Camille Claudel: artista y musa

Dic 20 • Miradas, Visiones • 5019 Views • No hay comentarios en Camille Claudel: artista y musa

 

POR ANTONIO ESPINOZA

 

Filósofos griegos como Platón y Aristóteles señalaron en su momento que los artistas eran propensos a la locura. En el siglo XVIII Diderot retomó la idea platónico-aristotélica para continuar la construcción del mito: el genio creador y la enfermedad mental se encuentran íntimamente ligados. Los primeros psiquiatras sometieron a discusión el tema en el siglo XIX. Fue a fines de esa centuria cuando el mito terminó de construirse, con la publicación del libro Genio y locura (1888) de Cesare Lombroso. En esta obra el antropólogo italiano analizó a los artistas y escritores más importantes de su época, encontrando en ellos signos de lo que llamó “debilidad psíquica”, cuya causa atribuyó a la herencia. De esta manera, quedó consolidado el mito romántico de la relación entre el arte y la locura.

 

El mito romántico de la relación entre arte y locura se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Fueron los surrealistas quienes más contribuyeron a alimentarlo. André Breton y sus correligionarios llegaron a exaltar las obras de los enfermos mentales, calificándolas de creaciones antirracionales y revolucionarias, propias de un inconsciente liberado de todo tipo de ataduras. Pero el mito romántico de la relación entre arte y locura finalmente se derrumbó. Numerosas investigaciones sobre la creación artística y las enfermedades mentales han arrojado nuevas luces sobre el tema. Hoy sabemos que si bien ha habido casos —y no pocos— de artistas que padecieron trastornos mentales, ya no se puede sostener la idea de que se necesita estar loco para ser artista. Hoy sabemos que los artistas con diagnósticos de enfermedad mental son capaces de crear grandes obras no a causa de su padecimiento, sino a pesar de él.

 

Es de sobra conocido que varios maestros consagrados del arte universal padecieron enfermedades mentales. Pensemos en Hugo van der Goes, Jacopo da Pontormo, Théodore Géricault, Vincent van Gogh y Camille Claudel, entre otros. Esta última, quien permaneció recluida en un manicomio los últimos 30 años de su vida, fue una gran escultora que se ganó por méritos propios un lugar destacado en la historia del arte. A pesar de la calidad de su obra, durante mucho tiempo Camille fue más conocida por ser hermana del poeta y diplomático Paul Claudel y amante del que fuera su maestro y mentor, Auguste Rodin. Inspiradora de películas como Camille Claudel (Bruno Nuytten, 1988) y Camille Claudel, 1915 (Bruno Dumont, 2013), en las que fue interpretada por Isabelle Adjani y Juliette Binoche, respectivamente, la genial artista francesa vino al mundo hace 150 años.

 

Camille Claudel nació el 8 de diciembre de 1864 en Fère-en-Tardenois, Aisne. Desde muy temprana edad mostró un notable talento para el arte en general, aunque siempre se inclinó más por los aspectos táctiles de las cosas antes que por el dibujo o la pintura. Decidida a estudiar arte, con el apoyo de su padre y la oposición de su madre ingresó a los 17 años a la Academia Colarossi, ubicada en 10 rue de la Grande-Chaumière, en París. Esta Academia, construida como una alternativa a la ya muy conservadora École des Beaux Arts, era una de las pocas escuelas de arte que admitía mujeres en aquella época. Ahí Camille tuvo como maestro de escultura a Alfred Boucher, quien apreció su talento y siempre la alentó, pero que en 1883 se fue a vivir a Florencia. Antes de partir, Boucher le pidió a su amigo Rodin que se hiciera cargo de sus alumnas escultoras. Fue así que Rodin tomó bajo su responsabilidad a las jóvenes estudiantes en su taller de París.

 

Auguste Rodin (1840-1917) había cobrado notoriedad años antes, debido a la gran polémica que provocó su escultura La edad de bronce, en el Salón de París de 1877. Genio creador que llevó el erotismo al éxtasis, artista rebelde y subversivo que dio nueva vida a la escultura —como los impresionistas a la pintura—, Rodin marcó en forma decisiva la vida y la obra de Camille Claudel. El encuentro entre el maestro de 43 años y la joven discípula de 19 fue el principio de una intensa y turbulenta relación amorosa que dejó una huella indeleble en la temática y la técnica de Camille, que si bien en un principio practicó el frío academicismo en boga, paulatinamente fue dotando de naturalidad y vitalidad a sus obras (muchas de ellas de tema alegórico), siguiendo a su maestro.

 

Camille Claudel fue alumna, colaboradora, musa y amante de Rodin. Los años que estuvieron juntos fueron de intenso aprendizaje para ella. Aún cuando le fue imposible llevar a cabo su carrera de forma independiente a la de Rodin, fue reconocida y celebrada, expuso con regularidad en galerías y salones e incluso recibió varios encargos oficiales. Obras de Camille como el Busto de Rodin (1888), que modeló de memoria en una ausencia del artista, y El vals (1893), fueron resultado de la gran pasión que la joven escultora sentía por su maestro. Pero el amor finalmente se acabó. Camille no podía tolerar la relación amorosa que el escultor mantenía con su empleada doméstica, Rose Beuret, quien de hecho fue la compañera de toda su vida y con quien se casó poco antes de morir. La relación entre Camille y Rodin se fue deteriorando poco a poco… hasta que sobrevino la ruptura en 1893. Camille vivió y trabajó por su cuenta, empobrecida, recluida, alejada de su familia (con excepción de su hermano Paul, quien, cuando no viajaba por su labor diplomática, la visitaba).

 

Camille nunca le perdonó a Rodin que no se casara con ella. Una de sus obras más celebradas, L´âge mûr (1895-1903), revela claramente el drama que vivía por la pérdida del ser amado. Sola, introvertida, encerrada en su estudio, obsesionada por Rodin, comenzó a sufrir de alucinaciones y paranoias. Su producción escultórica se redujo drásticamente, pues casi siempre destruía sus obras en el estudio. Aislada de la sociedad, rodeada de fantasmas, lejos de su hermano Paul, vio cómo su condición fue empeorando. El 10 de marzo de 1913, a instancias de su familia, fue recluida por enfermedad mental en el hospital psiquiátrico de Ville-Evrard, en Neuilly-sur-Marne. Tenía 49 años de edad. En septiembre de 1914 fue transferida con otras mujeres al asilo de Montdevergues, en Montfavet. Ahí vivió sus años de silencio, hasta su muerte, ocurrida el 19 de octubre de 1943. Fue sepultada en el pequeño cementerio del psiquiátrico. Tenía 79 años de edad.

 

 

*Fotografía: La edad madura, Camille Claudel, 1899, bronce / Especial.

 

 

 

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