Jun 16 • Conexiones, Sin categoría • 5993 Views • No hay comentarios en “Esopo me lleva a mi infancia”
POR SONIA SIERRA ECHEVERRY
Por muchos años, Esopo ha vivido en los dibujos de Francisco Toledo. Historias que el pintor juchiteco creía originarias de la tradición zapoteca, en realidad vienen de esas fábulas escritas hace más de 2 mil 500 años.
El hallazgo de una edición de las fábulas, “para el uso de los jóvenes que cursan la cátedra de Latinidad en el Colegio Seminario”, impresa en Oaxaca en 1849, llevó a Francisco Toledo a comprender que Esopo, sus animales y sus moralejas, siempre habían estado ahí.
“Yo he hecho imágenes creyendo que yo las inventé, que eran mías. Y ahora que releo a Esopo, veo que no, que esas imágenes que creo que son de mi mundo indígena, pues que no, son de Esopo”, cuenta el pintor.
El artista, a punto de cumplir 73 años, recuerda que a los cinco, en la ciudad de México, conoció estas fábulas:
“Esopo me lleva a mi infancia. Tuve oportunidad de tener las fábulas cuando niño, y se me habían olvidado a mis… Ahora, releyéndolas, encuentro que dejaron una huella muy fuerte en mi mente. Me divertí mucho”.
—Cuándo lo leyó por primera vez?
—Ah… yo tuve una enfermedad y entonces creo, a los cinco años, me llevaron a México, porque no había doctores allá en donde estábamos. Conocí las librerías mientras me preparaba para la operación, y ya convaleciendo me llevaban también por el Zócalo. Y veía las librerías y hacía mis berrinches para que me compraran los libros, creo que uno de esos libros era el de Esopo. Claro, no sabía yo leer, pero me leía una tía que me cuidaba, y posteriormente ya las releí, las releí…
Con Kafka, con Borges, con mitos indígenas y recientemente con Pinocho, Francisco Toledo ha construido un universo de imágenes que adquiere vida propia.
—¿Cómo es el proyecto editorial que ahora prepara sobre Esopo?
—Alguien encontró una edición de Esopo del Seminario de Oaxaca, un pequeño cuaderno con tres o cuatro fábulas traducidas al latín y español. Es un hallazgo porque no se sabía que existiera este libro, al encontrarlo se nos ocurrió a mí y a María Isabel Grañén, de la Fundación Harp, hacer un homenaje a este hallazgo, a este libro. Y yo me puse a ilustrarlo, entonces vamos a hacer una carpeta, que tendrá el facsímil de ese librito, y cada imagen va a tener una traducción a cinco o seis lenguas de Oaxaca: zapoteco, mixteco, huave, chontal, mixe tal vez, no se ha decidido todavía, pero se están traduciendo.
FOTOGRAFÍA: El anciano y la muerte/ Claudina Domingo (Dale click a la imagen para ver la fotogalería)
FOTOGRAFÍA: El anciano y la muerte/Domingo (Dale click a la imagen para ver la fotogalería)
El proyecto no sólo integra literatura e imagen. Nace de la palabra, se integra con la ilustración y persigue un propósito editorial, cultural y social:
“Con la venta de esta carpeta, con los originales vamos a hacer una editorial para editar en lenguas de Oaxaca. Un fondo para financiar libros, cuadernos, material didáctico en esas lenguas. El primero va ser las Fábulas de Esopo traducido a las lenguas de Oaxaca. Este es el estado donde hay más diversidades étnicas, lingüísticas, y carecen de publicaciones, carecen de libros, hay una Escuela Normal bilingüe, pero que yo sepa hay muy poquitas publicaciones para enseñar en la lengua. Entonces creo que con esto vamos a apoyar a la Normal y a todos aquellos que quieren leer en su propia lengua”.
Con la participación de expertos traductores del Centro Académico y Cultural San Pablo, también con la escritora Natalia Toledo, hija del artista, quien habla y escribe zapoteco, se harán las traducciones de las fábulas.
Entre distintos proyectos artísticos, culturales, editoriales y sociales, estos últimos tres meses Toledo se la ha pasado ilustrando a Esopo y sus historias de “El asno en la piel del león”, “El buey y la rana”, “El calvo y la mosca”, “El perro y el reflejo en el río”, “El león y el mosquito luchador”, “El león y el ratón”…
Una de las que más disfrutó, cuenta, es la del hombre que quería mucho a su gata: “pide que se transforme en mujer, y para demostrarle que no cambia, Dios, Júpiter, no sé quién, le manda un ratón a la hora que está durmiendo la pareja, porque ya le concedieron que la gata se transforme en mujer, pero cuando ve un ratón se le olvida el señor y se va sobre el ratón. Esa es la que más ilustré porque era la más cercana a mis temas, parejas haciendo el amor.
Las más de 40 ilustraciones de las fábulas formarán parte de una exhibición que en las próximas semanas se abrirá en el CaSa (Centro de las Artes de San Agustín). Después se llevarán a Puebla y luego a la ciudad México, probablemente al Museo de la Estampa.
—¿Cuál será el siguiente proyecto?
—Hay otro proyecto que es muy bonito también, que es un estudio anatómico, en zapoteco del istmo, un trabajo que hizo un muchacho de Juchitán, Víctor Manuel Vázquez Castillejo, le decimos Cata. Lo vamos a ilustrar con dibujos que hizo Durero sobre las proporciones del cuerpo. Se presta muy bien para aprender cómo se dice nariz, oreja, garganta, pecho, brazos, codos; un cuadernillo para enseñar la anatomía en la lengua zapoteca del istmo. Natalia va a trabajar los textos. Como mi familia viene de allá, del istmo, por eso mi preferencia por las cosas de allá, por la lengua de los abuelos. Este libro tal vez podemos pasarlo a otras lenguas de Oaxaca.
—Normalmente tiene muchos proyectos…
—Más de los que puedo. Sí, es demasiado trabajo. Tenemos otro, que no voy a hacer yo solo, estamos convocando a los artistas de Oaxaca y de México, para crear material didáctico para las escuelas. En San Agustín Etla adoptamos una escuela, un kínder, y nos acercamos a ver qué material didáctico usan y vimos que es un material comercial, de plástico, y queremos que los niños crezcan con material didáctico hecho por artistas, con imágenes de algunos artistas, que empiecen a ver arte, creo que puede ser una buena contribución para la educación.
—¿La idea es volver el arte algo más cotidiano?
—Sí, yo tengo nietos, tuve hijos y en la edad en que iban al kínder o primaria vi los materiales y son muy convencionales. Sin querer criticar al gran maestro Walt Disney tenemos una saturación de sus imágenes, Blanca Nieves, Bambi, Patos Donald, Mickey Mouse, todo eso… y la idea es que en estos años de aprendizaje los niños tengan otro tipo de imágenes. Tener un rompecabezas con un diseño del Dr. Lakra, de Vicente Rojo o de Toledo, es un cambio o un enriquecimiento.
El proyecto va en la etapa de los prototipos. Toledo espera que la Secretaría de Educación Pública o el IEEPO (Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca) los vean y consideren comprar la idea o ayudar a reproducir este material para distribuirlo en escuelas.
No es algo nuevo en su historia artística. Ya ha hecho algunos cuentos en zapoteco, “El cuento del Conejo y el Coyote”, “La muerte pies ligeros”, “El niño que no tuvo cama”, con ilustraciones suyas y textos de su hija. Ahora quiere ir más allá de la literatura.
Así, tiene ideas en torno de rompecabezas, relojes, libros para colorear con obras de artistas plásticos oaxaqueños con la idea de que al llegar a un museo los niños tengan ya antecedentes del arte.
“Yo me adelanté y tengo un reloj con un gato que en cada ojo tiene un reloj. Es una ilustración de algo que escribió Baudelaire: que los chinos ven la hora en los ojos de los gatos. Esa es una de las propuestas”.
—Su trabajo cada vez involucra más a otros, no es sólo individual…
—Yo hago lo mío en CaSa. Pero me gusta mucho invitar a amigos y no amigos a que hagamos algo. Que el arte salga un poco de los caminos que ya tiene trazados, que son la galería, el museo, los libros costosos, y que vayamos un poco a hacer, no sé, un mueble diseñado por un artista, una vajilla, un mantel, hay manteles que bordan las mujeres de San Agustín Etla, hay piezas con Magali Lara, el pintor Gabriel Macotela está haciendo barcos de cartón para que los niños jueguen, Lackra está haciendo rompecabezas.
“Jugando, los niños se pueden encaminar al arte; reconocer desde sus cuadernos para iluminar, y que cuando haya visitas al museo ya estén preparados para conocer. Tenemos una serie de cuadernos donde están (Rodolfo) Morales, Sergio Hernández, (Rufino) Tamayo, yo, Lakra, Demián Flores, estamos tratando de producir algo que pueda quedarse en la memoria de los niños.
—Tiene una exposición en el DF, en agosto o septiembre…
—Me invitaron, pero quiero no llevar los cuadros que son muy conocidos sino hacer algo diferente. Por ejemplo como lo que hice con un elefante, por decir. Este elefante lo hemos hecho puerta, lo hemos hecho en barro, vidrio, cerámica, textil, sobre la pared, en el piso, mostrar cómo un prototipo se puede repetir en distintas técnicas y materiales… Eso es lo que quiero presentar, a ver cómo sale y cómo me reciben los muchachos de la escuela.
—Hace poco más de un año denunció usted amenazas en su contra, ¿cómo está la situación hoy?
—Están tranquilas las cosas. Pero no deja de inquietar lo que sucede alrededor; cosas de violencia y extorsión. Es un poco preocupante. Es la situación de todo México.
*FOTOGRAFÍA: Grabado de Toledo de la fábula “El anciano y la muerte”/Cortesía IAGO/Francisco Toledo.
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