Es medIAnoche… variedades nocturnas

Abr 16 • Escenarios, Miradas • 3746 Views • No hay comentarios en Es medIAnoche… variedades nocturnas

POR JUAN HERNÁNDEZ

El Teatro Ángela Peralta de Mazatlán tuvo una experiencia memorable el jueves con la escenificación de Es medIAnoche… variedades nocturnas, a cargo de la compañía Delfos Danza Contemporánea, fundada por Claudia Lavista y Víctor Manuel Ruiz en 1992, y afincada en el puerto sinaloense desde hace 18 años con uno de los proyectos artísticos, de formación y creación de cultura dancística más relevantes de México.

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El espectáculo —presentado en el marco del XXX Festival Internacional de Danza “José Limón”— fue todo un acontecimiento no sólo por la factura de primer nivel, sino por la complejidad estética de la propuesta escénica.

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Concebida y dirigida por Marcela Sánchez Mota y Octavio Zeivy, la obra significó un reto para los integrantes de Delfos Danza Contemporánea, quienes se dejaron llevar por la vorágine y la estridencia de la propuesta. La transgresión de las fronteras de estilos y categorías estéticas permitieron la creación de un montaje en el que se superponen lenguajes, épocas, espacios, así como una serie de recursos provenientes del cómic, la revista, el cine fantástico, la estética queer, el cabaret, los conciertos de rock y la escena electrónica con su parafernalia sonora y lumínica.

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Memorables interpretaciones de Surasí Lavalle, Xitlali Piña, Roselí Arias, Claudia Lavista, Daniel Marín, Omar Carrum, Johnny Millán, Víctor Manuel Ruiz y Renato González, quienes tuvieron que emprender un camino desconocido para descubrir recursos nuevos que potencian la capacidad expresiva de sus cuerpos y manifestarlo en el todo escénico.

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La música, el sonido, la voz, la máscara como herramienta para el redescubrimiento de la energía y la posibilidad expresiva del cuerpo, el vestuario integrado de manera esencial al discurso, la ruptura de la convencionalidad del espacio y el carácter provocador, en el sentido emancipador de la percepción del espectador, se convirtieron en una experiencia digna de ser vivida.

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Difícil sería tratar de definir o encasillar esta propuesta dentro de alguna de las categorías estéticas convencionales. Diríamos, arriesgándonos a reducir la experiencia, que se trató de una revista musical posmoderna, en donde el pastiche, como recurso irónico e inteligente, permitió ofrecer una visión del mundo contemporáneo en su compleja y abigarrada estructura.

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Es decir: el mundo del esperpento, estridente, de imagen distorsionada, decadente, convertido en un espectáculo continuo, de entretenimiento vacuo, en el que se manifiestan impulsos, creados por un sistema, en forma de deseos, sueños y aspiraciones.

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Es medIAnoche… variedades nocturnas es una obra significativa toda vez que su creación implicó desaprender, desapegarse de los lugares comunes y de las fórmulas. Los artistas participantes se asumieron como seres escénicos, dejando de lado ideas preconcebidas respecto de sus cuerpos entrenados para la danza y se sumergieron en el universo expresivo infinito de la escena.

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El espectáculo inició en el lobby del Teatro Ángela Peralta, integrando la arquitectura decimonónica a esta evocación nostálgica de lo que somos como civilización. En un balcón, vestida de rojo, Claudia Lavista interpretó a una femme fatal. Derrochó ironía, humor negro y doloroso. Evocación de un tiempo pasado, hecho presente en forma desfigurada.

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El espectáculo continuó en el interior del teatro: viñetas, escenas en las que los intérpretes dan cuerpo a la música, a los textos y a los sonidos. El cuerpo como catalizador escénico, posibilitador discursivo, en el que el humor se convierte en elemento sustancial de la imagen del mundo en el que vivimos. Un mundo desarticulado, desfigurado, bizarro y, en el fondo, trágico.

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Los espectadores gritaron, silbaron, aplaudieron, integrándose a la experiencia. La propuesta de Marcela Sánchez y Octavio Zeivy propuso transgredir lo convencional, las fórmulas y la conducta: la emancipación del espectador, diría Rancière. La des-automatización de la percepción para mirar de otro modo y reescribir la propia experiencia.

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A través de esta obra Delfos Danza Contemporánea abrió el camino a nuevas rutas de experimentación, de tal modo que vemos a Claudia Lavista sobre un sillón, en un palco del teatro, interpretando a una “estrella” del espectáculo, respondiendo preguntas que alimentan el morbo público. Ídolo y objeto de consumo: la “star posmoderna”, trágica y terrible.

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Memorable el bailarín Víctor Ruiz travestido para hacer una interpretación irónica del tema “Mujer enamorada”, de Barbara Streisand: caricatura, pastiche, sketch que refleja una civilización desaliñada. O la poeta con barba, a cargo de Johnny Millán, dando cuerpo a la voz altisonante y delirante de Pita Amor.

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Es medIAnoche… variedades nocturnas es un espectáculo único en su género, concebido para reír de lo terrible, del reflejo del mundo contemporáneo: el esperpento.

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*FOTO:  Es MedIAnoche… variedades nocturnas, colaboración de Foco alAire Producciones y Delfos Danza Contemporánea, concepto y dirección de Marcela Sánchez Mota y Octavio Zeivy, con los intérpretes Surasí Lavalle, Xitlali Piña, Roselí Arias, Claudia Lavista, Daniel Marín, Omar Carrum, Johnny Millán, Victor Manuel Ruiz y Renato González, producida con el apoyo de “México en Escena”, la Sociedad Amigos de Delfos y el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, se presentó en el XXX Festival Internacional de Danza “José Limón/ Cortesía: Delfos Danza Contemporánea.

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