Palabras de amor en alemán

Jul 26 • Escenarios, Miradas, principales • 4651 Views • No hay comentarios en Palabras de amor en alemán

POR JUAN HERNÁNDEZ

 

Gilberto Guerrero (ciudad de México, 1959) es autor y director de la obra Palabras de amor en alemán, estrenada recientemente en el Teatro El  Milagro, con los actores Ana Luisa Alfaro, Abel Ignacio Hernández, Abril Pinedo y Karen Daneida, de la compañía Perro Teatro. Se trata de una puesta en escena íntima, que muestra el estado emocional de cuatro mexicanos que han dejado el país para vivir en Alemania, en donde buscan las oportunidades que en México no encontraron.

 

La obra de Guerrero -quien es escritor, dramaturgo, director de escena, maestro de teatro y politólogo (estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM)- se centra en la exposición de las razones que cada uno de los personajes tuvo para abandonar su país, pero también construye una crítica fuerte  de las condiciones de un México que no ofrece opciones de vida dignas a sus ciudadanos.

 

En los personajes de Palabras de amor en alemán hay desazón y total desilusión respecto al país en que nacieron y del cual se sienten expulsados. Sin embargo, en la extranjería, en medio de una cultura ajena, de una lengua que no es la suya, en donde deben hacer los trabajos menos valorados y también víctimas del racismo, Ana, Abel, Lucía y Guadalupe llevan con ellos a un México que les habita y del cual no pueden huir.

 

Ana (Ana Luisa Alfaro) es la que más años lleva viviendo en Alemania. Es una mujer introvertida, sumida en una nostalgia que la devora espiritualmente. Se niega a recordar las razones por las cuales dejó México. Ha pasado mucho tiempo y se ha resignado a no volver, porque sabe que el país que dejó ya no existe. En todo caso, se complace ayudando a sus compatriotas, ofreciéndoles su casa, para que puedan establecerse en el país que los recibe.

 

Guadalupe (Karen Daneida) es una indígena de la mixteca oaxaqueña, quien tiene claro por qué dejó su tierra: por hambre. Aunque preferiría vivir con su familia en su pueblo sabe que allá, en Oaxaca, no la espera más que la miseria. La joven se cuestiona todo el tiempo por qué en Alemania le pagan mucho más por el mismo trabajo que hacía en México. De ella depende su familia, a la que envía dinero para ayudarle a sobrellevar su pobreza.

 

Abel (Abel Ignacio Hernández) es un joven universitario que llegó a Alemania con la idea de hacer estudios de posgrado. Es un joven rebelde, que detesta el sistema político mexicano, la corrupción y la desigualdad del país. Su ímpetu inicial se va transformando en melancolía, ese sentimiento que es común a todo inmigrante y que, en su caso, alivia con el amor no correspondido que siente por Lucía.  No logra estudiar y debe realizar trabajos que no le gustan para mantenerse en ese exilio espiritual al que se  abandona.

 

Lucía (Abril Pinedo) está enamorada de un alemán que conoció en las vacaciones de éste en México y al que fue a seguir a Alemania. No es correspondida y termina asumiendo ese destino trágico del inmigrante que deja todo lo conocido: amigos, familia, trabajo, calles, lengua, tradiciones, para vivir las de otros, para quienes siempre será extraña.

 

Los actores construyen personajes verosímiles y entrañables; trabajan con sus emociones de manera profunda, con la idea de desvelar el estado del alma. El director, en ese sentido, construye una puesta en escena que es metáfora del viaje, tanto en el sentido de mudanza material como espiritual.

 

En escena hay varias maletas que cargan los personajes y en donde más que sus pertenencias parecen estar llenas de sus sueños, afectos, e historias personales. Cargan con eso que es inherente a su ser, a veces como un lastre y otras tantas como una tabla de salvación frente a la nostalgia.

 

Aunque hay en la obra una crítica fuerte a México como un país que no ofrece oportunidades de vida dignas a sus ciudadanos, a los que obliga a emigrar y abandonar todo lo que aman, el director y autor Gilberto Guerrero evita el discurso panfletario y opta por reflejar sus ideas políticas a través de la intimidad y el estado emocional de los personajes.

 

Palabras de amor en alemán es de esas obras que duelen y aunque el tema de los mexicanos que emigran en busca de mejores oportunidades de vida ha sido abordado de muchas maneras, Guerrero hace un trabajo fino, en donde evita los lugares comunes, el melodrama y la conmiseración; en lugar de eso muestra a seres humanos que, no obstante su toque trágico, viven y luchan con dignidad animados por la esperanza de que algo se avecina y será bueno para ellos.

 

En todo caso, se trata de un drama humano sobre la insatisfacción y las ganas de mudar en nueva piel para renovarse, y eso puede ocurrir en otro país o en el propio, porque la sensación de no pertenencia y de vacío es un estado del alma que no obedece a razones geográficas. Y eso queda claro en Palabras de amor en alemán.

 

*Palabras de amor en alemán, escrita y dirigida por Gilberto Guerrero, escenografía y vestuario de Michel Cuvellier, iluminación de Arturo Nava y música original de Salvador González, se presenta en el Teatro El Milagro (Milán 24, Juárez), lunes, martes y miércoles a las 20:30 horas; hasta el 13 de agosto.

 

*Fotografía: La obra muestra el estado emocional de cuatro mexicanos que viven en Alemania./ CORTESÍA TEATRO EL MILAGRO.

 

 

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