La lengua del león

Nov 21 • Miradas, Visiones • 4836 Views • No hay comentarios en La lengua del león

POR ANTONIO ESPINOZA

 

La imagen es poderosamente expresionista. Se trata de Prometheus (acrílico sobre lino, 1997), cuadro del extinto pintor norteamericano Leon Golub. Es una representación dramática del titán que en la mitología griega robó el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres, a consecuencia de lo cual fue castigado por Zeus, quien ordenó que fuera encadenado y atacado todos los días por un águila que sin piedad le devoraba las entrañas. A diferencia de los cuadros clásicos sobre Prometeo, realizados por grandes maestros como Peter Paul Rubens, José de Ribera, Gustave Moreau y José Clemente Orozco, Golub subvierte el tema de manera pesimistamente posmoderna. Aquí el dios protector de la civilización humana es atacado por el ave y no parece tener posibilidad alguna de salvación. A su lado aparece la imagen fantasmal de un hombre que se tapa los oídos y que anuncia: “I donʼt hear a thing”. La humanidad ha sido derrotada.

 

El cuadro mencionado se presenta actualmente en la exposición Leon Golub: Bite Your Tongue en el Museo Rufino Tamayo. Organizada en colaboración con Serpertine Galleries de Londres y con la curaduría de Emma Enderby, la retrospectiva del pintor norteamericano incluye 27 pinturas –la mayoría de gran formato– y once pequeños dibujos, obras producidas entre 1950 y 2004. El título de la muestra fue tomado de la obra Bite Your Tongue (acrílico sobre lino, 2001), uno de los últimos cuadros realizados por el autor, en el que aparece un perro en un paraje desolado, frente a una estructura de madera que sostiene una cabeza cercenada con un cigarro en la boca. Junto al perro (símbolo de maldad) hay un letrero con las palabras: loyalty (lealtad), discipline (disciplina) y renewal (renovación), además de la cara de un hombre que se tapa la boca y bajo la cual se encuentra la frase: bite your tongue, que literalmente se traduce como “muérdete la lengua”, expresión utilizada para decirle a alguien que se calle y no diga su opinión sobre algo.

 

No se puede entender la obra de Leon Golub (Chicago, 1922-Nueva York, 2004) si la aislamos de su contexto. Siendo muy joven, participó como cartógrafo del ejército norteamericano en la Segunda Guerra Mundial, experiencia nada grata que tiempo después le llevaría a asumir una postura totalmente antibélica. Junto con su esposa, Nancy Spero (1926-2009), prestigiada artista feminista, Golub fue activista en contra de la guerra de Vietnam y formó parte de Artists and Writers Protest Group, formado por artistas y escritores norteamericanos. Como pintor figurativo de la posguerra, realizó su obra a contracorriente de la tendencia dominante de la época en Estados Unidos: el expresionismo abstracto. Siguiendo el ejemplo del muralismo mexicano, optó por el camino del arte figurativo comprometido políticamente y la obligación moral del artista frente a la sociedad. Desde los inicios de su carrera en los años cincuenta, retrató en su obra el abuso del poder, la violencia humana y la brutalidad de la guerra, recurriendo a las más diversas fuentes iconográficas y tradiciones pictóricas.

 

A través de una figuración grotesca, de evidente raíz expresionista, Leon Golub realizó durante más de cinco décadas pinturas de gran formato, lienzos monumentales que no enmarcaba y que expresaban de la manera más cruda lo que el artista norteamericano llamaba “la pesadilla de la historia”. En la exposición del Museo Rufino Tamayo aparecen ejemplos notables de una obra pictórica que cuestiona abiertamente el poder imperialista. Se exhibe Vietnam I (acrílico sobre lino, 1972), el primero de los cuadros en los que Golub denunció la intromisión norteamericana en el país asiático. No está de más señalar que con esos cuadros Golub se sumó a otros artistas norteamericanos que en su momento también cuestionaron la guerra imperial en Vietnam: James Rosenquist, Julian Schnabel y Martha Rosler, entre otros.

 

Varias de las obras más sobresalientes de la exposición son las realizadas en los años ochenta. Llaman la atención porque revelan la coherencia, las convicciones firmes y la fidelidad a sí mismo de Leon Golub en su concepción del arte. Si veinte años atrás había denunciado en su obra la guerra de Vietnam, ahora cuestionaba severamente la política imperialista de Estados Unidos en América Latina, que como bien sabemos tenía el objetivo de desestabilizar y derrocar gobiernos no afines a su credo ideológico. En telas monumentales como Mercenaries IV (acrílico sobre lino, 1980), Interrogation III (acrílico sobre lino, 1981), White Squad IV (acrílico sobre lino, 1983), The Go-Ahead (acrílico sobre lino, 1985-1986) y The Prisoner (acrílico sobre lino, 1989), el autor norteamericano denunció la política belicista de su país. Basándose en material fotográfico de periódicos y revistas, construyó estas grandes composiciones que se distinguen por su elocuencia y la claridad de su mensaje. No hay duda de que Golub aprendió muy bien la lección del muralismo mexicano.

 

Dejo para el último uno de los aspectos más interesantes de la producción artística de Leon Golub: su gusto por la experimentación. El pintor norteamericano no sólo violenta sus telas monumentales con sus figuras grotescas, a veces corta los lienzos como en el caso del ya mencionado Vietnam I. Estas audacias, tan comunes en la pintura contemporánea, no lo eran tanto en otras épocas. Pero Golub no sólo mutilaba las telas, su búsqueda de experimentación plástica lo llevó en un momento a utilizar nuevos materiales, como también lo hiciera Siqueiros. Son varios los cuadros en exhibición que hacen evidente esta búsqueda: Philosopher III (laca y óleo sobre tela, 1958), Philosopher IV (laca y óleo sobre tela, 1958) y Colossal Torso II (laca y óleo sobre tela, 1959), entre otros, aunque a decir verdad estas piezas no están entre lo mejor de la producción del autor norteamericano. Más afortunado es el maestro cuando rompe el formato y fragmenta la obra, como en el caso de Red Sphinx (acrílico sobre lino montado en madera, 1988), cuadro en el que la experimentación adquiere un carácter más lúdico. Bien.

 

 

*FOTO:  Leon Golub, Bite Your Tongue, acrílico sobre lino, 2001/Cortesía/Museo Rufino Tamayo.

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