Ballet Teatro del Espacio, revivido

Jul 9 • Escenarios, Miradas • 5377 Views • No hay comentarios en Ballet Teatro del Espacio, revivido

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

En septiembre de 2009, tras el retiro del subsidio que recibía del Instituto Nacional de Bellas Artes, cerró sus puertas el Ballet Teatro del Espacio, que dirigían Michel Descombey (Bois-Colombes, Francia, 1930-Ciudad de México, 2011) y Gladiola Orozco. Este sábado el INBA revivió a aquella compañía con una función en la que se presentaron fragmentos de algunas piezas representativas de la agrupación, bajo la dirección artística de David Attie, y la presentación del libro Memoria —investigación que documenta la trayectoria de la emblemática compañía de la danza contemporánea mexicana— en el Palacio de Bellas Artes.

 

Un hito en la historia del arte coreográfico ha sido el instante que se abrió en el máximo recinto artístico del país para volver a dar vida a obras como La muerte del cisne y  una escena de La ópera descuartizada, de Descombey, con los bailarines Carlos Zamora y Edylin Zataráin, así como un fragmento de la música del coreodrama Ana Frank, con la ejecución del Conjunto de Cámara Aurora y la voz de la mezzosoprano Belem Rodríguez.

 

La cerrazón de las autoridades culturales en el 2009 impidieron a la compañía —conformada oficialmente en 1979— continuar con una de las trayectorias más importantes en la historia de la danza contemporánea mexicana. Ballet Teatro del Espacio tuvo que clausurar sus actividades, así como el Espacio Independiente, enclavado en el corazón de la Zona Rosa, en donde tuvo su sede la compañía, el cual fue convertido en estacionamiento.

 

Fue durante la administración de Consuelo Sáizar, al frente del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y de Teresa Vicencio, entonces titular del INBA, cuando se decidió recortar el subsidio a la compañía dirigida por Descombey y Orozco. Hoy la recién nacida Secretaría de Cultura federal, encabezada por Rafael Tovar y de Teresa, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, busca saldar la deuda del país con una de las agrupaciones que, independientemente del gusto personal, realizó una labor sólida en la creación dancística contemporánea de México.

           

La muerte del cisne (1982), de Michel Descombey, un solo creado para el bailarín Tonio Torres, es una pieza que  proyecta la sensibilidad del mencionado coreógrafo, quien trajo a la escena mexicana una expresión alejada de los clichés del nacionalismo para darle al arte del movimiento amplitud universal.

 

Capaz de concebir en un instante la belleza de la vida, en el que exploraba cuestiones sobre la condición humana de manera simbólica, Michel Descombey persigue —y lo decimos en presente por la perennidad de la obra— la belleza clásica revisitada.

 

En La muerte del cisne el cuerpo del bailarín en el espacio crea una arquitectura emocional dramática y se explora con fineza la fragilidad de la existencia humana; al mismo tiempo que se manifiesta la fortaleza muscular del intérprete virtuoso.

 

La coreografía es una versión audaz que Descombey hace de la obra creada por Michel Fokine con música de Camille Saint-Saëns, que fuera bailada por la célebre Anna Pávlova y, desde entonces, interpretada únicamente por mujeres. Descombey hace suyo aquel legado, pero lo trae a su tiempo. Realizó el solo para varón y se sumergió en un tipo de movimiento que fue representativo del quehacer coreográfico contemporáneo, con una variación musical, en cuya primera parte prevalece el sonido del viento, que le permitió salir del canon ciento por ciento clásico.

 

Descombey también hizo para Ballet Teatro del Espacio La ópera descuartizada, con música de Henri Purcell, sonidos concretos y música popular cubana, estrenada en 1980, con duración de 34 minutos. En esta coreografía el artífice expresó, por un lado, el horror de la destrucción, el miedo y la muerte; pero también emociones como la alegría, el amor y la esperanza.

 

El quehacer artístico de Ballet Teatro del Espacio fue único e irrepetible. Su aportación a la cultura dancística del país es invaluable. El legado que dejó a la danza del siglo XX en México es de gran relevancia, con piezas como: Conquistas (1983), Che (1996), 1991, Año Mozart (1991), Carmen 2002 (2002) y A-Mante Religiosa (2006), entre otras.

 

La trayectoria de la compañía dancística queda documentada en el libro Memoria, con el sello de la Secretaría de Cultura a través del Instituto Nacional de Bellas Artes,  el cual da cuenta de la labor de Ballet Teatro del Espacio en la creación, la formación de bailarines y de públicos para la danza en México.

 

Con la publicación se hace un homenaje a Gladiola Orozco y el fallecido Michel Descombey, así como a varias generaciones de bailarines y coreógrafos que se formaron en el seno de la compañía, bajo el principio del rigor técnico, la amplitud de mirada y de pensamiento y, sobre todo, el amor profundo a la danza.

 

*FOTO: Obras representativas del Ballet Teatro del Espacio como: La muerte del cisne (1982), y fragmentos de La ópera descuartizada, de Michel Descombey, así como del coreodrama Ana Frank, de Gladiola Orozco, con la dirección artística de David Attie, la interpretación de música en vivo del Conjunto de Cámara Aurora, la voz de la mezzosoprano Belem Rodríguez, y la actuación de los bailarines Carlos Zamora y Edylin Zatarain, se presentaron, junto con el libroMemoria, en el Palacio de Bellas Artes, el 9 de julio/ Cortesía ballet Teatro del Espacio.

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