A espaldas del mundo: lo esencial en escena
POR JUAN HERNÁNDEZ
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Frente a la crisis de público, económica e, incluso, de discurso artístico, la tendencia del teatro independiente contemporáneo —que no cuenta con subsidio oficial permanente— es la de producir obras con un mínimo de recursos: escenarios pequeños, desnudos, en donde lo más importante es el trabajo del actor y, desde luego, la disposición del público a participar de la ficción como un hecho verdadero y poderoso.
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El reto de producir un montaje con recursos escasos impulsa a los creadores a inventar fórmulas apartadas del quehacer escénico convencional, para fundar un tipo de teatralidad esencial, íntima, convocante de la imaginación y que apela a la aceptación de la convención para creer en aquello evocado en el decir de los actores y en el movimiento de sus cuerpos, que constituyen universos expresivos inmensos.
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Se trata de subsistir desde la pertinencia de la propuesta y no de la complacencia; de llevar al actor a habitar un mundo que se construye en el aquí y el ahora y que, al mismo tiempo, abre la puerta a dimensiones desconocidas, en las cuales se echa un vistazo al misterio de la existencia y de la condición profunda del ser humano.
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Ese es el caso de la puesta en escena A espaldas del mundo, de Xavier Villanova, co-dirección de él y Laura Camés, y actuada por ambos, en el pequeño foro de El Tintero de los Ironistas, recién abierto, en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Una obra de pequeño formato que dialoga con un tipo de público abierto a la reflexión en relación con temas esenciales para una mejor comprensión del mundo contemporáneo y de los retos que éste plantea a la humanidad.
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El texto de Villanova parte de la dislocación de lo que pudiéramos considerar una narrativa tradicional, es decir: no cuenta una historia de manera lineal y coloca a sus personajes dentro de una dimensión de infinitas variables y posibilidades, reflejo de la inaprehensible esencia de aquello que llamamos vida espiritual, así como del cuestionamiento del tiempo y el espacio cotidianos.
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El autor refiere a la insuficiencia de la ciencia para explicar el misterio de la existencia y, de esa forma, la pone en jaque frente a una postura filosófica que remite al misterio profundo de la naturaleza, el origen y el fin último de la vida del hombre en el mundo.
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El pensamiento de Villanova —Premio Nacional de Dramaturgia Emilio Carballido 2010 por su obra Birdstrike— es provocador porque toca fibras sensibles al poner en tela de juicio creencias y verdades asumidas. El dramaturgo, director y actor propone interpretaciones infinitas sobre aquello que hemos tomado como hechos inamovibles: la existencia de Dios, la muerte, el destino, las casualidades e, incluso, la duda sobre sí lo que vemos y sentimos está ocurriendo hoy, aquí, en lo que entendemos como tiempo presente.
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En A espaldas del mundo el dramaturgo narra la historia de un encuentro imposible entre una mujer —ex evangelista que ha perdido la fe— y un matemático que se niega a aceptar como real algo que no pueda ser comprobable.
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La puesta en escena, también del autor y de Camés, se desarrolla a partir de una convención que tiene como punto de partida el caos. Caos en el sentido de concepción del mundo, no de desorden o mal hechura. Es en esa dimensión, en donde nada es lo que parece y las posibilidades de tiempo y espacio son infinitas, en la que se desarrolla la obra.
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En el escenario, prácticamente desnudo, los actores crean universos paralelos; abren puertas para entrar y salir de diferentes dimensiones, ampliando al infinito la concepción de lo real y lo verdadero; fraccionan el tiempo, y ahí, en ese hilo misterioso de la existencia se traslucen la fragilidad de la condición humana: tan necesitada de creer, de tener fe, de aferrarse a la vida aunque esta, por momentos, parezca no tener sentido.
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La búsqueda de Dios para explicarse el mundo; sin importar lo que Dios sea: si energía, si el espasmo con el que se recibe la muerte, la gloriosa explosión del orgasmo en el encuentro sexual, el apego afectivo, o una serpiente emplumada que aparece tan real ante los ojos de una conciencia alterada por sustancias sicotrópicas.
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A espaldas del mundo es una obra de actualidad que busca su nicho en un tipo de público joven con cada vez menos certezas; un tipo de espectador que no se detiene en la complacencia y está dispuesto a arriesgar lo que ha aceptado como verdad, para abrirse a nuevas posibilidades de explicación de la existencia. Todo con tal de entender un poco mejor el sentido de la vida, del aquí y del ahora; para lograr lo imposible y permitir que confluyan lo racional y lo irracional, la ciencia y la fe, la materia y el espíritu: la revelación de lo absoluto.
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*A espaldas del mundo”, de Xavier Villanova, codirigida por él y Laura Camés, y actuada por ambos, se presenta en El Tintero de los Ironistas (avenida Cuauhtémoc 875, colonia Narvarte), jueves y sábados a as 20:30, hasta el 2 de abril.
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*FOTO: A espaldas del mundo, de Xavier Villanova, codirigida por él y Laura Camés, y actuada por ambos, se presenta en El Tintero de los Ironistas (avenida Cuauhtémoc 875, colonia Narvarte), jueves y sábados a as 20:30, hasta el 2 de abril/ Cortesía de la producción.
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