Avant-Garde: danza multicultural
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Este festival busca dignificar a los participantes, muchos de ellos indígenas mayas, víctimas de violencia sexual o portadores de VIH, a través de la danza, concebida como un bien común y herramienta de apropiación corporal
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POR JUAN HERNÁNDEZ
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La Red Nacional de Festivales ha sido mermada, debido al desinterés del Instituto Nacional de Bellas Artes, a través de la Coordinación de Danza, en esa instancia organizativa. Ha dejado de ser un eje rector de la descentralización de la actividad coreográfica, así como un instrumento para generar cultura dancística en el país.
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Pese a todo, existen algunos festivales que mantienen sus actividades, entre ellos el Festival Avant-Garde, dirigido por Cristóbal Ocaña, en Yucatán. Hacemos énfasis en este evento, en particular, por la peculiaridad de su vocación. Si ya un festival de danza en México resulta marginal, en el contexto de la actividad artística actual, el Avant-Garde lo es por partida doble.
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El festival yucateco de danza está enfocado en la atención de grupos vulnerables: personas que viven con VIH, niñas violadas o indígenas mayas, entre otros, a quienes se les atiende a través de este evento dancístico.
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Avant-Garde es, pues, un festival con responsabilidad social. No se trata de mantener el arte como un privilegio de las élites, sino de llevarlo a los públicos poco atendidos de la sociedad mexicana. Esa es la gran aportación del festival y de su director, Cristóbal Ocaña, quien ha tenido que buscar los recursos para sostener el proyecto.
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Este año, la Eryc Taylor Dance, compañía neoyorquina con diez años de trabajo, impartió talleres de movimiento a personas de la comunidad maya de Chocholá, así como a niñas que han sido víctimas de violencia sexual.
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El objetivo de los talleres es empoderar a los grupos vulnerables y ofrecerles una herramienta para reconocerse como personas con dignidad y derechos, a través de un trabajo de introspección, que sucede a partir del movimiento corporal.
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Eryc Taylor montó una coreografía, de sencilla estructura, pero significativa como experiencia, producto de los talleres. Y los jóvenes gozaron de la memorable vivencia escénica. La pieza fue presentada, primero, en la explanada del Palacio Municipal de Chocholá y, después, en el monumental Teatro José Peón Contreras, en Mérida, la capital yucateca.
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El Avant-Garde se realizó como una actividad artística independiente, de Umbral Danza Contemporánea, A.C., aunque contó con apoyos del Municipio de Chocholá y de la Secretaría de Cultura de Yucatán, instancia que abrió las puertas del Teatro José Peón Contreras a la función de la Eryc Taylor Dance, el 18 y 19 de noviembre.
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La Eryc Taylor Dance, compañía con residencia en Nueva York, presentó tres coreografías en Chocholá, y cinco en el Teatro José Peón Contreras. La función al aire libre significó un reto, pues las obras fueron hechas para un teatro convencional. Sin embargo, el creador adecuó el programa, para ofrecerlo, con rigor artístico, a un público que pocas veces tiene acceso a este tipo de actividades culturales.
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En el Teatro José Peón Contreras, por otro lado, la compañía estadunidense ofreció las coreografías Chaise Lung (1992), The Box (2015), Song for Cello & Piano (2016), The Missing (2010) y el estreno en Yucatán de la obra Cycles, con los bailarines Taylor Ennen, Nicole Baker, Chris Bell, AJ Guevara y Alex Tenreiro Theis.
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De un depurado lenguaje cosmopolita, resultado de la experiencia de la vida cotidiana de los creadores en la Gran Manzana, las piezas presentadas ofrecieron una amplia gama de estilos: desde el humor gestual y teatral de la pieza Chaise Lung, con un tango estilizado, a la profunda emocionalidad del solo The Missing, interpretado con pasión y entrega por la bailarina Nicole Baker, o el lenguaje abstracto y sobrio de Cycles, con música electrónica contemporánea.
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La producción de las obras ofrecen una muestra del trabajo interdisciplinario, en el que participan compositores, diseñadores de vestuario, de iluminación y de escenografía. Las coreografías son de Eryc Taylor, quien es un acucioso creador escénico, abierto a introducir en sus danzas estilos de movimiento, provenientes del lenguaje académico del ballet, la libertad expresiva de la danza contemporánea, las danzas populares y los bailes de calle, como el hip-hop.
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En la Eryc Taylor Dance los bailarines gozan de libertad para desarrollar una forma de moverse personal, explorando su temperamento, potenciando su personalidad y poniendo en juego sus experiencias de vida.
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La característica multicultural del elenco de la compañía, resulta significativa en la era del actual presidente estadunidense Donald Trump. Eryc Taylor asume como un reto “crear puentes, no muros”, de tal forma que su agrupación expresa la pluralidad de las identidades del mundo.
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Chris Bell es un bailarín afroamericano, AJ Guevara tiene raíces filipinas y Nicole Baker es de piel blanca. La multiculturalidad de los elencos es cotidiana en las compañías más importantes del mundo, pero que en la era actual, resulta una postura política en sí misma. Y así lo asume Taylor: como una respuesta a la intolerancia, el racismo y los discursos de odio.
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La compañía neoyorquina se presentó por tercer año consecutivo en el Festival Avant-Garde, iniciativa que forma parte de los proyectos de Umbral Danza Contemporánea, A.C., una organización que se ha empeñado en operar a contracorriente de la política cultural oficial y apegarse a las necesidades y exigencias de los grupos más vulnerables en su entorno inmediato.
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FOTO: El XVIII Festival Internacional Avant Garde México, realizado por Umbral Danza Contemporánea A.C., dirigido por Cristóbal Ocaña Dorantes, se realizó del 14 al 19 de noviembre, en el Municipio de Chocholá Yucatán, y en el Teatro José Peón Contreras de Mérida, con la participación de la agrupación estadunidense Eryc Taylor Dance Company. / Cortesía: Eric Taylor Dance
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