“Todas las pandemias pasan”

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Milena Busquets habla de Gema, su nueva novela, un reencuentro con los fantasmas de la ausencia, un punto de partida para explorar la amistad, el amor y la maternidad

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POR NATALIA BLANC
“A los quince años ya sabemos todo lo que sabremos sobre la amistad, no mejoramos como amigos, en todo caso empeoramos. El amor sentimental tal vez se pueda ir perfeccionando con el tiempo, pero la amistad no, la amistad alcanza su plenitud radiante en la infancia”, dictamina con mucha seguridad la protagonista de Gema (Anagrama), la tercera novela de Milena Busquets. Después del éxito de También esto pasará, la escritora catalana se tomó su tiempo (unos seis años) para publicar una historia que continúa en la senda de la autoficción y hacer un homenaje, con humor y solemnidad cero, a una amiga del liceo que murió de leucemia en la adolescencia.

 

Sí, en esta novela Busquets (Barcelona, 1972) vuelve a hablar y a reflexionar sobre la muerte o, en realidad, sobre cómo quedan los vivos cuando muere un ser querido. En el libro anterior, el duelo literario lo disparaba su madre, la editora Esther Tusquets; ahora, una compañera que vio por última vez hace treinta años. Pero, como era de esperar, en Gema no habla sólo del dolor por las ausencias; también, de la amistad, de los amores, de los hijos y del ambiente cultural que es parte de la vida cotidiana de la autora.

 

 

De todas las experiencias de vida que has tenido y de la gente que has conocido por tu trabajo y el de tu familia ¿por qué elegiste a Gema, una chica común y corriente, para centrar la trama?
No hay gente común y corriente, hay personas con más suerte y personas con menos suerte. Gema fue la primera pérdida importante que sufrí en mi vida, me hubiese gustado rescatarla entonces, pero no pude, lo he hecho ahora.

 

 

¿Te resultó más difícil el proceso de escritura de esta novela después de las excelentes críticas que ha recibido la anterior?
Me resultó muy difícil escribir Gema, fue un proceso largo y no demasiado placentero. Ahora que ya está publicada, que ya me he sacado de encima “la siguiente novela después de También esto pasará”, estoy volviendo a escribir con placer, sin miedo. Me levanto por la mañana, me siento al ordenador y pienso: “A ver, ¿qué me apetece escribir hoy? ¿Qué voy a contar? ¿Cómo voy a seguir?”. Me siento libre de nuevo de escribir lo qué me dé la gana. No quiere decir que ahora escribir me resulte facilísimo, escribir siempre es difícil, pero a ratos vuelvo a ser bastante feliz haciéndolo.

 

 

En algunas entrevistas declaraste que lo más difícil es encontrar tu propia voz. Incluso, que dejaste en un momento de escribir Gema para releer a Virginia Woolf y ver películas de Woody Allen como ejemplo. ¿Crees, finalmente, que has logrado encontrar tu voz?
La voz y el tono ya estaban en También esto pasará y antes incluso. Tuve un blog de moda hace muchos años y creo que allí ya estaba un poco todo lo que he ido sacando después. Amo a Virginia Woolf, seguramente es la mejor escritora de la historia, pero no me ha influido a la hora de escribir. En cuando a Woody Allen, es cierto que a veces cuando me siento un poco perdida vuelvo a ver alguna de sus películas. Me gustan la mezcla de liviandad e inteligencia, la obsesión con algunos temas como la muerte y las relaciones de pareja, el sentido del humor, una cierta melancolía muy difusa.

 

 

“También esto pasará” se convirtió en una frase de cabecera en estos tiempos pandémicos. ¿Qué significan esas palabras en este momento de tu vida? ¿Sigues creyendo que “todo dolor pasará” aun en este contexto de distanciamiento, cubrebocas, enfermedad y muerte?
Por suerte sigo pensando que el dolor pasa; hay excepciones, claro, hay tragedias que son insuperables, como la muerte de alguien joven, por ejemplo, pero todas las pandemias pasan. No me he vuelto más pesimista a causa del coronavirus, en realidad soy una optimista irremediable: siempre pienso que al final Romeo recibirá el mensaje de Julieta a tiempo, que Ingrid Bergman se quedará con Humphrey Bogart en Casablanca, que todo se arreglará.

 

 

La frase se puede aplicar también al éxito y la fama. ¿La usas en ese sentido, como para recordar que el reconocimiento puede ser fugaz?
Aunque tal vez no lo parezca, siempre he sido bastante sensata. Mi madre me decía que yo era la persona que tenía más los pies en la tierra de todas las que conocía. El éxito es algo estupendo y efímero, también responde un poco a la suerte y a la casualidad. De mi primera novela, Hoy he conocido a alguien, vendí unos 700 ejemplares; de la segunda, También esto pasará, muchísimos más. Hay libros que gustan más y libros que gustan menos, pero yo pienso que lo importante es no desviarse del camino, ir contando las historias que uno cree que debe contar, ser fiel a su mirada y a su voz.

 

 

Más de una vez dijiste “Yo escribo para enamorar”. ¿Te ayuda la literatura también a enfrentar el dolor de las pérdidas, dado que además del amor, de la amistad, de la maternidad, la muerte vuelve a estar presente en esta historia?
Yo diría más bien que escribo porque me gusta y porque es lo que sé hacer (con mayor o menor fortuna). Después ocurre algo que a mí me parece milagroso y que es que algunas personas, después de leer mis libros, sienten un cierto reconocimiento hacia mí que a veces se traduce en afecto. Darse cuenta de que alguna gente te quiere por lo que has escrito es alucinante y me hace muy feliz. Pero para enamorar tengo otras técnicas.

 

FOTO: Milena Busquets inició su carrera literaria en 2008 con la novela He conocido a alguien. / Gregori Civera/ Cortesía Anagrama

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