“Philip Roth, el escritor más significativo de su generación”
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Matthew Shipe, presidente de la Philip Roth Society, organización dedicada al estudio de los textos de este escritor, habla de la relevancia que tuvo el autor de Pastoral americana en la literatura de su país y de sus posibles herederos literarios
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POR VÍCTOR SANCHO
Washinton. La magnitud de la obra de Philip Roth (1933-2018) le ha situado en el panteón de los novelistas más importantes de su generación, uno de los mayores cronistas de la sociedad estadounidense de la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, quien reflejó la realidad que vivía a través de sus ficciones.
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“Philip Roth registró los enormes cambios políticos y culturales que experimentaron los EU en las décadas posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial”, cuenta a EL UNIVERSAL Matthew Shipe a través de un correo electrónico.
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Shipe es un verdadero experto en la figura del novelista recientemente fallecido. Profesor de literatura estadounidense contemporánea y escritura avanzada en la Universidad de Washington en St. Louis, es, además, el presidente de la Philip Roth Society, organización sin fines de lucro dedicada al estudio de los textos del autor.
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Roth, según el experto, formó parte de una camada de escritores que centraron su obra en plasmar la realidad de su país y especialmente los cambios que se vivían. Un grupo integrado por autores como John Updike, Toni Morrison, Thomas Pynchon o Joan Didion, por citar algunos ejemplos: todos escritores contemporáneos ávidos de contar y entender la transformación de Estados Unidos y sus revoluciones a nivel político-cultural.
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En su análisis, Shipe hace una separación en la obra de Roth. Sus primeros libros, especialmente la famosa novela de El lamento de Portnoy (1969), es básicamente un “reflejo del tumulto” de la revuelta vivida en la década de los sesenta y una reflexión de la revolución sexual.
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Sin embargo, fue la época tardía de su obra la que, según el experto, “estableció la posición de Roth como el escritor más significativo de su generación”. Una era que empezó con La contravida (1987) y que continuó con una de sus obras maestras, La conjura contra América (2004).
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En medio hay otras maravillas como El teatro de Sabbath (1995) o la aclamada y ganadora del Pulitzer Pastoral americana (1997); con éstas, junto a La conjura contra América, “Roth volvió la vista a nuestro reciente pasado para interrogar el significado de los cambios que habían transformado la cultura estadounidense durante su vida”.
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Es precisamente con esta última novela con la que Shipe se explaya en su descripción de la importancia de Roth para comprender no sólo la literatura contemporánea estadounidense, sino toda la trascendencia de su obra.
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Tal y como cuenta el experto, ese libro —en el cual el autor crea la distopía de la derrota de Franklin D. Roosevelt en las elecciones de 1940 y mantiene a los Estados Unidos fuera de la Segunda Guerra Mundial— es una muestra perfecta del significado ulterior de la prosa de Roth, una novela “oportuna porque pone de relieve la naturaleza frágil de la historia de los Estados Unidos”.
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La preponderancia y elemento central para entender la literatura estadounidense actual le valieron todos los premios literarios existentes, y sólo le fue esquivo el Nobel. Shipe, sin embargo, resta importancia al asunto, como si ese reconocimiento no fuera necesario, ni factible. “El Nobel ha sido reticente a dar el premio a un estadounidense. La decisión de premiar a Bob Dylan pareció, a mi entendimiento, una señal de que no iban a dárselo a ninguno de los grandes novelistas estadounidenses (Roth, DeLillo, Pynchon, Didion) quienes pudieran estar en la contienda para ganar el premio”, reflexiona.
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Shipe señala tres autores como los posibles herederos de Roth. “Se puede sentir su influencia especialmente en escritores como Michael Chabon (autor de Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay), Jonathan Lethem (Huérfanos de Brooklyn) y Jonathan Franzen (Las Correcciones y Libertad)”, detalla el experto.
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Ninguno de ellos, sin embargo, “es tan obsesivo con sus temas centrales y su deseo de considerar múltiples ángulos de un argumento de la misma forma que era capaz Roth en su más vivaz y cautivadora ficción”, apunta Shipe.
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Foto: Fotografía tomada en 1937 en la que aparecen Philip Roth (adelante), junto a su hermano, Sandy, y a su padre, Herman, en la playa de Bradley, Nueva Jersey. / EFE
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