Un siglo de humor gráfico en El Universal (1916-2016)

Nov 5 • Reflexiones • 3813 Views • No hay comentarios en Un siglo de humor gráfico en El Universal (1916-2016)

Presentamos una selección de las ponencias que se dieron el 10 y 11 de octubre en el coloquio “EL UNIVERSAL 100 años. Memoria de México en la Hemeroteca Nacional”.  

POR JAVIER RUIZ CORREA Y BEATRIZ LÓPEZ GARCÍA

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El domingo primero de octubre de 1916 nació el diario El Universal, del tabasqueño Félix Fulgencio Palavicini, con sentido moderno, alta tecnología y con un enfoque comercial propio de la prensa industrial de esa época. Hoy, este periódico celebra cien años de ser el referente obligado como memoria y testimonio del acontecer de nuestro país, dejando una huella puntual de los sucesos durante los primeros años del siglo veinte y los que van del siglo XXI. Asimismo, en sus páginas está la crónica gráfica de quienes registraron el acontecer de nuestra nación, y de quienes con sus líneas pintaron el rostro del mismo. Este periódico ha sido el fiel testigo y cronista de las transformaciones de la sociedad mexicana durante este largo caminar.

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En el marco de este festejo es un buen motivo para destacar la importancia de la caricatura política que ha dejado una memoria gráfica. La Hemeroteca Nacional de México (HNM) no ha sido ajena al tema, el diario El Universal (14/sep./1947) dio cuenta de una exposición de la caricatura política en 1947 en el Museo Iconográfico de la citada dependencia, ubicada en la calle del Carmen No. 31. Fue la primera en su género que se exhibió en México, y estuvo integrada con obras de: Constantino Escalante, Santiago Hernández, José María Villasana, Daniel Cabrera, Santiago R. de la Vega, Ernesto García Cabral, Jorge Ramírez Sánchez, Luis Hidalgo, Antonio Arias Bernal y Carlos Alcalde.

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La presencia de la política en las artes plásticas se hizo presente a través de la caricatura política que ilustró las páginas de El Universal con figuras, con simbolismos gráficos, en donde se destaca la crítica del periodista que ridiculiza a los personajes públicos. El gran diario de México –lema adoptado en enero de 1921- ha sido un gran promotor del desarrollo de la caricatura política, ya que desde su inicio le dio un lugar preferente al humor gráfico, con pinceles certeros que reflejaban la realidad con mucha creatividad y chispa.

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Este periódico nos ofrece un enorme patrimonio documental y visual de un siglo, de tal manera que tenemos una riqueza para el ámbito de la política, el arte y la publicidad. Sin duda, las imágenes en las páginas de este diario constituyen un lenguaje visual que permiten una comunicación con los lectores, y que se armoniza con el lenguaje verbal, es decir, en el factor semiótico por la eficacia de las palabras.

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No es tarea fácil hablar de este diario, y sobre todo, de su larga trayectoria en el tema del cartón político. Por ello, hemos sido cautelosos al abordar los hechos que trazaron los caricaturistas, cuyo alcance histórico es muy amplio. Consideramos que era menos complicado hacer un recorrido general de los momentos en que se fue ilustrando este rotativo, y mostrar de manera selectiva las imágenes gráficas (dibujo publicista, dibujo costumbrista, la tira cómica, la historieta, y en particular, la caricatura política) con el fin de hacer un relato visual y textual de los cien años de ilustración en este periódico. Asimismo, nos propusimos hacer énfasis en caricaturistas como: Carlos Alcalde, Andrés Audiffred, Antonio Arias Bernal, Helioflores, Rogelio Naranjo y Ángel “Boligán”.

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Entrando al tema que nos convoca, El Universal desde su nacimiento mostró su interés por darles un espacio en sus páginas a ilustradores y caricaturistas. En este sentido, se puede decir que los humoristas gráficos captaron los instantes más relevantes de esta centuria con una singularidad, y la interpretaron con unos excelentes trazos condimentados con humor y con ironía. Dichos testimonios son una crónica visual que resulta fundamental para comprender como se pintó y como se pinta a la sociedad mexicana.

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Ha transcurrido un siglo desde que se publicó en este diario la primera ilustración del caricaturista Carlos Alcalde Alserreca: un dibujo a lápiz personificando a Cristóbal Colón que observa el firmamento. Se advierte la calidad y el dominio que tenía del dibujo el ex jefe del Departamento de Dibujo de El Imparcial. También, la primera caricatura política se publicó el 22 de octubre de 1916, dedicada a los candidatos al Congreso Constituyente, firmada por J.M. Peña.

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Así como, la autocaricatura del tenor italiano Enrico Caruso elaborada para este rotativo, y publicada el 23 de septiembre de 1917.

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El Universal se transformó en una unidad económica en donde se desarrollaron diferentes fases de la producción, se resaltó la división social del trabajo, la comercialización y la masificación del producto informativo. La publicidad nace en un contexto social marcado por la economía de mercado, y la prensa fue el mejor soporte para difundirla, en donde el dibujante desempeñó una función importante en su producción, elaborando retratos de damas de alta sociedad; figurines mostrando el último grito de la moda, fotografías y collages buscando cautivar a los lectores. Se anunciaban productos medicinales, bienes de consumo cotidiano o recreativo, y bienes de capital. Estos excelentes dibujantes no se limitaban solo a trazar siluetas, sino que también ilustraban los reportajes y noticias de las páginas del Gran Diario de México, y un ejemplo de ello fue el asesinato del “Caudillo de Sur”, Emiliano Zapata. Cabe destacar que la caricatura crítica no estaba presente en las primeras décadas porque no había interés para realizarla, no obstante se dibujaba parte de la vida social de la época. Los humoristas gráficos registraban los cambios que se generaban en estos primeros años, observando y capturando los detalles de la cotidianidad y tomando parte activa en los acontecimientos significativos de esa temporalidad.

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La sociedad mexicana se encontraba en desarrollo y los caricaturistas lo reflejaban en sus dibujos. Las innovaciones tecnológicas y las costumbres sociales cambiaban, y los cartones daban cuenta de los automóviles y los problemas que acarreaban su uso como los accidentes viales y la corrupción con la famosa “mordida”. Los problemas urbanos fueron tratados con agudeza, la leche “bautizada”, la carestía de los artículos de primera necesidad, el hacinamiento de las vecindades, y otros temas. Además, este diario se distinguió por sus ediciones especiales, suplementos y almanaques, con espectaculares portadas a todo color e ilustradas por los dibujantes Carlos Alcalde, Jorge S. Duhart y Gómez Linares. Además, este rotativo desplegó una serie de publicaciones independientes: El Universal Ilustrado (11/may./1917); El Universal Taurino (24/oct./1921); El Universal Gráfico (01/feb./1922); y El Universal Infantil (Mar.1918).

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Al hablar del humor gráfico no podemos dejar afuera a dos géneros que están presentes en este periódico: la tira cómica y la historieta. El Universal abrió el camino en nuestro país a estos dos géneros, y el 22 de abril de 1917 apareció la tira cómica “Travesuras de Pancholín”, bajo la firma de Dax. La historieta y la tira cómica sirvieron como escuela de una generación de caricaturistas que desarrollaron habilidades para la observación sociológica y para la crítica costumbrista, entre los que sobresalieron Bismarck Mier y Guerrero Edwards, ambos formados en El Universal.

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En 1924 nace la primera tira cómica deportiva: “Kid Cáscaras”, cuyo autor fue Andrés Audiffred. Además, dio vida en 1927 a la historieta “Don Odilón” y “El Sr. Pestañas”. En mayo surge la historieta “Mamerto y sus conocencias” del dibujante Hugo Tilghmann, y el guionista Jesús Acosta. Igualmente, nace la tira cómica “Vaciladas de El Chupamirto”, con dibujos de Dux y textos de Acosta. También, Audiffred crea la tira cómica “Tito Melcocha”.

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En el suplemento dominical del 16 de enero de 1927 se publicó un anuncio invitando a los dibujantes interesados a inscribirse en un concurso con un tema abierto, dándole preferencia a la historieta con temas nacionales. La historieta ganadora del concurso fue Mamerto y sus conocencias del dibujante Hugo Tilghmann, y el guionista Jesús Acosta. Los caricaturistas con su capacidad crítica en las historietas y las tiras cómicas, se mostraron como buenos sociólogos en el análisis de situaciones y de hechos de la época.

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En los años que van de 1917 a 1923 hay una ausencia de caricaturistas en El Universal, aun cuando contaba con dibujantes, discípulos de Carlos Alcalde, quienes ilustraban notas y reportajes, y realizaban retratos humorísticos de los personajes de la época, pero sin ninguna crítica. No obstante, en 1925 surgen caricaturistas con un sentido crítico como: J. Amparán, Ángel Zamarripa “Facha”, Taledro y Mephisto. Además, destacaron Dávila Madrid, El Marqués, Líder, Ra-Ta-Plan, Dinamita, Chico, Consejo, Solrac, MacDonald, y comienza Audiffred a sobresalir y expresar su creatividad para permanecer en el gusto de la opinión pública durante más de tres décadas.

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En el periodo obregonista no se publicaron caricaturas críticas más que ocasionalmente, pese a que en la época de Palavicini había grandes dibujantes, solo se dedicaban a realizar viñetas, marcos, cenefas, algunas cabezas y carátulas para los suplementos y publicaciones de la empresa periodística. No obstante, el director de este diario, Miguel Lanz Duret, impulsó este género convocando al público en general a participar en “Nuestro concurso de Caricaturas” en abril de 1924. El primer premio era un contrato como caricaturista de planta en el diario, y el ganador de este certamen fue el artista de nombre César con un cartón titulado En plena crisis, publicado el 17 de mayo de 1924. Entre los participantes hubo algunos que adquirieron renombre y se quedaron a trabajar en el periódico como: Tilghmann Foxi, Jesús Acosta “Dux” y Miguel Ángel Montalvo, quienes lograron una carrera y fama con su trabajo. Además, sobresalieron Armando Guerrero Edwards, creador de la historieta “Chicharrín” y el “Sargento Pistolas”; Ángel Zamarripa “Facha”; Bismark Mier, autor de Padrinos y vampiresos, Salvador Patiño Conejo, y Andrés Audiffred.

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La resurrección de la caricatura fue acompañado de una gran variedad de temas y una mayor capacidad expresiva. Además, los cartones políticos muchas veces o casi siempre se hacían entre el dibujante y el escritor de diálogos. De este modo, se fue desarrollando la especialidad de escritor humorista, entre los que destacaron J. Acosta C. e Hipólito Zendejas, cuya labor creativa se advierte en los años treinta y cuarenta.

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El Universal siempre apostó al desarrollo del cartón político, por ello impulsó el concurso de caricatura de donde salieron dibujantes que con el tiempo serían los herederos de Alcalde y de Peña. En 1964 este diario vuelve a promover otro concurso de caricatura política, de donde surgieron Gumaro Castellanos “Magú” y Sergio Hiracheta. Aunque, la caricatura política como se conoce actualmente, seguía siendo la excepción, ya que de vez en cuando se hacía algún cartón con claras referencias a hechos políticos del momento.

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El cartón político se afianzó en el gran diario de México en donde emergieron grandes caricaturistas que dejaron una muestra de su mirada sagaz y su calidad plástica que testifican nuestra historia. No son pocos los nombres de caricaturistas talentosos que saltan a nuestra crónica, y posiblemente se nos escapen muchos otros, sin embargo nos limitaremos a mencionar a Carlos Alcalde, Andrés Audiffret, Antonio Arias Bernal “El Brigadier”, Rogelio Naranjo, Helio Flores y Ángel Boligán.

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Alcalde se inicia muy joven en el oficio como caricaturistas, y tiene como maestro a José María Villasana. Debuta en México Gráfico, y continúa en El Mundo. Además, fue maestro de Andrés Audiffred. Este dibujante participó en la fundación de El Imparcial en 1896, y de El Universal, en 1916. Fue un artista en el manejo del lápiz o el pincel en la prensa mexicana, cuando lo sorprendió la muerte el 29 de septiembre de 1927, tenía 44 años. Sus dibujos en las páginas de este diario muestran como le daba rienda suelta a su ingenio para plasmar el buen humor. Su obra es un testimonio del cambio del siglo XIX al XX, pues representan escenas de la vida cotidiana transformándose.

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En la década de los cuarenta están los trazos del extraordinario caricaturista Andrés Audiffred. De la destreza de sus lápices, su mirada y precisión brotaron cartones condimentados con ironía y sarcasmo, contribuyendo a entender parte de esa temporalidad. Asimismo, la pincelada humorística que le imprimió a sus dibujos reveló habilidad y capacidad interpretativa de esa época. Es de destacarse su sátira contra los vicios de la burocracia nociva que pretendía envolver al país; contra las ambiciones de la clase burguesa emergente, y contra los defectos de la idiosincrasia del mexicano. Cabe subrayar que sus cartones se enmarcaron en el costumbrismo. Sus “Siluetas”, como se identificaban sus dibujos durante los años cincuenta, son muestra de su capacidad de caricaturista. Este cartonista interpretó los cambios que vivió el país como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, por ello abundan cartones que dan cuenta de ese conflicto internacional con un toque anticomunista. Su última entrega para este rotativo fue el viernes 5 de diciembre de 1958, tres días antes de su muerte.

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Audiffred fue relevado en El Universal por Antonio Arias Bernal “El Brigadier”. Su paso como editorialista gráfico en este diario fue corto, sin embargo sus trazos fueron mordaces contra los políticos de la época alemanista y ruizcortinista, y constituyeron un testimonio de lo que pensaba el pueblo de tales personajes. La expansión de la Guerra Fría, en los cincuentas, se vio reflejada por las caricaturas de Arias Bernal, condimentadas con un anticomunismo, en donde el común denominador era dibujar al oso soviético en franca actitud belicista y provocadora frente al Tío Sam.

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El cartón político evolucionó tanto en la parte de la técnica como en los temas en los años sesenta. El estilismo clásico y el cartón conservador se modifican y se inicia un trabajo más libre de las técnicas del dibujo y con mayor conciencia social. No obstante, con la llegada de Gustavo Díaz Ordaz al poder en 1968 se viene una fuerte censura en los medios.

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Estos años fueron marcados por el desarrollo estabilizador del país, la creciente urbanización, el sosiego de la movilización social motivada por el descontento de maestros y ferrocarrileros. La caricatura también empieza a abrirse a temas más novedosos que fueron asimilados por cartonistas como Rogelio Naranjo. Hablar de este extraordinario periodista gráfico es referirse a su filo crítico de la vida política de México. Su aguda mirada y su habilidad en el manejo del grafito han sido determinantes para trazar múltiples caricaturas que forman una crónica visual del siglo XX y XXI.

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En 1969 Naranjo fue invitado a participar en El Universal, para convertirse en un certero crítico gráfico del sistema político mexicano nutrido por un elenco de funcionarios y voraces empresarios, y demás lacras. Estos personajes públicos no escapaban de su lucidez, precisión y delicadeza de su lápiz. La interpretación de la noticia le permitió crear obras de extraordinaria trascendencia. Sus caricaturas capturaron de manera humorística los sucesos del tiempo que ha presenciado, y ha tocado la fibra sensible de nuestra nación con su actividad periodística durante más de cuatro décadas. Ha analizado minuciosamente los acontecimientos políticos en México desde 1970 hasta nuestros días. Nadie ha visualizado a los presidentes de la República Mexicana con la destreza de Naranjo. El rostro de los protagonistas públicos ha sido trazado con una pincelada en donde cada rasgo físico fue captado con finura, y sin tanta burla o ironía. Con su lápiz a cada mandatario lo presentó como fue y lo confrontó con las evidencias. No los criticó por sus facciones y sus acciones, es decir los cartones no son jocosos en sí mismos, sino por las fechorías que cometieron estos personajes públicos.

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Otro de los destacados pinceles que ha ilustrado buena parte del siglo XX y, principios, del XXI en el diario homenajeado, es Helio Flores Viveros. Sus primeros cartones aparecen en El Universal en 1971. Con su humor gráfico este célebre artista del pincel nos ha deleitado con su crónica de los episodios que le ha tocado presenciar en su momento. Con unas líneas irónicas, finas, y acompañadas con un texto breve exhibieron los despropósitos de los actores políticos. Su agudo mirar y su habilidad en el manejo del lápiz quedó plasmada en múltiples caricaturas que se publicaron en el gran diario de México.

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Helioflores le ha dedicado a este oficio poco más de medio siglo, ha vertido una buena cantidad de tinta en infinidad de hojas, y siempre muy bien condimentadas con humor. Los personajes de alto vuelo, como el Presidente de la República, funcionarios públicos, la clase política, han sido un blanco para la mira de este humorista gráfico. Además, la pincelada humorística que le imprime a sus cartones revela habilidad y capacidad interpretativa de la realidad política de la época. Su magia radica en la combinación de un buen trazo y un buen texto. Para ello, requiere información, análisis, ingenio y sentido del humor. Helioflores al abordar la nota del día, con su humor gráfico facilita a los lectores entender mejor la coyuntura política.

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En el periodo de los noventas surgió el periodista gráfico Ángel Boligán Corbo, originario de La Habana Cuba. Colabora en la página editorial de El Universal desde 1992, y es uno de los artistas contemporáneos renombrados y multipremiado, quien en su columna Espejo de Tinta del diario mencionado publica sus magnificas ilustraciones con un toque de originalidad, creatividad y calidad plástica.

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Sus trazos son muy claros como el agua, no requieren de signos lingüísticos. En sus cartones políticos sus personajes están sin voz, no obstante sus dibujos llevan inmerso un discurso sin la necesidad de que los acompañen las palabras. En su caricatura se advierte que el blanco para su sátira han sido los banqueros, empresarios y alto clero, por lo general dibujados con cuerpos enormes e hinchados y cabezas pequeñas, y viceversa, entre más amable le resulta el personaje del que se ocupa, más posibilidades tiene de quedar plasmado con una cabeza de proporciones razonables. La pericia de Boligán para hilvanar sus trazos y su capacidad visual de captar los rasgos más prominentes del personaje en cuestión le permite crear un cartón y expresar una opinión.

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Finalmente, a estos prestigiados artistas del pincel les tocó vivir periodos complejos de nuestra historia, y de los temas que abordaron con su humor gráfico se destacó la desigualdad social, la corrupción, la impunidad, la descomposición moral, política e institucional, entre otros. Así pues, ilustraron los hechos más significativos de nuestra vida política del país. Esta crónica visual es imprescindible para comprender nuestro pasado y el presente con cada trazo y cada línea que dibujaron. En suma, los universales han documentado, narrado, denunciado, con imágenes, caricaturas y textos de sus grandes artistas 100 años de historia de México y el mundo, y sus páginas son una fuente inagotable de investigación sobre diversos tópicos.

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