Iluminación, la incomodidad de la asepsia moral

Ago 23 • destacamos, Escenarios, Miradas, principales • 4391 Views • No hay comentarios en Iluminación, la incomodidad de la asepsia moral

 

POR JUAN HERNÁNDEZ 

 

El Festival Internacional de Dramaturgia Contemporánea (Dramafest) cumple 10 años y mantiene el objetivo de dar a conocer el teatro que se escribe actualmente en el mundo, así como de impulsar la colaboración entre mexicanos y creadores extranjeros.

 

En la actual edición de Dramafest, su directora, Aurora Cano, lleva a escena la obra Iluminación, de la dramaturga australiana Joanna Murray-Smith, con las actuaciones de Juan Carlos Vives (miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca), Lumi Cavazos, Pedro Mira, Sophie Gómez, Daniel Martínez Gould y Claudia Ríos.

 

La puesta se escenifica en el Teatro El Granero, del Centro Cultural del Bosque, que es un espacio en forma de arena, que permite el juego con la perspectiva y los ángulos de acción; de tal forma que el montaje es distinto para cada uno de los espectadores.

 

El espacio determina, en ese sentido, y en buena medida, la propuesta escénica de Aurora Cano, quien establece un sentido de complicidad con los espectadores, frente a quienes va desvelando el misterio que subyace en la relación de tres parejas de amigos, entre quienes se advierte una antigua amistad, al mismo tiempo que un conflicto desestabilizador de los valores de sus creencias.

 

La sobria propuesta escénica, provista de una escenografía invariable —en la cual el sentido de movimiento y del paso del tiempo se concentra en las acciones físicas y emotivas de los actores—, consigue llevar la atención al tema que se discute, luego de que los personajes son desarmados, para mostrar los conflictos morales que subyacen a su quehacer cotidiano.

 

Un rectángulo de madera, que visto desde arriba parece el marco de una pintura, pero también consigue dar la idea de una mesa de billar, es la escenografía y el espacio en donde los personajes chocan y hacen carambola emocional en cada escena.

 

El conflicto se revela cuando una de las parejas de amigos regresan a la vida social, luego de desaparecer por siete meses, tras haber perdido su casa en un incendio. Después del siniestro, la pareja descubre que desapegarse del estatus y de las cosas materiales es un alivio y, a partir de ese momento, decide cambiar su modo de vida, con la idea de realizar acciones benévolas que tengan un impacto en la construcción de un mundo mejor.

 

La actitud de “iluminados” de la pareja resulta insoportable de manera particular para uno de los personajes: Tomás (Daniel Martínez Gould), un escritor egoísta y vanidoso para quien el prestigio y el “éxito” es lo que da sentido a su existencia, no importa por encima de quién tenga que pasar. La asepsia moral de sus antiguos amigos lo descontrola emocionalmente y le perturba porque cuestiona los valores sobre los que él ha sentado su vida.

 

Los “iluminados” argumentan a su favor la necesidad de encontrarse a sí mismos, desapegarse de las cosas materiales y el rol social, que para ellos no es más que un accidente de vida, pero no la esencia de la existencia. Encontrar el camino verdadero para hacer algo trascendente es lo que proponen a sus amigos, que son sacados de sus corazas para mostrar sus miedos, frustraciones, resentimientos y su precaria salud emocional.

 

Enrique (Juan Carlos Vives) y Erika (Lumi Cavazos) representan en la obra de la australiana Joanna Murray-Smith el elemento de choque, que desenmascara la hipocresía de personajes que fundamentan su vida en la alta posición económica, cultural y social que ostentan.

 

Daniel (Pedro Mira) es un periodista —casado con Paula (Claudia Ríos)—, que está enamorado de Eva (Sophie Gómez), esposa de Tomás. Eva vive en el mundo de la apariencia, atormentada con la correcta realización de su rol de madre y esposa, y Paula es una artista mediocre y frustrada porque sabe que no es amada por su pareja.

 

El ritmo de la obra cae por momentos y la débil dicción de Pedro Mira y Sophie Gómez impide comprender algunas partes del texto, sin embargo, no deja de ser gozosa la actuación de Juan Carlos Vives, dueño de la escena, conocedor de su aparato emocional y de su cuerpo; la de Claudia Ríos, quien muestra las heridas de su personaje, a través de esas entradas furiosas, que amenazan con destruirlo todo, y la sobria actuación de Lumi Cavazos, de etérea presencia y voz clara.

 

La obra revela su misterio y lanza bombas en forma de ideas, que ponen en duda los valores de la existencia basada en los roles sociales, la posesión de bienes materiales y el estatus. ¿Qué hay detrás de todo eso? Un vacío infinito y una terrible frustración. Una vida insatisfecha que se sienta en los rieles de la apariencia.

 

*Iluminación, de Joanna Murray-Sith, con dirección de Aurora Cano, y actuaciones de Juan Carlos Vives, Lumi Cavazos, Pedro Mira, Sophie Gómez, Daniel Martínez Gould y Claudia Ríos, se presenta en el Teatro el Granero (atrás del Auditorio Nacional), martes, miércoles y jueves, a las 20 horas, hasta el 28 de agosto, y en el Teatro Ocampo de Cuernavaca, el 6 de septiembre, a las 19 horas.

 

*Fotografía: Claudia Ríos da vida a una artista en la puesta en escena/PILI PALA.

 

 

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