Bola cantada: novedades musicales

Dic 3 • Miradas, Música • 3067 Views • No hay comentarios en Bola cantada: novedades musicales

 

Entre nombramientos de directores de orquesta de la más diversa índole, falta de recursos y atraso en el pago de honorarios, así se viven las novedades del mundo musical

 

POR LÁZARO AZAR
Este martes 29, un pomposo boletín dio a conocer al nuevo titular de la Chafónica Naciomal. Más que de las sillas, este año hemos sido testigos del “juego de los podios”. La Filarmónica de Jalisco fue la primera en iniciar el año con director nuevo, José Luis Castillo, que además de tratar de recuperar el nivel que llegó a tener la filarmónica con Marco Parisotto, está batallando con las malhadadas finanzas que heredó de Jesús Medina, quien —al igual que cuando estuvo en Monterrey— ha vuelto a salir en entredicho por los turbios manejos de su siniestro gerente y administrador de cabecera: es bien sabido que hay solistas que actuaron con él y la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León que todavía no cobran… y en Jalisco, siguen sin pagarle lo que le deben a Parisotto a pesar del fallo a su favor, pero esa, es otra historia.

 

José Luis Castillo, actual director de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Foto: Festival Cervantino

 

La OFUNAM retomó actividades tras la pandemia anunciando también nuevo titular. La novedad fue que, cuando se lo avisaron a Sylvain Gasançon, este apenas tenía un par de fechas disponibles para participar en la temporada en curso. Más calladito, Román Revueltas asumió la titularidad de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, y aunque todavía no se sabe quién lo sustituirá al frente de la Sinfónica de Michoacán y se comenta que habrá “una terna” para designar al elegido, desde mañana Revueltas estará dirigiendo los conciertos navideños que su antecesor dejó programados.

 

Donde ya empezó la pasarela de suspirantes es en Querétaro, y aunque radio pasillo dice que es pura faramalla pues todo está arreglado para que quede Jesús Almanza, vamos a ver quién es el valiente que se saca al tigre de la rifa… Si por algo han tenido problemas los directores que por ahí han pasado, es por la poca formalidad con que los tratan a la hora de pagarles sus honorarios. Un problema que, lamentablemente, están empezando a padecer los músicos de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, a quienes antes de que se les quemara su sede, el Teatro Peón Contreras, los dejaron esperando sus quincenas más allá de lo debido; varios músicos de la OSY me han contactado para manifestarme que, a la par del desinterés del gobierno de Mauricio Vila hacia ellos, cada vez batallan más con “la sangre de atole y la batuta anquilosada” de Juan Carlos Lomónaco.

 

Juan Carlos Lomónaco, director artístico de la Orquesta Sinfónica de Yucatán FOTO: Página de Juan Carlos Lomónaco.

 

Me pregunto qué dirían si estuvieran como los músicos de la Sinfónica de San Luis Potosí, que desde hace 22 años padecen a José Miramontes, un director tan tieso, antimusical y poco solvente, a quien recientemente intentaron destituir circulando un documento en el que, tras señalar su incapacidad física derivada de su estado de salud, acusan de propiciar un clima laboral “donde impera la falta de respeto hacia los músicos”, detallando actos de violencia psicológica y verbal contra la dignidad de los instrumentistas, la reiterada participación de los mismos solistas y directores, y la utilización de recursos del Gobierno del Estado para una finalidad totalmente personal.

 

A quien se la hicieron peor fue a Roberto Beltrán Zavala: independientemente de que la Universidad de Guanajuato anunció que no le renovará su contrato, los músicos aprovecharon que tuvieron a Enrique Diemecke como director huésped para postularlo como futuro director al corearle “titular, titular” tanto en los ensayos como ante el público que acudió a oírles al Teatro Juárez a finales del mes pasado. Hasta ahorita, no se sabe quién quedará en Guanajuato, ni si la Secretaría de Cultura capitalina, tan poco eficiente y, menos aún, interesada en la música, anunciará un nuevo titular para la Filarmónica de la Ciudad de México o, para seguir nadando de muertito, volverá a prorrogar el contrato de Scott Yoo.

 

De donde sí llegaron noticias, fue de Pachuca: el jueves 17 fue presentado el nuevo titular de su sinfónica universitaria, Enrique Bátiz, a quien le prometieron incrementar a 80 el número de atrilistas de la agrupación. Ojalá cumplan y no lo dejen colgado de la brocha, como hicieron los alcaldes capitalinos que, hace unos meses, aprovecharon el prestigio del Maestro para robarle tantito reflector y anunciar con bombo y platillo la creación de una nueva orquesta para esta ciudad, pero nomás me lo alborotaron y lo dejaron como en el Son de la negra: a todo le dijeron que sí, pero no le dijeron cuándo. Empleando la terminología tan socorrida por los burócratas, es la hora en que “todavía no cae el recurso” para poder contratar a los músicos que la conformarían.

 

Enrique Bátiz es el nuevo director artístico de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. FOTO: Archivo EL UNIVERSAL.

 

Y ante este escenario en el que más que la capacidad, el oficio y el talento, suele prevalecer la habilidad política con que los directores logran sortear toda clase de intrigas, traiciones y zancadillas para poder hacerse de una agrupación bajo su mando, fue que esta semana se anunció a Ludwig Carrasco y su nombramiento, no sorprendió a nadie. Era bola cantada. Muy amplio su curri, pero me dicen que, lo que más pesó, fue su filiación morenista… y como me hizo notar un músico de la Chafónica, “considerando que Eduardo García Barrios traía el mismo as bajo la manga”, pudo ser peor.

 

Ahí tenemos el caso de la Ópera, donde mañosa y turbiamente Alonso Escalante manipuló de tal manera las cosas, que de tener a Srba Dinić, el mejor concertador operístico que hemos tenido en décadas, logró despedirlo para poner en su lugar a alguien que, por talentoso que sea Iván López Reynoso, ha hecho de la genuflexión su máxima virtud al no cuestionar las lamentables decisiones “hartísticas” que, justificadas con la búsqueda de “nuevos públicos”, han alejado de la ópera a buena parte de los melómanos, ¿o es que alguien quiere presenciar un vodevil cuyo único mérito, es haber sido compuesto por la hermana de una de las bufonas de la corte en turno?

 

En lo que le damos el beneficio de la duda al Maestro Carrasco, hago votos porque su desempeño sea exitoso. He sido el primero en aplaudir su cruzada por difundir la obra de autores patrios como José F. Vásquez y Antonio Gómezanda, tan injustamente relegados. Ya demostrará si también tiene la templanza para enfrentar a cerca de 100 atrilistas a quienes urge poner en cintura y devolverles el entusiasmo por la música. De entrada, su gestualidad es más clara que el aleteo con los codos y el desenfrenado bailoteo que distingue a su predecesor, aunque, lo más deseable, será que logre gestionar recursos ante un sistema que ha reducido hasta la ignominia el presupuesto para la Cultura.

 

Ya el tiempo dirá si el ungimiento fue atinado o no. Sólo espero que, de no serlo, no tengamos que esperar otros tres lustros por su relevo.

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