El cine mexicano e internacional en 2019
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Entre las apuestas fílmicas de este año destacan dos documentales que exploran la realidad del país y tres historias protagonizadas por mujeres, ya sea desde la marginalidad como desde la insatisfacción devenida en comedia romántica
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POR JORGE AYALA BLANCO
1. El guardián de la memoria de Marcela Arteaga, historia estrujante de la extinción en sólo 3 años (entre 2008 y 2011) del poblado chihuahuense de Guadalupe en Valle de Juárez por las sistemáticas desapariciones forzadas y los asesinatos perpetrados por los cárteles, documental a viva voz adolorida, esclarecedora película sobre la realidad de un país sumido en la ignominia y la corrupción, la impunidad durante la llamada guerra contra el narcotráfico y sus consecuencias donde no hubo posibilidad de cambio ni defensa, cabeza de playa del nuevo concepto de “crimen autorizado” (que no crimen organizado) en un subgénero nacido más de la reflexión poética que de la urgencia.
2. El ombligo de Guie’dani de Xavi Sala, expresión sensible y solidaria con la rebeldía esencial de una chava indígena rural condenada al servicio doméstico urbano, reenfoque de la migración interna como una injusticia toral y un cautiverio en paralelo con la Roma de Alfonso Cuarón pero en las antípodas de cualquiera añoranza clasemediera, innovadora obra de un nuevo realismo objetivo/subjetivo rigurosamente prosaico y antipatético.
3. El sembrador de Melissa Elizondo, espléndido retrato docuficcional y militante en lo inmediato de un maestro multigrado rural, anticipación espontánea y vivaz al discurso cultural y educativo en favor de las comunidades indígenas de la 4T, fervorosa y convencida/convincente captación de formas alternativas a la educación establecida, eficaz y conmovedora participación de niñas y niños sin futuro formativo inmediato pero volcados a una experiencia fundamental y fundacional de sus vidas.
4. Esa es Dania de Dariela Ludlow, vivisección afectiva pero jamás complaciente de una chava nini que ya es madre sin haber conseguido llenar sus vacíos existenciales, espontaneísta docuficción mínima con relaciones familiares y deambulatorias surgidas sobre la marcha a lo largo de varios años, establecimiento singular de un extraño y propositivo equivalente entre la (ausencia de) personalidad de la heroína y una forma fílmica deliberadamente desarticulada.
5. Solteras de Luis Javier M. Henaine, fina sátira juguetona sobre las ansias de boda de una chava emocionalmente deshecha y autodevaluada, desternillante y escéptica relectura antirromántica decepcionada para acabar con el avasallante alud de comedias románticas del cine comercial mexicano hoy sin freno, manjar urbano en tono de cuento de hadas envenenado, feroz desmitificación del femidestino socialmente prefijado porque ¿el matrimonio es para las mujeres que han fracasado en todo lo demás, como decía la censurada y silenciada para siempre Mae West hace casi un siglo?
Con ganas de incluir La camarista de Lila Avilés, Las niñas bien de Alejandra Márquez Abella, El complot mongol de Sebastián del Amo, Cómprame un revólver de Julio Hernández Cordón y El peluquero romántico de Iván Ávila Dueñas, todas ellas ya reseñadas en estas páginas, aparte de las valiosas cintas Asfixia de Kenia Márquez, Disparos de Elpida Nikou y Rodrigo Hernández, Luna mortis y Septiembre 19: pequeñas historias épicas de Rafael Rangel, Baño de vida de Dalia R. Reyes Campos, Los años azules de Sofía Gómez Córdova, Juan y Vanessa de Ianis Guerrero, Un filósofo en la arena de Aarón Fernández Lesur y Jesús Manuel Muñoz, Distancias cortas de Alejandro Guzmán Álvarez, Mientras se espera de Paola Villanueva Bidault, Titixe de Tania Hernández, La historia negra del cine mexicano de Andrés García Franco, ¿Conoces a Tomás? de María Torres, Polvo de estrellas de Aldo Sotelo Lázaro, Como si fuera la primera vez de Mauricio T. Valle, Todas las pecas de mundo de Yibrán Asuad, Noches de Julio de Axel Muñoz Barba, Tiempo sin pulso de Bárbara Ochoa Castañeda, Yo no soy guapo de Joyce García, Niebla de culpa de Chisco Laresgoiti, Luciérnagas de Bani Khoshnoudi y Esto no es Berlín de Hari Sama.
Además de los originales e irresistibles cortometrajes Todo sigue tranquilo y El peso de los caídos de Gastón Andrade Juárez, Los ausentes de José Luis Hebert, Oasis y Abrir la tierra de Alejandro Zuno, El aire delgado de Pablo Giles, Arcángel de Ángeles Cruz, Viva el rey de Luis Téllez, El último romántico de Natalia García Agraz, Los exiliados de Sebastián del Valle Leguízamo, Tuyuku/Ahuehuete de Nicolás Rojas Sánchez, Hierba mala de Carlos Trujano, Dalia sigue aquí de Nuria Menchaca y Eclosión de Rita Basulto.
Las 5 peores del cine mexicano
1. Chicuarotes de Gael García Bernal, vicisitudes fílmicamente ineptas de dos improbables personajes barriales xochimilcas, abrupta ficción tremebundista tan falta de inteligencia cuan asombrosamente precoz para sus cuatro añitos anteriores a la edad mental, vueltas enloquecidas sobre su misma insignificancia supeargitada, insalvable manía de seudopoéticos anonadamientos miserabilistas inútiles.
2. No manches Frida 2 de Nacho V. Velilla, competencia hipersangrona entre escuelas preparatorias tan hipotéticas como patéticas, inframanchada secuela de una franquicia alemana particularmente vulgar e inconsecuente, suma de sketches autoexcitados con aventuras virilistas y sexoabsurdidades soeces.
3. Polvo de José María Yázpik, recuperación fársica de un narcocargamento a base de jugosos dolarucos por paquete de droga ja-já en un esquemático pueblito bajacaliforniano (“¿Quihubo, loco?”), inflado Heimatfilm apenas posRancho Grande narcisista cuya auspiciosa sátira sonriente a la corrupción comunitaria totalizadora no consigue rebasar siquiera sus anacrónicos modelos mamoncísimos (El brazo fuerte, Calzonzin inspector, Las fuerzas vivas o El héroe desconocido), erizado erizante carnaval de simpaticales corruptos archihigadescos.
4. Traición de Ignacio Ortiz Cruz, tediosa travesía estática de la sierra por una alegórica pareja padre-hija grandilocuentemente verbosa, fraudulento trozo incongruente de una inconclusa fantasía parricida, cursilírico bombardeo de retornos al pasado en redondo, enferma misoginia machista-putañera que pretende enjaretársele a las propias mujeres.
5. Mentada de padre Mark Alazraki y Fernando Rovzar, ronda de monerías filiales compitiendo por el dictatorial legado de un supuesto magnate radiofónico de época, descompuestas sobreactuaciones al infinito guiñolesco, rematada complacencia machista en concepción y en actos que nunca llegan a ser realmente bufos.
Aunque no desmerecerían demasiado en este rubro otros bodrios impresentables: Belzebuth de Emilio Portes, Una familia con madre de Enrique Arroyo, Los débiles de Raúl Rico y Eduardo Giralt Brun, Fausto de Andrea Bussmann, Loco fin de semana de Krzysztof Raczynski, Mamá se fue de viaje de Fernando Sariñana, Tod@s caen de Ariel Winograd, Una taza de café de seis dólares de Andrés Ibáñez Díaz Infante o Guadalupe Reyes de Salvador Espinosa.
Tal como intentaremos fundamentarlo en las próximas entregas, La o… (en prensa) y La p… (en proceso), de nuestro Abecedario del Cine Mexicano.
Las 10 mejores del cine mundial (aquí exhibido)
1. Guasón de Todd Phillips (EU)
2. Criaturas fronterizas de Ali Abbasi (Suecia-Dinamarca)
3. High Life de Claire Denis (Francia)
4. Tarde para morir joven de Dominga Sotomayor (Chile)
5. Ad Astra: hacia las estrellas de James Gray (EU)
6. Largo viaje hacia la noche de Gan Bi (China)
7. Había una vez en… Hollywood de Quentin Tarantino (EU)
8. Dolor y gloria de Pedro Almodóvar (España)
9. Diamantino de Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt (Portugal)
10. Leto, un verano de amor y rock de Kirill Serebrennikov (Rusia)
Con ánimo de insertar asimismo: Destrucción de Karyn Kusama, Vox Lux: el precio de la fama de Brady Corbet, Clímax de Gaspar Noé, La favorita de Yorgos Lánthimos, Green Book: una amistad sin fronteras de Peter Farrelly, Guerra fría de Pawel Pawlikowski, Un asunto de familia de Hirokazu Koreeda, ¿Podrás perdonarme? de Marielle Heller, Las herederas de Marcelo Martinessi, El ángel de Luis Ortega, Burning de Lee Chang-dong, El culpable de Gustav Möller, El peral silvestre de Nuri Bilge Ceylan, La daga en el corazón de Yann Gonzalez, Angelo de Markus Schleinzer, Lxs chicxs salvajes de Bertrand Mandico, El artista anónimo de Klaus Härö, En tránsito de Christian Petzold, La viuda de Neil Jordan, Tres rostros de Jafar Panahi, Limonada de Iona Uricaru, Amante fiel de Louis Garrel, Amanda de Mikhaël Hers, Salvaje de Camille Vidal-Naquet, El silencio de otros de Robert Bahar y Almudena Carracedo, El arte de defenderse de Riley Stearns, Los muertos no mueren de Jim Jarmusch, Un día de lluvia en Nueva York de Woody Allen, El irlandés de Martin Scorsese, Agnès por Varda de Agnès Varda, Parásitos de Bong Joon-ho, y algunas más, todas comentadas, o por comentar de inmediato, en este mismo espacio.
Los mejores ciclos del año
Retrospectivas de Paul Vecchiali y Rita Azevedo Gomes.
Y como diría el clásico Voltaire: “Todo hombre es culpable de lo bueno que no hizo”.
FOTO: Solteras, de Luis Javier M. Henaine, es una lectura antirromántica del avasallante alud de comedias románticas del cine comercial mexicano./Especial
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