Bob, Ok, un cuento de la escritora Liudmila Petrushévskaia
Este cuento pertenece a la antología Chiórnaia bábochka (Mariposa negra), de la autora Liudmila Petrushevskaya, publicado en 2008, y es una continuación del clásico dostoievskiano “Bobok”. Agradecemos la traducción directa del ruso de María del Mar Gámiz
POR LIUDMILA PETRUSHÉVSKAIA
Bob
Perdone, disculpe, ¿cómo se llega a la ciudad A?
Ok
Aquí no hay camino, señor, aquí es el final del trayecto.
Bob
¿Y entonces qué hago, debo regresar?
Ok
Aquí es el final del trayecto.
Bob
Entiendo que aquí es el final del trayecto. Pero necesito regresar.
Ok
El final, final del trayecto.
Bob
¿Hay que ir a la estación, cierto?
Ok
Ay. ¿La estación? Pero aquí no hay estación. Nosotros no tenemos estación.
Bob
¿Y entonces yo cómo llegué? Porque sí llegamos, ¿no?
Ok
Sala de llegadas hay. Sí.
Bob
¿Y de salidas?
Ok
En eso ya no puedo ayudarle de ningún modo.
Bob
Pero el tren, ¿el tren sí parte de regreso? De la estación.
Ok
No sé, no lo hemos visto.
Bob
¿Pero es que el tren se queda aquí para siempre? Entonces esto sería un cementerio de trenes, ja.
Ok
No sé nada sobre eso. ¿Un cementerio? Puede ser.
Bob
¡Hay que ver! El tren arriba y se acabó. ¡Eso no puede ser! ¿Y qué pasa con el maquinista, con el jefe de tren? Ellos necesitan regresar, ¡cobran un sueldo! ¡Sus familias los esperan!
Ok
¿Sus familias?
Bob
Pues sí, sus parientes.
Ok
No lo sé.
Bob
¿Debo, probablemente, dirigirme a la oficina de información? ¿En dónde está la caseta?
Ok
No, aquí no hay nada semejante. ¿Oficina de información?
Bob
No sabes nada. Pues ¿cuántos tienes?
Ok
¿Cuántos qué?
Bob
Que cuántos años tienes.
Ok
Ahí debe estar escrito.
Bob
¿Dónde?
Ok
Ahí. Junto a usted. Al ladito.
Bob
No veo nada. ¿Dónde?
Ok
Ahí, ahí.
Bob
¿Pero qué dices? Una tontería. ¿Ahí? ¿Dónde ahí? ¿Cuántos años tienes?
Ok
Pues debe estar escrito. Mire. Ahí hay dos fechas.
Bob
¿Y en cuál de las dos me fijo?
Ok
Es simple. No hay que fijarse sólo en una. Hay que hacer la resta. El resultado será mi edad. Ahí está el menos, pero al revés. El primero de la última.
Bob
No entiendo. Siento algo en la cabeza. ¿Cuántos tienes por fin? Nada más dilo.
Ok
Ahora tengo ciento setenta y cinco años.
Bob
Mientes. ¡Qué risa! Una locura. Nunca lo hubiera dicho. Nunca. ¡Cómo crees! Das completamente otra impresión.
Ok
Pues es la edad que tengo ahora. Antes era diferente, hay que verlo en la resta.
Bob
¿Sabe? Esto simplemente no me entra en la cabeza. No entiendo absolutamente nada. ¡Usted tiene ciento setenta y cinco años! ¡En la ciudad no hay camino de regreso! ¡Pero cualquier camino debe ser bidireccional! ¡El tren que acaba de llegar no parte de regreso! ¿En dónde está la lógica? ¿Tiene?
Ok
La tiene, la tiene.
Bob
¿Un tren entero se quedó aquí? Pero si el personal de servicio tiene parientes allá, ¡los esperan!
Ok
Le aseguro que no los esperan. Y a usted tampoco lo esperan.
Bob
¿A mí? Pero si yo me dispongo a partir precisamente porque me esperan, tanto el trabajo como la familia. En la ciudad A., amigos.
Ok
Lo esperan, pero sólo aquellos que no saben nada de usted.
Bob
Qué frase más extraña. ¿Habla con adivinanzas? ¿Quienes no saben nada de mí son los que me esperan?
Ok
Precisamente, su clemente majestad.
Bob
¿Qué lógica tiene esto?
Ok
La tiene, la tiene.
Bob
¿Entonces quienes sí saben de mí no me esperan?
Ok
No, no lo esperan.
Bob
¿Pero por qué?
Ok
La lógica, como usted dice, es así. Ellos saben y no lo esperan, su clemente majestad, mi señor.
Bob
¿Qué saben? ¿Por qué dices estas cosas?
Ok
Eso lo saben ellos y sólo ellos.
Bob
Una locura.
Ok
Es lo que dicen.
Bob
¿Y usted de dónde sabe todo?
Ok
Usted me pregunta, yo respondo.
Bob
Pero usted, ¿usted sabe?
Ok
Yo no sé nada.
Bob
Pero usted me acaba de decir que no hay camino para salir de aquí. Que los trenes no regresan. Que no me esperan.
Ok
Yo eso no lo sé.
Bob
¡Vea! ¡Vuela un avión! ¿Él sí regresará?
Ok
No lo sé. ¿Un avión?
Bob
Está aterrizando, mire. Eso significa que aquí hay un aeródromo.
Ok
Y bien, aterriza. ¿Qué? ¿Un aeródromo?
Bob
¡Dios mío! ¡Una explosión! ¿Qué pasó, un accidente?
Ok
No lo sé.
Bob
¡Hay que correr para allá!
Ok
¿Para dónde?
Bob
Al aeródromo. ¿Quizá necesiten ayuda?
Ok
Aquí no hay eso. No hay eso que usted mencionó.
Bob
¿Cómo? Sí aterrizó el avión, ¿no? ¡Siempre aterrizan en los aeródromos!
Ok
No, no siempre.
Bob
La cabeza me da vueltas. ¿A quién puedo dirigirme? No hay oficina de información. Necesito irme de aquí como sea. ¡Hasta caminando!
Ok
No hay camino.
Bob
Sin camino, saldré a algún lugar. Al bosque, al campo.
Ok
No hay ni bosque ni campo.
Bob
¿En dónde estoy?
Ok
No lo sé.
Bob
¿Y usted?
Ok
Yo estoy aquí.
Bob
¿Y hay alguien más aquí? ¿Una ciudad, una calle, casas? ¿Dónde está la gente? ¿La población?
Ok
Soy yo.
Bob
¿Y su casa dónde está?
Ok
Aquí.
Bob
¿Su cocina, su baño dónde están?
Ok
¿El baño? Todo está donde estoy yo.
Bob
¿Y yo dónde viviré?
Ok
No lo sé.
Bob
Suficiente. Me voy. Iré adonde me lleve la mirada. Buscaré a alguien que no esté tan chiflado. Adiós.
Ok
¿Qué?
Bob
Digo que adiós.
Ok
No entiendo, ¿qué significa “adiós”?
Bob
Me despido. Me voy para siempre.
Ok
Hasta nunca, hasta la vista. Pero esto no se puede, su clemente majestad.
Bob
¿Qué no se puede? ¿Irse?
Ok
Sí, eso no se puede.
Bob
Y si doy un paso ahora mismo…
Ok
Delo.
Bob
Entonces, ¿debo quedarme parado aquí?
Ok
Digámoslo así: debe quedarse.
Bob
¿Debo quedarme aquí?
Ok
No lo sé.
Bob
¿Usted tampoco se puede alejar?
Ok
No lo sé.
Bob
¿Y lleva aquí ciento setenta y cinco años?
Ok
Menos, ciento setenta.
Bob
¡Ajá! Otra vez no hay lógica. ¿Usted tiene ciento setenta y cinco años y ha estado aquí ciento setenta? ¿Quiere decir que cuando usted cayó aquí tenía cinco años?
Ok
No lo sé.
Bob
¿Y con quién ha platicado aquí antes de mí?
Ok
Con millones.
Bob
¿Y dónde están todos ellos? ¿En dónde se metieron?
Ok
Aquí, aquí.
Bob
¿Y por qué yo no los veo? ¿Por qué no veo millones? ¿Estoy loco?
Ok
No lo sé.
Bob
¿Pero usted sí los ve, loco?
Ok
Sí.
Bob
¿Es que ellos no son visibles para todos o qué? ¿Está usted loco?
Ok
No lo sé.
Bob
Usted puede verlos, pero yo no. Se trata del delirio de un loco. Avancemos. Cuando usted apareció aquí, ¿podía verlos?
Ok
No lo sé.
Bob
Pero ahora sí los ve. Y esto es una locura. Yo no veo a nadie aquí.
Ok
Sí.
Bob
¿Y ustedes qué? ¿Platican?
Ok
Sí.
Bob
Esto sí que es interesante. ¿Qué le cuentan?
Ok
No lo sé.
Bob
¿Cómo es posible? ¿Hablan de manera incomprensible?
Ok
Sí, un poco incomprensiblemente.
Bob
Pero ¿usted puede decirles algo?
Ok
No lo sé.
Bob
Inténtelo. Pregúnteles…
Ok
¿Qué?
Bob
Pregúnteles…
Ok
Bien, señor.
Bob
No, no es necesario.
Ok
¿Por qué?
Bob
Porque su respuesta puede arruinar todo.
Ok
¿Por qué?
Bob
Nos quitará la esperanza.
Ok
¿Y cuál era su pregunta?
Bob
Era la última pregunta. ¿Comprende?
Ok
No.
Bob
La última. La que tiene una sola respuesta.
Ok
Y yo me sé una sola respuesta: “no lo sé”
Bob
Yo creo que esta respuesta puede sonar como “sí”.
Ok
Entonces pregunte usted de tal forma que le respondan “no”.
Bob
Sí, puedo preguntar así. Pero, en esencia, recibiré exactamente el mismo resultado.
Ok
Yo me sé una sola respuesta, “no lo sé”.
Traducción de María del Mar Gámiz
Crédito de foto: Dante de la Vega
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