La copa de luz

Ago 9 • Conexiones, destacamos, principales • 2841 Views • No hay comentarios en La copa de luz

 

POR FEDERICO GAMA

 

Brasil cuenta con una de las culturas fotográficas más vigorosas de América Latina: tanto los festivales y encuentros como las propuestas y obras de sus artistas lo demuestran.

Más allá de Sebastião Salgado, autor de Génesis, el proyecto de fotografía documental más ambicioso y jamás soñado de todos los tiempos, o de Miguel Rio Branco, a quien le construyeron un edificio especialmente diseñado para recibir su obra, los fotógrafos brasileños conquistan cada día las galerías y los museos del mundo.

 

El gran momento que vive la fotografía brasileña no sólo se debe a la genialidad individual sino que se sustenta en una infraestructura que comprende a la fotografía como una actividad artística, profesional y rentable, en la que la iniciativa privada juega un papel importante.

 

Nos referimos a una serie de elementos que hacen posible el mundo de la fotografía de autor. Como dice el crítico e investigador José Antonio Rodríguez, una cultura fotográfica se entiende cuando existen, además de fotógrafos, escuelas, museos, galerías, empresas, críticos, investigadores, curadores, editores, medios, editoriales, festivales y encuentros especializados.

 

Un ejemplo de lo que mencionamos es la productora cultural Estúdio Madalena, una iniciativa particular fundada en el 2000 por el fotógrafo Iatã Cannabrava y cuyo objetivo es “la creación y la difusión fotográfica como temas centrales”. Esta empresa, con sede en São Pablo, reúne a grandes profesionales para armar proyectos que implican a las artes visuales enfocándose en la documentación fotográfica, el desarrollo de exposiciones y proyectos curatoriales y editoriales, así como la coordinación de actividades como el Foro Latinoamericano de São Paulo, el Encuentro de Pensamiento y Reflexión en la Fotografía y la coordinación del Festival Internacional Paraty em Foco, el festival de fotografía más importante de Brasil que se realizará del 24 al 28 de septiembre de este año.

 

Otro aspecto de la fotografía brasileña es su internacionalización. En los últimos diez años se ha difundido con gran fuerza. Claudi Carreras, editor, curador y comisario de las exposiciones de Paraty em Foco, considera que la fotografía brasileña está en un momento muy fuerte: “Ahora hay toda una conciencia por mostrarse; Brasil se había concentrado en sí mismo y no estaba abierto a otros países. Con el Foro Latinoamericano de 2007 y varios eventos más se ha podido inscribir en América Latina y el mundo, además de que se está enriqueciendo con esta relación y cada día produce más. En Brasil hay una explosión en el ámbito creativo, un despertar y una conciencia de identidad y de analizar esa identidad a partir de la propia fotografía”.

 

Claudi —experto en fotografía latinoamericana y quien fue el comisario, investigador y curador de Laberinto de miradas, exposición que reunió a fotógrafos de toda América Latina, España y Portugal— comenta que también el origen de los recursos para producir obra y la diversidad de las propuestas son importantes para entender por qué la fotografía brasileña está repuntando: “En México, por ejemplo, la fotografía es una cuestión de estado y eso implica que casi todo pase por los mismos filtros, y en Brasil el apoyo a la fotografía, y las artes en general, es de la iniciativa privada; eso la diversifica. En Brasil hay una descentralización de lo fotográfico que es muy interesante y eso se revierte en la variedad, en la cantidad de propuestas, en la cantidad de festivales”.

 

En Brasil hay 13 festivales; debido a una iniciativa institucional, para todos existe apoyo de la iniciativa privada.

 

En este sentido, Carreras, autor del libro Conversaciones con fotógrafos mexicanos (2007) comenta que “en Brasil la gente está con las pilas puestas para hacer cosas desde muchos lados porque los apoyos surgen de muchos sitios y eso se nota en la variedad, en la no uniformidad de propuestas. Entonces la creación tiene muchos aspectos, hay muchos profesores y tutores; es un país de la pluralidad tanto racialmente como a nivel de la variedad de sus proyectos. La característica de Brasil es la diversidad”.

 

Otro aspecto importante de la fotografía brasileña es que forma parte de la Bienal de Artes de São Paulo. Esto quiere decir que, independientemente de tener su propio mundo o gueto, forma parte de las artes plásticas en general de Brasil. Esa relación le permite dialogar con otros lenguajes de los cuales se nutre pero a los que también puede influir. En este sentido, comenta Claudi, “la fotografía no está sólo cada vez más inscrita en la Bienal sino que tiene mayor presencia en todos los foros”. La trigesimoprimera Bienal de São Paulo se realizará del 2 de septiembre al 7 de diciembre.

 

Nos puede sorprender o no, pero Brasil tiene una oferta cultural tan importante como la pambolera. También es más notoria la pobreza de las favelas que las canchas de futbol, y la fotografía así lo refleja. Aquí ponemos en la cancha algunos de los fotógrafos cuyos proyectos y trayectorias hacen de la fotografía brasileña una obra de campeonato mundial.

 

Cao Guimarães, 1965

Este fotógrafo, director de cine y artista visual de Belo Horizonte documenta en sus fotografías el ingenio de la experiencia humana. Sus obras son una metáfora de la creatividad de las millones de acciones que hacemos cotidianamente. Desde los años noventa sus piezas se han mostrado en museos y galerías como Tate Modern, Walker Art Center, Museo Guggenheim, Museo de Arte Moderno de São Paulo, MoMA, Thyssen-Bornemisza el Instituto Cultural CACI y la Colección Jumex.

 

Alexandre Sequeira, 1961

Este fotógrafo y profesor nacido en Belem realiza trabajos con fotografía y otros procedimientos de reproducción de imágenes como una forma de interacción e intercambio de opiniones con personas y grupos. Sus obras se han expuesto en Une Certaine Amazonie en París, Francia; la Bienal Internacional de Fotografía de Liège, Bélgica; la X Bienal de la Habana, Cuba; el Festival Internacional de Fotografía de Pingyao, China.

 

Cia de Foto, 2003

Este colectivo de São Paulo funciona como un autor y ha sido considerado uno de los experimentos más interesantes de la fotografía brasileña. Sus propuestas fotográficas transitan entre lo documental, lo comercial y autoral con un sentido y propuestas que parten de lo conceptual. Les interesa cuestionar el contexto y el significado de las imágenes múltiples. Por ejemplo, Guerra es un proyecto que relaciona un discurso donde se aborda el mundo íntimo, el imaginado, la casa, los hijos, los viajes y los paisajes del vecindario. Sus proyectos se han expuesto en Francia, Inglaterra, Estados Unidos, España, México y Brasil.

 

Gilvan Barreto, 1973

Nació en Jaboatão dos Guararapes. Documenta temas ambientales y sociales pero su trabajo experimental está en la frontera de lo documental y la ficción. Ha expuesto en España, Nicaragua y Brasil y algunas de sus imágenes forman parte de la colección permanente del Museo de Descubrimientos en Belmonte, Portugal. Uno de sus proyectos, en que entrecruza la realidad, la ficción, el pasado y el presente, es Moscouzinho, un libro a manera de diario que relata una versión subjetiva de su tierra natal, de sus pocos recuerdos y de la recopilación de datos, de entrevistas y del archivo de la hemeroteca.

 

Pedro Motta, 1977

Nació en Belo Horizonte y trabaja con el paisaje y la arquitectura. Documenta las estructuras elaboradas por el hombre donde se interponen y adaptan contra y con la naturaleza en una especie de paisaje orgánico. Motta ha expuesto en la Neue Berliner Kunstverein de Berlín, el Centro de Arte Hélio Oiticica en Río de Janeiro, São Paulo y la CSP Cultural, y ha participado en festivales internacionales como la Bienal de Bucarest y la V Bienal Internacional de Fotografía de Liège. En su proyecto Reacción natural, Motta pone a discusión la relación entre la naturaleza y el espacio urbano, y documenta cómo la persistencia de la vida puede generar un paisaje inesperado.

 

João Castilho, 1978

Junto con Pedro David y Pedro Motta, João Castilho, fotógrafo y artista visual de Belo Horizonte, trabajó durante seis años en el proyecto Paisaje submarino, una fusión de diferentes experiencias y formas de usar la fotografía. La fotografía documental fue su propuesta al inicio y cambiaron por la de ahondar en la investigación, en la construcción de imágenes en las que lo importante es lo formal y lo emocional, algo que se entiende como “lo documental imaginario”. Este es, sin duda, uno de los proyectos más representativos de la fotografía contemporánea brasileña. El proyecto representa la vida de tres familias del Valle del Jequitinhonha y se ha expuesto en Photofestival en Noorderlicht, Groningen; y publicado en la editora Cosac Naify. De forma individual Castilho recibió una beca para trabajar en Mali y ha expuesto su trabajo en Estados Unidos, Brasil y Bolivia. En su proyecto Whirlwind se sumerge en el realismo mágico, “en un relato fantástico por el interior de los opuestos”.

 

Claudia Jaguaribe, 1955

Esta fotógrafa y artista visual originaria de Rio de Janeiro trabaja con fotografía, video e internet. Uno de su proyectos más interesantes es la serie Rio entre Morros, imágenes hiperrealistas sobre la ciudad de Rio como si fueran postales; sin embargo, no son reales. Ella las construye a partir de la superposición de diferentes fotografías. Claudia Jaguaribe realizó cientos de fotos desde diferentes puntos de vista en helicóptero y en lo alto de los cerros y luego las combinó en photoshop. “Estas imágenes no son tristes; el tema de estos cuadros es épico. La fotografía de la niña subiendo a un depósito de agua puede estar contando una historia individual o sintetizar la trayectoria colectiva y subterránea de los grandes cerros cariocas. El paisaje apocalíptico de un río que desaparece enterrado por edificios y chabolas que refleja, de algún modo el fin natural del mundo”.

 

Christian Cravo, 1974

Este fotógrafo de Bahía ha expuesto en Nueva York, en Foto Fest Houston, en París y Tokyo. Ha obtenido las becas Mother Jones y Guggenheim, el premio Paul Huff y fue nominado para el Prix Pictet. Su obra la representa Throckmorton Fine Arts de Nueva York. Christian es un documentalista en el sentido tradicional del término y ofrece en su proyecto Irredento una técnica muy depurada y una composición educada que nos obliga a mirar y nos fuerza a pensar, a tratar de penetrar en el mundo del otro, que en este caso es para poder comprender la fe o la necesidad de creer en un milagro.

 

Fotografía perteneciente al proyecto Moscouzinho, de Gilvan Barreto. / FOTOGRAFÍA TOMADA DE HTTP://WWW.GILVANBARRETO.COM/MOSCOUZINHO/

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