Carlos Fuentes, él mismo
MARÍA CRISTINA GARCÍA CEPEDA habla de la muestra fotográfica sobre el escritor que se exhibe en el Palacio de Bellas Artes. Ésta —sostiene—, nos adentra en el mundo del autor a través de retratos e imágenes que revela
POR MARÍA CRISTINA GARCÍA CEPEDAEsta insólita y original muestra de imágenes evocadoras, nos sitúa en tres momentos que nos adentran en el mundo de Carlos Fuentes: el primero, retratos del escritor captados por fotógrafos mexicanos y extranjeros, refleja la fuerza de su carácter, su vigor y su don afable, la sonrisa siempre juguetona o el gesto de seriedad, los brazos cruzados para escuchar o las manos entrelazadas para meditar, la ternura o la profundidad de su mirada. Estos retratos juegan con fragmentos de su propia obra: lo sentimos hablar y nos llega su pensamiento a través de sus palabras.
Al ver las imágenes, recordamos que sus aportaciones literarias e intelectuales, y su compromiso por percibir mejor el pasado y el presente de nuestro país, nos han ayudado a comprender mejor la historia y la realidad de México. “México es mi herencia”, dijo al recibir el Premio Cervantes en 1987, “la cultura que nos da sentido y continuidad a los mexicanos”.
Descubrimos después al hombre público, rodeado lo mismo de sus entrañables contemporáneos como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, José María Pérez Gay, José Luis Cuevas, o de sus amigos Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, José Saramago y Milan Kundera, entre muchos otros, lo mismo que políticos como François Mitterrand, Yesser Arafat o Lázaro Cárdenas. Fotografías que subrayan su relación sin fronteras con el mundo intelectual y político.
Sale también a nuestro encuentro la intimidad de Fuentes y de su familia: sus padres, Carlos Fuentes Boettiger, su madre Berta Macías, sus hijos Cecilia, Natasha, Carlos Rafael. Su esposa, compañera y cómplice a lo largo de su carrera, Silvia Lemus, quien nos ha abierto el álbum familiar para poder conocer al Fuentes niño y adolescente, al padre joven rebasado por la alegría de sostener en sus brazos a sus hijos, de observarlos, de jugar con ellos.
Este recorrido en el tiempo es también un homenaje amoroso de Silvia hacia Carlos Fuentes, quien nos sigue acompañando no sólo con su extraordinaria obra literaria y esa inteligencia siempre admirable.
Con esta exposición —cuya curaduría literaria y fotográfica agradecemos a Silvia Lemus, y el diseño museográfico al artista plástico Vicente Rojo—, nos asomamos llenos de curiosidad y admiración al mundo intelectual e íntimo de este mexicano universal.
FOTOGRAFÍA: Carlos Fuentes y su madre Berta Macías, en Panamá, 1929/AUTOR ANÓNIMO/ARCHIVO SILVIA LEMUS.