Olivier Assayas y el espionaje reivindicado

Jul 18 • Miradas, Pantallas • 4195 Views • No hay comentarios en Olivier Assayas y el espionaje reivindicado

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Cinco disidentes cubanos huyen de la isla para ascender en los grupos anticastristas en Miami. Sus propósitos no son los que creen los nuevos socios americanos

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POR JORGE AYALA BLANCO

En la cinta por streaming La red avispa (Wasp Network, Francia-Brasil-España-Bélgica, 2019), incisivo opus 15 del excinecrítico cahierista parisino de 64 años Olivier Assayas (de su sensorial Desorden 86 a Las nubes de María 14 y Doble vida 18), con guion suyo basado en el estudio histórico Los últimos soldados de la guerra fría del brasileño Fernando Morais y filmado en Islas Canarias, el cariñoso piloto militar cubano René González (Édgar Ramírez) se despide como cualquier otra mañana de su adorada esposa cargando a la hijita de ambos Olga (Penélope Cruz) y enfila hacia Miami para pedir asilo político e infiltrarse sin dificultad en la organización Hermanos al Rescate que socorre balseros en altamar y que, aparte de traficar con drogas y lanzar volantes sobre los techos habaneros en nombre de la anticastrista Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) comandada por inescrupulosos jefes de operaciones, se dedica ante todo a realizar actos terroristas en La Habana para sabotear la apertura castrista al turismo internacional, varios de los cuales serán valerosamente desviados o impedidos por el agente encubierto René, pero hasta algunos años después de sufrir el oprobio de tener un traidor marido gusano logrará Olga reunirse con él en EU tras enterarse entonces de que se trataba de un heroico espía al patriótico servicio del régimen comunista, y todo eso sucede mientras el también seudodesertor piloto cubano muy carita Juan Pablo Roque (Wagner Moura) nada de noche desafiando tiburones para refugiarse en Guantánamo, se allega a René en la Florida hablando en ruso, se casa con la guapísima socialité arribista cubana en el exilio Ana Martínez (Ana de Armas) y así puede contactar incluso con el inaccesible presidente de la temible FNCA Jorge Mas Canosa (Omar Alí), hasta que se le desenmascare a ese Roque como un agente doble y sea detenido en la capital cubana, pues desde 1990, cuatro años atrás, el agente castrista con falsa nacionalidad y acento puertorriqueños Viramóntez (Gael García Bernal sin sonrisitas) ya estaba con gran eficacia al frente la Red Avispa del espionaje cubano, lo que faculta al gobierno de Castro para abrir a discreción su juego y desmontarle en su cara al FBI de Clinton todas sus estrategias y operaciones ocultas, dejando sin utilidad e indefensos a los ya supervigilados René y Viramóntez, quienes caerán en prisión con otros tres compañeros y serán condenados por espionaje y asesinato durante un escandaloso proceso conocido como Los Cinco de Miami, para desventura e ignominioso retorno a su isla natal de la afligida esposa Olga, ahora con dos hijitas y en el desvalimiento que le depara el espionaje reivindicado.

 

El espionaje reivindicado adopta, sin temor a resultar impenetrable, una compleja, ramificada y compacta, intrincada y casi inabarcable estructura expositora y narrativa que procede por paulatinas introducciones de nuevos personajes fundamentales: René, Roque, Viramóntez y algunas criaturas secundarias o episódicas más, tipo las esposas cruelmente sacrificadas Olga y Ana, soltándolas y retomándolas, al estilo arborescente y fatigosamente abigarrado de un Scorsese en Casino (95) y en Los infiltrados (06) o en el acabose de El irlandés (19), lo que le permite a Assayas ofrecer un vasto fresco de los enfrentamientos del sabotaje anticastrista y el espionaje cubano, pasando por la altiva dialéctica borgeana del héroe y el traidor, a tambor batiente como de costumbre en el director retratista de los mundos internos del cinefolletón pionero (Irma Vep 96) o de la pornohistorieta manga en 3D (Demonlover 02) y del superterrorista venezolano Carlos (10), por secuencias tan emotivas e impactantes como los interrogatorios feroces a los desertores del régimen sospechosos de cualquier felonía, el peligroso ejercicio de natación nocturna con carpeta de actividades bajo el traje de buzo, un salvamento en el océano, una persecución aérea con derribo de dos aviones, la instalación clandestina de dispositivos de vigilancia, el padecimiento de bullying sociopolítico en la isla, y tener como punto culminante del suspenso (una verdadera película dentro de la película) la bitácora por medias horas del sembrado de bombas C-4 en hoteles por un sicario salvadoreño (Nolan Guevara Hernández) al fin desechable a voluntad tras algunos estallidos tan prometedoramente mortíferos cuan fallidos.

 

El espionaje reivindicado sostiene con mucha mayor coherencia su temerario y provocador discurso castrista/anticastrista que, por ejemplo, el gozoso batidillo racista-antirracista-belicista-revanchista 5 sangres de Spike Lee (20), ningún esquematismo atiborrado en la mirada del orfebre medio agudo medio avieso Assayas, quien logra sostener la dureza de su acción narrativo-ensayística y apartarse de la posmodernidad líquida fuertemente cargada (según el sociólogo polaco Bauman) por las dinámicas masivas y globalizadoras al gusto del mercado, una dureza que procede tanto de su postura antimelodramática y su pensamiento como de una autoimpuesta firmeza y un impulso consistente de su imaginación realista, por encima del thriller político de espionaje o del cine de aventuras, a los que desborda al reducir a un mínimo las peripecias y las atracciones espectaculares, aunque sin prescindir de ellas.

 

Y el espionaje reivindicado deja finalmente traslucir, tal como lo había hecho con la narcocriminalidad de los combativos disidentes cubanos, la cruel ambigüedad del Estado Cubano, tras una diáfana explicación colateral sobre el juicio-patraña que llevó al patíbulo al presunto narcotraficante general Ochoa y tras la autodenuncia ante el FBI de los movimientos de la inteligencia castrista (reconocidos cansinamente a cámara por el propio dictador provecto), redundando en el abandono a su suerte, colgados de la brocha, de sus agentes infiltrados, o sea, toda la verdad y nada más que la verdad sobre Los Cinco de Miami y sus desgraciadas consecuencias individuales.

 

FOTO: Red Avispa se basa en la historia de los cinco espías cubanos enjuiciados en EU en 1998. / Especial

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