Tin Tan: Ícono de jóvenes

Jun 30 • Conexiones, principales • 13137 Views • No hay comentarios en Tin Tan: Ícono de jóvenes

Germán Valdés Tin Tan es ícono de la cultura popular mexicana; quizás él no lo supo cuando forjó su idiolecto tintanesco y a punta de relajo y jiribilla desembuchó frases como “Cálmantes montes y ya lo veredas tropicales” o “¡Cuántos carnívoros nos andan wuachando!”, ni cuando construyó su genio y su ingenio que deambula entre el pachuco y el fauno urbano que terminó siendo.

 

Si él no lo supo, al cronista Carlos Monsiváis pronto le quedó  claro: “Tin Tan es la emancipación más jubilosa de la barriada, alguien que se explica a la luz de las devastaciones que disemina, y que es a la vez contemporáneo en la actitud y anacrónico”. Ese comediante que abrevó del espanglish y la música chicana se ha convertido en un ídolo de las juventudes mexicanas que se identifican con su rebeldía, relajo e improvisación.

 

Tin Tan está en la mente de los jóvenes y lo asumen en la parafernalia: playeras, peluches parlantes, pósters, fotografías, discos, videos; en el placer del cinéfilo que ha reído con sus aventuras de pandilla al lado de  El carnal Marcelo, Vitola, Borolas, Tun Tun y Andrés Soler en películas como El rey del barrioYo soy charro de levita  y No me defiendas compadre; en documentales como Ni muy, muy… ni tan, tan… simplemente Tin Tan;  en la música que interpretó, y en la influencia determinante para bandas de roqueros mexicanos como Café Tacvba, Maldita Vecindad y Panteón Rococó.

 

“¿Quién no es Tin Tan?”, se pregunta José Andrés Niquet, el autor de Tin Tan y su trompabulario. Su respuesta es eminentemente fílmica: “Fue panadero en Ay amor cómo me has puesto; ratero en El rey del barrio; hombre mosca y otras cosas más en El revoltoso, capitán Mantarraya y médico de locas; en sus 114 películas hizo cualquier cantidad de personajes. Es el mejor comediante de nuestro país y de habla hispana, nadie tiene los recursos verbales, gestuales y corporales que incorporó en su quehacer artístico”.

 

Un hombre con un léxico singular, que mentaba términos como achantarse, wuachar, jeiriquiada, ¿guat japen?, facha, tacuche, estrit. Un maestro del tintanesco que sin embargo no ha entrado en los diccionarios. “Es absurdo que las enciclopedias de México no contengan información de él”, señala Manuel Márquez, director de Ni muy, muy… ni tan, tan… simplemente Tin Tan.

 

Niquet ha escrito un libro que reúne no sólo la cinematografía completa de Germán Valdés y entrevistas con Wolf Ruvinskis y Astrid Hadad, también contiene un trompabulario con más o menos 350 palabras o expresiones que no necesariamente creó Tin Tan, pero que sí difundió.

 

“Es un lenguaje que era incluso censurado por las clases media y alta, por intelectuales como Salvador Novo y José Vasconcelos, por críticos y comentaristas cinematográficos como Paulita Brook y hasta políticos; pero esas palabras que antes sonaban corrientes como chale, chido, wuacha, actualmente son de uso común, he escuchado a chicas de Las Lomas y a jóvenes muy fresas que utilizan el chido, el arránate, el Ya básculas y muchos otros tintanismos”, afirma Niquet.

 

Allí radica buena parte de la identificación que los jóvenes tienen con Tin Tan, a quien muchos consideran padre de un lenguaje muy singular que a los lingüistas les cuesta trabajo definir pero lo valoran. “Las modificaciones que tuvo el castellano de la cuarta década del siglo XX después del surgimiento de Tin Tan es radical y prevalece”, asegura José Andrés, y sigue costando trabajado interpretarlo, añade Márquez.

 

Ni muy, muy… ni tan, tan

 

Traducir al inglés el documental Ni muy, muy… ni tan, tan… simplemente Tin Tan -filmado en 2004 por Manuel Márquez, con guión y edición de Juan Santiago Huerta y fotografía de Diego Arizmendi- fue cosa difícil, no sólo porque había espanglish y anglicismos, también había varios términos que eran verdaderos tintanismos producto de la creatividad del gran pachuco.

 

Márquez recuerda que subtitular el documental fue un reto. “Lo mandamos a una empresa de Texas, por razones económicas, fue un problema para ellos y para nosotros llegar a un acuerdo de qué iba a poner en ese fragmento de la película El hijo desobediente donde Tin Tan le dice a su padre: ‘Pues yo ya le teoriqué que yo Serafín lo que mentolatum menganancia’”.

 

De todas las palabras y expresiones que utiliza Tin Tan en sus películas y que recoge Niquet en el libro hay muchas que logramos pescar, pero en otras es tarea titánica por “esta riqueza idiomática que no la tiene ningún artista en la historia fílmica mexicana, y mira que hemos tenido muchos grandes artistas”.

 

Márquez, director del documental, que estuvo en la Muestra Internacional de Cine en 2005 y llegó a las pantallas comerciales sólo una una semana, dice que Tin Tan le vino a dar a la cinematografía otra forma de ver y entender la comedia, de manera inteligente. “Tin Tan incorporó la improvisación, era brillante y de gran agilidad mental, que le permitía reinventarse y reiventar las formas de hacernos reír”.

 

Tributo roquero

 

Cuando Márquez y compañía comenzaron la película también planearon un disco a partir de que Roco, vocalista de La Maldita Vecindad, hizo la dirección musical junto con Pepe Lobo. “Ellos ya traían planeado hacer un tributo musical a Tin Tan, nosotros teníamos a roqueros que daban testimonio de su influencia y comenzamos a planear el soundtrack en el que participarían Inspector, Panteón Rococó, Jaime López, El Gran Silencio, Control Machete, Café Tacvba, Maldita Vecindad y Botellita de Jerez.

 

Al final, sólo estas últimas tres bandas participaron en ¡Viva Tin Tan!, el álbum que acabó en manos de Rosalía Valdés, hija del comediante, quien por esa época llegaba a México y había comprometido tres discos de su padre con Sony. “Coincidió que nosotros estábamos por hacer el soundtrack, Roco ya estaba muy avanzado con las bandas, pero a Rosalía no le gustó mucho la película y no le pareció que se hermanaran los dos proyectos, ella buscaba a músicos vendedores de discos y entonces aparecieron gente como Natalia Lafourcade y María Barracuda, que se colgaron de la bandera”.

 

Sean películas; canciones como “Bonita”, “Soy feliz” y “Piel canela”; su espanglish y tintanismos, Tin Tan es simplemente Tin Tan. Un artista admirado por Manuel Márquez y José Andrés Niquet. Este último concluye: “Estamos realmente ante un artista que sale de los patrones de su época; no podemos decir que se adelantó a su época porque todos participamos de la época que nos toca, pero sí se sale de los patrones que regían y eso hace que permanezca vigente a 40 años de su muerte y a casi 100 años de su nacimiento”.

 

*FOTOGRAFÍA: José Andrés Niquet y Manuel Márquez, director de la película Ni muy muy ni tan tan… simplemente Tin Tan/Ariel Ojeda/EL UNIVERSAL.

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