Artes escénicas en tiempos de Covid
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La contingencia sanitaria mundial ha empujado a los creadores escénicos a explorar herramientas virtuales, para responder a una realidad que les exige adaptar su quehacer artístico
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POR JUAN HERNÁNDEZ
La pandemia del Coronavirus desplomó el estilo de vida de los pobladores del mundo. El virus encontró a una población armada con una herramienta, Internet, que hoy como nunca aparece como la gran salvadora de las relaciones humanas frente al aislamiento necesario.
La “aldea global” de Marshall McLuhan es hoy una realidad palpable. Los medios se convirtieron en el mensaje y en el constructo indispensables para la continuación de las relaciones sociales en la era digital, estudiada prolijamente por el teórico de la comunicación Román Gubern en el libro El eros electrónico, del año 2000, en el que anunciaba ya la claustrofilia del cibernauta.
Más allá de las posturas críticas en relación con los presupuestos de vivir plenamente en una era digital y los cambios que esto implica en la vida humana como la entendíamos hasta antes del Coronavirus, hoy es esencialmente importante que las plataformas dentro de Internet se presentan como una oportunidad para mantener el equilibrio de la psique colectiva, en vilo frente a la paranoia desatada en el mundo por un virus que amenaza la salud física y espiritual de los seres humanos.
Compañías y artistas en varios países han liberado sus repertorios en distintas plataformas digitales, para que los cibernautas puedan acceder a ellas sin restricciones, en un acto de solidaridad. La solidaridad en tiempos de crisis es indispensable para la supervivencia de la especie.
Más allá del efecto paliativo que el mundo digital ofrece a los pobladores del mundo con los productos artísticos, vivimos un momento en el que experimentamos transformaciones profundas en los modos de producción del arte, su distribución y apreciación. Hoy los artistas saben, como nunca, que ocupar un lugar en el universo de la virtualidad es fundamental para el mantenimiento del sentido de su quehacer.
El Coronavirus dio el enorme empujón para entrar de lleno a un universo que llevábamos años experimentando, sin asumirlo del todo, como la nueva manera de relacionarnos y de entender el mundo. La era digital está aquí y, al parecer, llegó para quedarse.
Las primeras iniciativas de ofrecer obras de danza y teatro se dieron en países europeos. Quizá se deba al recorrido que el virus ha tenido, llegando a México y a Latinoamérica como su último destino. Hasta antes de este fenómeno, resultaba difícil ver obras completas por alguna de las plataformas que ofrece la red: Twitter, Facebook, YouTube, Instagram, así como los portales de los artistas o de las compañías de todas partes del mundo.
Antes de este momento crítico, encontrar obras de teatro y danza completas en alguna plataforma de Internet era excepcional. Después del Coronavirus es mucho más frecuente que el cibernauta disponga de puestas en línea y apreciarlas en su totalidad. Esa totalidad necesaria para distinguir el sentido semántico, la estética y el estilo del creador, entre otras cuestiones importantes en la apreciación del arte.
La liberación de obras para ser vistas sin restricciones en los tiempos del aislamiento necesario para enfrentar la pandemia, enriquecen el universo virtual y le dan una nueva característica: la de ser un soporte del arte, que revoluciona, desde luego, los modos de producción. Las piezas son consumidas ávidamente por los internautas que, en el encierro y la sana distancia, no tienen otra manera de tender un puente, con el menor peligro, con el exterior.
Al final de este texto pondremos algunas ligas a plataformas que ofrecen producciones de teatro y danza, para quienes gusten de estas disciplinas artísticas. Sin duda, y frente a las condiciones de emergencia que se viven en el mundo, estas iniciativas resultaban impostergables.
Imposible dejar de pensar, no obstante, en la naturaleza del teatro y de la danza, que ya Walter Benjamin excluía de la lista de disciplinas artísticas que pudieran ser susceptibles de la reproductibilidad, por exigir la presencia viva del actor y del público, en un acto único e irrepetible en el tiempo-espacio delimitado de la experiencia humana.
Tal vez pasada la crisis todo vuelva a tomar su cauce convencional. O tal vez no. Quizá este sea el comienzo de una transformación de la percepción de las masas que hoy encuentran alivio en una aplicación como tik tok (la aplicación más popular del mundo digital). Quizá el aura como característica atribuible por Benjamin al teatro y la danza, por ocurrir en un espacio tiempo definido y condición única e irrepetible, esté llegando a su fin. No lo sabemos.
Lo cierto es que en la actualidad las obras que antes requerían de la comparecencia del actor o el bailarín y del público en un mismo espacio-tiempo, en tiempos del Coronavirus pasa a ser un aspecto secundario. La reproductibilidad de los repertorios coreográficos y teatrales encuentra su cause, gracias a una técnica que en principio tenía la función de documentar: el video. Hoy el video o el streaming se levantan vencedores en esta manera de experimentar la vida en ese universo que hemos llamado realidad virtual.
Evadimos intencionalmente decir quién sí y quién no se unió a abrir su repertorio en estos tiempos de crisis. No son tiempos para la discordia. Lo importante es entender que vivimos un momento de inflexión. Al tiempo se harán las valoraciones pertinentes. Hoy lo que toca es la solidaridad humana ejemplar.
Para quedarse en casa
Mexicanas
http://www.lateatreria.com
https://www.youtube.com/channel/UCCAyjVY8lz2vkM5XR-ciYDA
Canal de YouTube de la Compañía Nacional de Teatro: ofrece varios de sus montajes completos.
https://es-la.facebook.com/TeatroCiegoMx/
idiotasteatro.com
Cía. Momentos Corpóreos de Miguel Ángel Palmeros: https://www.youtube.com/user/MiguelPalmeros
Extranjeras
arte.tv (trasmite la obra “Xenos”, del coreógrafo Akram Khan)
https://www.mitchellrose.com/ Proyecto multinacional dirigido por Mitchel Rose, en colaboración con 42 coreógrafos contemporáneos unidos en una danza continua.
https://www.facebook.com/V.Muntagirov/ Página oficial de Vadim Muntagirov, bailarín principal del Royal Ballet, en donde el artista ofrece clase de ballet desde casa.
En vimeo.com se trasmite: “Un día Pina preguntó”, documental de Chantal Akerman.
FOTO: Aspecto de una de las coreografías de Miguel Ángel Palmeros para la Compañía Momentos Corpóreos./ Especial
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