

 

*FOTO:  Inda Sáenz, Clío de Artemisia Gentilleschi, óleo sobre tela, 2005/Stephanie Zedli.

 

 

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