Premio Manuel Acuña: El gran premio de las cien mil preguntas

Sep 7 • Conexiones, destacamos, principales • 6953 Views • No hay comentarios en Premio Manuel Acuña: El gran premio de las cien mil preguntas

POR ABIDA VENTURA

Para los jóvenes artistas integrantes del taller de gráfica El Chanate, asociación civil de Torreón, Coahuila, dedicado desde hace 11 años a la formación de públicos en artes plásticas, el clima de violencia que se vive en su ciudad no ha sido un impedimento para salir a las calles y llevar el arte del grabado a las colonias populares. Desde enero, con un triciclo que convirtieron en taller móvil, El Chanate-Móvil recorre las calles, mercados y plazas enseñando y promoviendo el arte a jóvenes que carecen de recursos para la colegiatura en alguna universidad o centro de formación de artes plásticas, y a gente que no acude a galerías, museos, mucho menos al teatro, pues, según el Sistema de Información Cultural y la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales realizada por Conaculta en 2010, en Coahuila —que tiene una población de 2 millones 748 mil 391 habitantes—, existen 21 teatros, a los que 93.9% de la población no asiste ni siquiera una vez al año, y 51 museos, a los que solo asiste un 33.3%.

 

La labor realizada por El Chanate es de llamar la atención en un estado que, de acuerdo con información de Conaculta, en infraestructura cultural se ubica en el sexto lugar de los nueve estados de la zona norte del país, tan solo por arriba de Baja California, Baja California Sur y Chihuahua, y en el séptimo en cuanto a oferta cultural. A pesar de eso, El Chanate no cuenta con suficientes apoyos económicos y lo poco que ha recibido de las administraciones estatales y municipales en los últimos dos años se ha reducido notablemente.

 

Hasta hace dos años, el Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult), ahora convertido en Secretaría de Cultura, les otorgaba 25 mil pesos mensuales. Con la nueva administración el apoyo se redujo a 10 mil. Una cantidad que, comenta Norberto Treviño, coordinador de El Chanate, apenas alcanza para pagar la renta, el agua, la luz y el teléfono, mas no para la creación artística. Además, a principios de este año la Dirección Municipal de Cultura de Torreón les retiró un apoyo económico de siete mil pesos mensuales para pagar a dos maestros de grabado.

 

Ese recorte responde a la difícil situación que enfrenta la administración cultural del municipio, cuyo presupuesto de este año (1.5 millones de pesos) se redujo 50% respecto al del anterior: en 2012 fue de tres millones de pesos. Por esto, algunos talleres dejaron de funcionar. De hecho, explica  el escritor Jaime Muñoz Vargas, director de Cultural del municipio, en este año, último de la actual administración local, se han dado planes severos de austeridad: “en todas las dependencias fue recortado el suministro de gasolina, se restringió el número de llamadas a celular desde la oficina y a los trabajadores se nos han aplicado dos decrementos de cierto porcentaje en los sueldos”.

 

Muñoz Vargas asegura que el plan de la oficina que dirige ha sido proponer sólo actividades con artistas locales. “Con esto hemos logrado mantener una agenda nutrida de presentaciones; hemos publicado cerca de veinte libros; la Orquesta Sinfónica Juvenil y la Banda Municipal siguen en pie y los centros culturales y museos del municipio, así sea en medio de carencias, siguen abiertos a la comunidad y trabajando”, indica vía correo electrónico.

 

Y mientras en esa ciudad de la Comarca Lagunera el colectivo El Chanate lucha por sobrevivir a través de subastas o colaboración con fundaciones, y la Dirección Municipal de Cultura requiere de recursos para remozar los dos centros culturales, los cuatro museos y la red local de bibliotecas, el Gobierno de Coahuila, a través de su Secretaría de Cultura, ha organizado un magno homenaje al poeta Manuel Acuña, con motivo del 140 aniversario de su muerte. El estado, que mantiene una deuda de casi 36 mil millones de pesos con la federación, ha decidido gastar en esas actividades 5.5 millones de pesos de recursos públicos, que serán pagados por los contribuyentes del país: 3.5 millones de pesos para la realización del Encuentro Internacional de Poesía Manuel Acuña y 2 millones de pesos para el Premio Internacional Manuel Acuña de Poesía en Lengua Española.

 

Estos gastos dejan abiertas muchas preguntas. El problema, comenta el antropólogo y especialista en legislación cultural Bolfy Cottom, es la poca claridad respecto de la aplicación de los montos que la Cámara de Diputados aprobó en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2013 para la realización de esas actividades. Según el documento del PEF 2013, en el Anexo 35.4 de Apoyos y Donativos, para el estado de Coahuila hay un presupuesto etiquetado de 2 millones de pesos para el “Premio Iberoamericano de Poesía Manuel Acuña”; y otro de 4.5 millones de pesos para la realización del “Encuentro Mundial de Poetas”, recurso catalogado entre los proyectos culturales no gubernamentales, y que fue promovido por la Asociación Civil Brive Cultural. A cierre de edición, una pregunta no fue respondida por la Secretaría de Cultural: ¿quién preside y quiénes forman parte de esta asociación?

 

Originalmente sería esa AC la que apoyaría la realización del encuentro de poetas, pero los trámites en la Dirección General de Vinculación Cultural de Conaculta, el área especializada en la gestión  de los proyectos etiquetados, se retrasaron, y el recurso no llegaría hasta noviembre, tres meses después de la celebración del encuentro que se realizó a finales de agosto. Como medida de emergencia, la dependencia estatal decidió solventar el gasto con parte de su presupuesto general, que para este año es de 314 millones de pesos, incluidas las partidas federal y estatal. Según información de la Secretaría de Cultura de Coahuila, debido a que el costo del encuentro podía ser pagado por la dependencia, la Asociación Civil desistió del recurso, por lo que ese dinero nunca se ejerció.

 

Con un millón de pesos menos de lo previsto, el encuentro se llevó a cabo del 27 al 30 de agosto en Saltillo, Arteaga, Torreón y hasta en el DF. Congregó a 40 poetas, nacionales y extranjeros, en mesas de lectura, presentaciones de libros y discusiones en torno a la poesía en plazas y parques. Los otros dos millones de pesos etiquetados dentro del gasto federal están destinados al premio de poesía, único en su tipo por ofrecer una bolsa de 100 mil dólares (un millón 231 mil pesos, aproximadamente), una cantidad que, al convocar a todos los poetas de habla castellana, sin importar su lugar de residencia, podría beneficiar a algún creador residente en otro país, pues a la convocatoria llegaron 728  trabajos, de 22 estados del país y de otros 22 países, entre ellos Finlandia e Israel.

 

Por el monto que ofrece, el galardón dedicado al autor de “Nocturno a Rosario” se convierte en el mejor pagado en México para obra poética inédita, con una cifra casi tres veces mayor a la que otorga el Premio de Poesía Aguascalientes, el de mayor tradición en México, que desde este año está dotado de 500 mil pesos. Además, el galardón se coloca apenas por debajo de dos que se entregan en México como reconocimiento a toda una trayectoria literaria: el Premio Internacional Carlos Fuentes, dotado con 250 mil dólares, y el Premio FIL de Literatura, de 150 mil dólares.

 

La convocatoria cerró el 21 de junio. Pero, en un contexto en el que integrantes de la comunidad intelectual han criticado la poca transparencia en la revisión de los textos candidatos a premios, el jurado del Premio Manuel Acuña puede levantar demasiadas sospechas si no lleva a cabo un proceso de selección riguroso y confiable. Pues, como indica el escritor Gabriel Zaid, en su artículo “Claridad en los Premios” (Letras Libres, abril de 2012), “un concurso de novela para escoger la mejor entre quinientas no puede ser serio, porque no es posible que todos y cada uno de los jurados hayan leído todas y cada una de las quinientas novelas. Es un fraude al público y a los 499 perdedores, movilizados para cubrir las apariencias. Si existe un jurado previo encargado de eliminar las que no merecen llegar al jurado final, este procedimiento debería ser explícito y los nombres de los encargados de la preselección deberían ser públicos, así como la lista que resulte de su trabajo”.

 

En el caso del Premio Manuel Acuña, Ana Sofía García Camil, secretaria de Cultura del estado, sostiene que el proceso de selección ha sido riguroso. Entrevistada durante la Reunión Nacional de Instituciones Estatales de Cultura que se llevó a cabo el 22 y 23 de agosto en Querétaro, la funcionaria sostuvo que, a partir del cierre de la convocatoria, un prejurado de cinco personas seleccionó cien trabajos de entre los 728 recibidos en cinco días. “La preselección se hizo con base en la revisión de ciertos requerimientos; por ejemplo, la eliminación de los trabajos que no cumplían con los requisitos de las bases; también se fijaron en la calidad que presentaban”. Esta medida abre una interrogante muy grave: ¿qué tan confiable es esa selección previa? “Todos se recibieron con seudónimo, no sabemos de quiénes son los trabajos, así que no se puede decir que se favoreció o anuló a alguien en particular”, añadió la funcionaria.

 

Los tres jurados internacionales, cuyos nombres no se han dado a conocer, tendrán poco menos de 90 días para leer y analizar esos 100 textos y emitir su fallo el próximo 20 de septiembre. Aunque, advierte la funcionaria, la fecha podría posponerse, pues los jurados han solicitado más tiempo para la deliberación. “Quizá agreguemos 15 días más; como la premiación es el 6 de diciembre, tenemos tiempo para mover el fallo y que se haga una lectura muy acuciosa”, dijo.

 

Al final del proceso habrá un poeta que, además de embolsarse los 100 mil dólares, ganará proyección, incluso la oportunidad de ver su obra publicada, aunque el libro pueda llegar tiempo después de lo anunciado. La promesa del Manuel Acuña, según su convocatoria, es la publicación de la obra ganadora en una coedición entre la Secretaría de Cultura de Coahuila y el Conaculta. Pero, por el momento, hay una pregunta más que no tiene respuesta: se desconoce el tiraje y las condiciones de la edición. La Dirección General de Publicaciones de Conaculta afirma que aún no se ha firmado el convenio de colaboración, mientras que García Camil asegura que se están revisando otras editoriales para definir con cuál trabajar. “Ahorita no sabemos con quién… queremos hacerlo con una buena editorial para que haya una distribución a nivel nacional. Ojalá podamos saberlo para la premiación, pero quizá no lo logremos [presentarlo este año]; aun así tendremos más oportunidades, por ejemplo, cuando presentemos la segunda edición del premio”, dijo.

 

Con esta serie de actividades en memoria de Manuel Acuña, el Gobierno de Coahuila parece no escatimar recursos públicos en la promoción de la literatura para lograr “poner a Coahuila en el mapa literario nacional”. “Uno de los temas que nos interesan es el fomento a la lectura. El promedio de lectura que se tiene en el estado es de menos de un libro al año”, admite García Camil. La página web del Sistema de Información Cultural del Conaculta revela que Coahuila cuenta con 35 librerías, que reciben apenas a un 9.2% de la población durante el año, y con 140 bibliotecas, a las cuales el 80.4% de los coahuilenses confiesa nunca asistir.

 

Ante ese panorama, algunos artistas critican el proyecto del gobierno estatal. “Dicen que no hay dinero para apoyar a proyectos que ya vienen andando desde hace tiempo, pero sí hay para festivales y para dar premios millonarios. Es un poco incoherente la postura de la Secretaría de Cultura”, señala la grabadora Patricia Hernández,  representante legal del Taller El Chanate.

 

En todo el año, en Coahuila se realizan diversos festivales, entre ellos el Festival de Cultura Infantil y Juvenil La Maroma, el Festival Internacional de las Artes Julio Torri, el Festival de la Palabra, entre otros. “Sí, son un chorro de cosas pero solamente duran tres horas, o un par de días; no hay un seguimiento. Es hasta cierto punto frívolo, como de relumbrón. No hay un trabajo de campo, no hay una investigación”, opina Norberto Treviño.

 

Por su parte, Jaime Muñoz Vargas, quien considera que en la promoción literaria es más efectiva la edición de libros y la creación de grupos de lectura con niños y jóvenes, comenta que, dado que los recursos son siempre escasos, la gestión cultural debe centrarse más en el trabajo con artistas y promotores locales: “Soy de la idea de que lo que cuesta, por ejemplo, traer a un gran conferencista, a un artista consagrado de cualquier disciplina, puede equivaler a la manutención durante un año de un taller de pintura o música en una colonia o en un centro cultural popular”.

 

El escritor Vicente Alfonso, nacido en Torreón y residente en la ciudad de México, sugiere que, ante el recorte de recursos a programas artísticos, habría que insistir en que se transparenten los créditos “contratados ilegalmente durante la administración pasada”, la estatal, con Humberto Moreira y la federal, con Felipe Calderón: “Lo que se invirtió en el encuentro Manuel Acuña es casi nada comparado con esa megadeuda de más de 36 mil millones de pesos que tardaremos décadas en pagar, y lo peor es que ni siquiera sabemos puntualmente dónde quedó ese dinero. Pretender austeridad recortando la cultura, que históricamente ha contado con partidas bajas, sería un error. Antes propondría organizar más actividades para difundir, por ejemplo, la poesía de una escritora extraordinaria, Enriqueta Ochoa. También formalizar muchos talleres (literarios, de danza, de artes plásticas) que han subsistido con mínimo apoyo”, señala el autor de la novela Partitura para mujer muerta,

 

Como Vicente Alfonso, el escritor Julián Herbert, nacido en Acapulco pero residente de Saltillo desde hace años, celebra que con actividades como el Premio Manuel Acuña y el encuentro se haga promoción a la literatura. Sin embargo, admite que existe poco apoyo a artistas y creadores: “Me parece que es debatible el hecho de que un estado que tiene muchos problemas ofrezca un premio tan grande, pero desde mi perspectiva, como autor de poesía, está padre que existan un premio así y que un escritor se lo pueda ganar… También lo que me parece es que en algunos aspectos se han invertido más en obras muy grandes, en grandes conciertos, exposiciones y menos en el trabajo de los artistas de a pie. Son cosas que suelen suceder”.

 

Aunque el autor de la novela Canción de tumba y el libro de poemas La resistencia aplaude ese proyecto de promoción a la literatura, pone en tela de juicio el hecho de que esté dedicado a Manuel Acuña, quien, considera, no es el mayor poeta que ha dado Coahuila, sino “un poeta de mediana tabla”.
(Con información de Alida Piñón).

 

*Fotografía: “Integrantes del Taller El Chanate realizan actividades promoción de artes visuales en las calles y plazas de Torreón, Coahuila”/Taller El Chanate.

 

 

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