Cuentos de los hermanos Witkin

Mar 19 • Miradas, Visiones • 5301 Views • No hay comentarios en Cuentos de los hermanos Witkin

POR ANTONIO ESPINOZA

 

Visitar en estos días el Foto Museo Cuatro Caminos (Av. Ingenieros Militares 77. Col. Lomas de Sotelo) puede ser una experiencia perturbadora para muchos. Viendo los cuadros y las fotografías que ahí se exhiben, un joven acompañado de su novia exclama: “Esto supera mis niveles de perturbadómetro”. La confesión del chavo me lleva a realizar una encuesta rápida entre los muchos asistentes al museo inaugurado en septiembre de 2015. Les pregunto si consideran “fuertes” las imágenes pictóricas y fotográficas que han visto y si esto les ha perturbado de alguna manera. Las opiniones son encontradas. Hay quienes dicen que los cuadros y las fotografías en exhibición, si bien están lejos de ser imágenes amables, no los perturban en modo alguno. Pero también hay quienes afirman que tales imágenes son efectivamente perturbadoras y que pueden quitarle el sueño a cualquiera. Las obras en cuestión son pinturas de Jerome Witkin y fotografías de Joel-Peter Witkin, hermanos gemelos nacidos en Brooklyn, Nueva York, en 1939.

 

Curada por Trisha Ziff, la exposición Witkin & Witkin reúne parte de la producción artística de los hermanos a lo largo de cincuenta años. Con alrededor de cien obras en total, la muestra resulta afortunada en su cometido de propiciar un diálogo entre las pinturas de Jerome y las fotografías de Joel-Peter, quienes han seguido carreras independientes, utilizando los medios y las técnicas propias de su disciplina, con inquietudes y problemáticas diferentes, pero que tienen puntos de contacto. La curadora afirma, con justa razón, que los hermanos artistas “son ambos narradores que trabajan con la estructura formal de un escenario para contar sus relatos”. En efecto, ambos autores, cada uno en su medio, arman escenarios “teatrales” para contar historias… a menudo perturbadoras. Para lograr esto, se inspiran constantemente en la historia del arte y abordan temáticas dramáticas y transgresoras.

 

La exposición inicia con sendos autorretratos de los artistas. El autorretrato expresionista de Jerome y el autorretrato seudo surrealista de Joel-Peter anuncian una muestra rica y compleja en sus imágenes críticas, paródicas y provocadoras. El tríptico monumental de Jerome, Un crimen americano (óleo sobre tela, 1992) y el tríptico fotográfico de Joel-Peter, Tríptico de Mujer Cristo (impresión en gelatina de plata tonificada y collage, 2014), cuestionan respectivamente los vicios de la sociedad norteamericana y la misoginia de la Iglesia. El tono de la muestra siempre se mantiene. Si Jerome Witkin se preocupa por el drama humano, lo mismo en su obsesión por Vincent Van Gogh que en un accidente automovilístico de dimensiones catastróficas o en el sufrimiento del pueblo judío, Joel-Peter Witkin subvierte con irreverencia obras consagradas de la historia del arte, sustituyendo personajes o apropiándose de numerosas imágenes para armar las más audaces composiciones.

 

La exposición resulta fascinante en su juego dual de contrastes. Por un lado, la mirada crítica, el realismo poderoso, los grandes formatos y los tratamientos expresionistas de Jerome Witkin. Por el otro, la mirada burlesca, el saqueo posmoderno, los personajes transgresores, la evocación de paisajes bíblicos y pinturas célebres de Joel-Peter Witkin. Heredero de los grandes realistas norteamericanos de la primera mitad del siglo veinte, Jerome es un humanista comprometido con su tiempo y con la historia. Sus dos grandes lienzos sobre el Holocausto son obras conmovedoras: Un judío en las ruinas (óleo sobre tela, 1990) y La muchacha alemana (óleo sobre tela, 1997). Influido por el collage y el fotomontaje dadaístas, Joel-Peter es un transgresor sin remedio. Sus parodias de grandes pinturas como la Venus de Botticelli, Las meninas de Velázquez, La balsa de la Medusa de Gericault o la Olimpia de Manet, son piezas que merecen ser abordadas como obras en sí mismas.

 

Joel-Peter Witkin no respeta las obras maestras de la historia del arte: convierte a la Venus botticelliana en hermafrodita e incluye a George W. Bush como náufrago abusador en la balsa gericaultiana. En sus fotografías aparecen cadáveres, enanos, hermafroditas, transexuales y diversos seres con deformaciones físicas. En sus delirios, imagina al Anticristo en la Alemania nazi, divirtiéndose en un escenario caótico con Adolf Hitler. La obra se llama Hitler posando con el anticristo, 1937 (impresión en gelatina de plata tonificada, pintura al óleo y encáustica, 2015); en ella aparecen el dictador alemán y el Anticristo vestidos en forma ridícula, en plena pachanga, celebrando el bombardeo brutal contra la ciudad vasca de Guernica, como lo indican un par de imágenes de la obra célebre de Picasso. Si en los cuadros sobre el Holocausto de Jerome se revela el drama del pueblo judío, en la fotografía delirante de Joel-Peter aparece el principal responsable de esa tragedia.

 

Otro gran acierto de la curadora fue poner énfasis en el proceder de los hermanos, a partir de la ejecución de obras inspiradas en el cuadro New York Movie (óleo sobre tela, 1939) de Edward Hopper, el gran maestro realista norteamericano. El resultado es sumamente interesante. La pintura de Jerome es un díptico titulado Filme Nueva York, 1945 (óleo sobre tela, 2013-2015), donde vemos el interior de un cine que presenta un reportaje sobre la liberación de un campo de concentración en Alemania, y la consecuente reacción de asco y horror de la gente. La fotografía de Joel-Peter, también inspirada en Hopper, se llama: El precio de admisión (impresión en gelatina de plata tonificada, 2016). Aquí podemos apreciar al Anticristo sentado plácidamente en una butaca, viendo la película Metrópolis de Fritz Lang; a Jesucristo que se ha quitado la corona de espinas y sostiene la mano de un niño que lleva una máscara; a una joven a punto de ser atacada por un monstruo tipo Alien. Todo enmarcado en un escenario cargado de referencias a la guerra, como unos hombres con máscaras de gas de una obra gráfica de Otto Dix.

 

La guerra, el genocidio, la maldad son temas comunes a los hermanos Jerome y Joel-Peter Witkin, quienes dialogan en esta exposición, provocando en mucha gente un sentimiento exacerbado ante la presencia consciente de la vida y la muerte en su crudeza carnal.

 

*FOTO: Joel-Peter Witkin, “La balsa de George W. Bush”, impresión en gelatina de plata tonificada, 2006/ Cortesía: Foto Museo Cuatro Caminos. La exposición Witkin & Witkin se exhibirá hasta el 15 de mayo.

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