La libertad de la mariposa

Dic 21 • destacamos, Miradas, Música • 3208 Views • No hay comentarios en La libertad de la mariposa

POR LUIS PÉREZ SANTOJA

 

En efecto: otro disco en el que predomina la presencia creativa e interpretativa femenina,

diferente por su concepto y su valor musical. Canto de la monarca es la nueva grabación

de la pianista mexicana Ana Cervantes, creadora de otros proyectos concebidos con una

temática unitaria, como los volúmenes Rumores de Páramo y Sólo rumores, con música

inspirada en el mundo de Juan Rulfo.

 

Ana Cervantes reúne ahora un amplio espectro de obras compuestas por encargo suyo,

como un homenaje a la mujer mexicana, representada por algunas personalidades/

personajes de nuestra cultura, mujeres reales, mujeres mitos, mujeres del imaginario

colectivo y literario. El disco convoca a compositores y compositoras, para no caer en la

usual actitud de reivindicación genérica —sólo mujeres—, recurso aún necesario pero tal

vez muy reiterado.

 

Así, están presentes heroínas muy identificables como Sor Juana Inés de la Cruz, primera

Musa indiscutible del disco, con obras de Marcela Rodríguez, experta ya en componer por

y para la máxima poeta, y de la polifacética artista española Pilar Jurado, quienes evitan

las tentaciones arcaicas, evolucionando por recovecos muy libres —los de Marcela más

rigurosos, profundos— con la compleja misión, ambas, de llenar ese silencio descrito en

Primero sueño. O, una vez asimilado que el mundo de las pintoras fue más atrayente que el

de otras disciplinas, resulta obvio encontrar obras musitadas al oído por Frida Kahlo, otra

musa ineludible; por Remedios Varo, inefable creadora que, a falta de una “varomanía”,

hizo escuela con su personal mundo onírico y psicológico, y por Joy Laville, quien superó

la terrible ausencia de Jorge Ibargüengoitia para desarrollar un lenguaje visual propio. Las

creaciones musicales sobre estas artistas están a cargo, respectivamente, de la brasileña

Silvia Berg —con transparentes ideas y sonoridades, pero que a veces recuerdan algún

lenguaje del new age—; de Anne Lebaron, de Estados Unidos —a base de debussyanos

arpegios y trinos que “narran la Creación de las Aves de una pintora tan cercana y tan

lejana”—, y de Mario Lavista —quien, en pleno apogeo celebratorio y con su cada vez

más depurada y sabia profundización de las posibilidades instrumentales, sorprende con

una música reposada pero inquietante, de sutilezas armónicas que parecen brotar de los

estáticos azules de la artista británica. Uno de los puntos más altos del disco.

 

Los personajes de nuestra historia también ocupan un lugar importante, como Carlota, cuya

imagen no fue dañada tanto por la ebullición nacionalista como la de su real esposo (la

colombiana Alba Potes la pone de ejemplo de la fragilidad femenina ante las circunstancias,

similar al riesgo destructivo que sufren algunas especies animales como la de las mariposas

monarca). Destacan sobre todo aquellas mujeres que ocupan un pedestal histórico pero

también mitológico, mitos ellas mismas que al estar inmersas en un inevitable folclorismo

resultan atractivas para autores de diversas procedencias: así, Malintzin o La Malinche es

invocada dualmente por Jack Fortner, de Estados Unidos, y por el inglés Paul Barker (para

uno, etérea fundadora de nuestra mexicanidad mestiza y, para el otro, una mujer con los

pies en la tierra); María Sabina, por el español Carlos Cruz de Castro, quien asume el reto

de abstraer los efectos que producen las sustancias asociadas con el singular personaje;

Jesusa Palancares, tan real como literaria, por Gabriela Ortiz quien, con un sugestivo

y etéreo Preludio y un impetuoso y complejo Estudio de ritmo que va más allá de la

explotación de los recursos técnicos del género, “hace música” y hace un retrato heroico

y exaltado de las más valiosas de nuestra mujeres. Otro de los puntos más logrados del

proyecto.

 

Y, ¿por qué no?: La Llorona y La Sandunga también tienen su corazoncito, pero la

“desarticulación” del tema por Joelle Wallach no es muy convincente, mientras que Charles

B. Griffin explota la capacidad de Cervantes para declamar, cantar, tocar alguna percusión

y (como dice el autor) hasta tocar el piano.

 

Muy significativo. Una de las obras tiene como musa a la heroína de este disco: Georgina

Derbez elige distinguir la firmeza y la intensa luchar de Ana Cervantes por inventar y

lograr estos proyectos discográficos, su poder de convocatoria con los compositores y su

capacidad técnica y su apertura interpretativa. Sin duda, un momento central del disco, por

su personaje principal y por la original idea de su autora.

 

La propia mariposa monarca es caudal de dos obras. La energética obra de Horacio Uribe,

con la que el disco emprende su vuelo, con ciertas reminiscencias motóricas que primero

podrían recordar a algún Prokofiev, algún Bartók, pero pronto se vuelve un Uribe propio,

que usa el piano con singular colorido para describir esa figura de las tradiciones mexicas

que vuela inexorable sobre su destino heroico o elegíacamente sobre la maternidad trágica.

El español Tomás Marco ofrenda a la “mariposa Monarca” y evoca tres figuras femeninas:

La Malinche, con sugerencias prehispánicas; Sor Juana, con ideas que se desean místicas,

y la Adelita revolucionaria, histórica y mitológica, con una eficaz disección/distorsión de la

popular La Cucaracha.

 

¿Es válida la dualidad mariposa/espíritu femenino? Monarcas por el carácter inherente en

su propia existencia cotidiana, conyugal, creativa, luchadora, monarcas y heroínas ellas,

que no identifico con fragilidad de la mariposa, aunque sí con su belleza; en todo caso, la

idea alcanza su vigencia por afanes ecológicos imprescindibles en estos tiempos. Más allá

del simbolismo que se desee, resulta un proyecto de alto nivel musical, con notas de los

autores y un excelente —como siempre— esbozo del contenido musicológico por J. A.

Brennan, pero, sobre todo, con la interpretación experta y sugestiva de Ana Cervantes de

músicas que aunque no representen siempre el espíritu de las musas propiciadoras, revelan

la parte más relevante de estos encargos a tan diversos compositores: la absoluta libertad

creativa… ¡Vaya!, tal vez la libertad de la mariposa.

 

La pianista mexicana Ana Cervantes impulso la grabación del disco “Canto de la monarca”/FOTO TOMADA DE “ANACERVANTESPIANO.BLOGSPOT.MX

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