“Hay mucha indignación pero poco heroísmo” Entrevista con Enrique Krauze

Jul 23 • Conexiones • 6346 Views • No hay comentarios en “Hay mucha indignación pero poco heroísmo” Entrevista con Enrique Krauze

 

POR YANET AGUILAR SOSA

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A Enrique Krauze le interesa el mundo y le interesa sobre todo México. Ha reflexionado sobre el acontecer político, cultural, artístico y social de los últimos 40 años, teniendo siempre la vista puesta también en la historia. Nada le es ajeno, como tampoco nadie le es ajeno al historiador que desde hace un año ha comenzado a armar una colección ambiciosa, única, que él ha llamado Ensayista liberal, que ronda siempre en torno México.

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Allí han aparecido sus libros Personas e ideas. Conversaciones sobre Historia y Literatura y también están sus dos volúmenes: Caras de la historia I y Caras de la Historia II, que recogen cerca de un centenar de biografías, algunas más extensas que otras, unas viñetas y otros verdaderos ensayos biográficos sobre Antonio Caso, Carlos Fuentes, Federico Gamboa, Pedro Henríquez Ureña, José Luis Martínez, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Alfonso Reyes, Alejandro Rossi, Heberto Castillo, Luis H. Álvarez y Salvador Nava, entre otros.

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En esa colección publicada por Debate aparecerá pronto su nuevo proyecto, que él llama sus tres libros democráticos, una suerte de historia de México moderna, donde estarán los episodios y los personajes del México de 1980 a 2016, dividido en tres etapas que Krauze concibe como la alternancia democrática. Un cuarto libro, también muy acariciado por el escritor, historiador, biógrafo y editor nacido en 1947, versará sobre qué es el género de la biografía.

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¿Hay personajes muy conocidos y otros que son hallazgos y que había que ensalzar?

Hay personajes que hemos olvidado porque el olvido es cruel y la memoria es frágil. Por ejemplo, Salvador Nava fue un extraordinario luchador de la democracia mexicana. Quienes ahora no valoran a esta frágil y joven e imperfectísima democracia y quienes no se dan cuenta que esto es mejor con todo, que lo que teníamos antes de un partido único, harían bien en asomarse a la vida de Salvador Nava.

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Varias personas luchamos con él, marchamos con él y fue muy emocionante para mí conocerlo desde los años 80, conocer, escribir, describir y acompañar su lucha democrática. Ahora la gente joven, claro, no vivió esos años y no lo recuerda, pero fueron jornadas tremendas, el hombre dio la vida, finalmente murió de cáncer y con un cáncer terminal marchaba de San Luis Potosí a México. Yo quisiera ver a algunos de los vociferantes de ahora que no tienen memoria y que viven con comodidad a pesar de todo, tener los sacrificios que tuvo Nava y que fue por cierto torturado por el régimen del PRI.

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Hay en los dos volúmenes de Caras de la historia mujeres y hombres que han luchado por la democracia.

Salvador Nava, Luis H. Álvarez, Heberto Castillo, Manuel Clouthier desplegaron un gran esfuerzo y sin ese esfuerzo no estaríamos en las circunstancias en que estamos, no tendríamos este arreglo que con todos sus defectos, repito y repetiré hasta el cansancio, es mejor que la hegemonía del partido único, autoritario y corrupto y corruptor que teníamos en el siglo pasado. Digamos que la imperfección y las querellas de nuestro tiempo, la insatisfacción perfectamente justificada con los sucesivos gobiernos y con tantos aspectos de la vida mexicana no debería hacernos olvidar lo que se plantó, lo que se hizo y lo que se luchó en el siglo pasado.

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Una parte de este trabajo tiene ese propósito, recordar esas gestas, pero el elenco es mucho más amplio, se extiende temporalmente. No tengo ningún retrato prehispánico, pero se extiende desde Hernán Cortés, hay algunas figuras de la época colonial, figuras del extranjero, como Humboldt, tengo figuras tanto de mexicanos como mexicanistas. Aunque pienso que quizá la concentración mayor está en el siglo XX, porque se trata de personas que me tocaron.

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¿Hoy día hay personajes que tengan esas luchas quijotescas por la democracia?

Creo que hay mucha indulgencia en las generaciones jóvenes y en general en México, hay autoindulgencia. Hay mucha indignación pero poco heroísmo, hay mucha indignación en las redes, en el ámbito virtual y poco esfuerzo en el ámbito real.

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Salvador Nava, Heberto Castillo y Luis H. Álvarez no hacían discursos, o hacían muy pocos discursos, lo que hacían era entregar la vida, día tras día para un México mejor, para tender puentes, para dialogar, para construir instituciones, acuerdos, vías de civilidad para México. Yo no veo eso ahora. Creo que es natural que estemos desencantados, para decir lo menos, decepcionados, incluso indignados con tantos aspectos de la vida mexicana, la injusticia, la impunidad, la corrupción, la violencia, pero hay muchos aspectos que no están tan mal, y sobre todo hay poca voluntad de construir, poca voluntad de construir.

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Todos estos hombres a los que nos hemos referido, estos luchadores cívicos querían construir, un orden nuevo en el cual las opciones políticas compitieran limpiamente. Que hubiera un gobierno eficaz y recto, igualdad ante la ley, atención al más necesitado. En fin, los mejores ideales de la historia mexicana. Yo lo que veo ahora es encono, la aparición del odio, que es algo a mi juicio reciente en la historia de México, el odio; y en el discurso público, en las redes sociales y nada de eso construye, estamos en una época muy disruptiva.

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En este libro hay retratos de lo más diverso, de Luis H. Álvarez a Cri Cri, o El Santo, de muchos amigos a quienes recuerda.

A veces el obituario es un género emparentado con la biografía, cercano a la biografía. Algunos de estos textos y viñetas son obituarios. Muere una persona y se le recuerda hoy, pero mañana nadie se va a acordar, así es de cruel y ni modo así será siempre, pero cuando menos que quede esto. Como decía el viejo poema que todos repetíamos del náhuatl: “Al menos flores, al menos cantos”. Bueno, al menos alguna estampa, al menos algún boceto biográfico. Al menos debo aportar esto yo, y en muchos casos por fortuna está la obra. Se va la persona pero está la obra.

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 FOTO: Autor de más de una veintena de títulos que van de la biografía al ensayo político, Enrique Krauze es también un prolífico editor. / Berenice Fregoso/EL UNIVERSAL.

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