Acústica primaria
Un poema incluido en Hasta que el musgo, obra recién publicada por la Universidad Veracruzana
POR ROBERTO CRUZ ARZABAL
y detrás de mil rejas ningún mundo
Rainer Maria Rilke
Nada parece más superficial
que un perro atado en la esquina del mundo:
se detiene, se sienta, se prepara,
pero el perro no mira,
siente el hielo quemándole las patas
(la quemadura es carne, no concepto)
y la voz que lo llama. Adelantada
la voz contra la imagen,
nadie puede saber lo que le inquieta.
Si el silencio, la voz, el aparato
la inercia o la sangre o sus patitas
tiradas por la soga.
¿Cómo lo llamarías sino deseo
(o latencia del yo) sobre la nieve,
al vértigo de la proximidad
entre Chris y el gramófono;
cómo sino también preparación
de un cuerpo a punto de reproducirse
en las imágenes? ¿Deduce Chris
que el artefacto es cuerpo,
técnica alternativa del silencio;
que es pura boca, voz, evocación
del dominio del hombre sobre el lobo?
Nosotros no escuchamos,
acaso imaginamos resonancias
del sonido que sale de la boca
del aparato puesto entre la nieve.
Aunque la imagen no habla,
las orejas echadas para atrás
nos confirman que el perro algo escuchaba.
¿De dónde viene ese sonido ajeno
detenido en la imagen?
El sonido se queda hecho silencio
(certero y permanente en su postura),
en tres puntos distintos de la foto:
la soga, el hueco, el cuerpo.
En el centro del nudo borromeo,
aparece el sentido de la foto:
que Chris no sólo escucha, se prepara
a contemplar la soga en lo sonoro.
[Herbert Ponting, «Perro Chris frente a un gramófono,
durante la Brittish Antarctic Expedition (1910-1913)
dirigida por Robert Falcon Scott.»]