¿Cómo se hace El Universal Ilustrado?

May 6 • Conexiones, destacamos, principales • 3414 Views • No hay comentarios en ¿Cómo se hace El Universal Ilustrado?

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El 10 de mayo de 1922, en el quinto aniversario de vida de este semanario, su director ofreció a los lectores de El Universal Ilustrado una descripción del trabajo en la redacción y los talleres. En este breve artículo destacó el valor de la “escuela de la intuición” en el periodismo moderno

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POR CARLOS NORIEGA HOPE

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Si en alguna actividad humana se requiere intuición, esa actividad es el periodismo. Por más que la práctica logre dar los postulados exactos, hay un margen inmenso, nunca previsto, siempre aguardado con paciencia, que no vacilo en llamar intuitivo.Y es que, a la manera de una observador dramático, el periodista sólo ve al tiempo con largas miradas interminables… al tiempo que está siempre preñado de noticias.

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Ni la perfección creciente de los elementos tipográficos y artísticos, ni la creación de grandes centros informativos, ni las rotativas insaciables, ni los linotipos, que tienen brazos y cerebro humanos, bastan para mecanizar en absoluto el periodismo. Siempre, sobre todas estas maravillas, queda la intuición.

Carlos Noriega Hope retratado por Hugo Tilghmann
Carlos Noriega Hope retratado por Hugo Tilghmann

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Pero, ¿en qué consiste esta intuición? Sin alardes de catedrático, bien puede definirse como el sexto sentido que nos indica “lo que es periodístico”, alejando inconscientemente lo que “no es periodístico”. Claro está que así explicado no pude sentarse una escuela bergsoniana del periodismo. Requiere una exégesis concienzuda y un verdadero estudio de esta rara aptitud. Además, la intuición periodística no es infalible, precisamente porque está llamada a satisfacer una masa profusa de lectores, que no puede ser auscultada de antemano, con cada acontecimiento, con cada noticia…

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Pero hay que basar el periodismo moderno en la escuela de la intuición, y, por ende, al explicar cómo hacemos EL UNIVERSAL ILUSTRADO, nada mejor que colocar a la intuición en lugar preferente.

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EL UNIVERSAL ILUSTRADO “se hace solo”. Es decir, va sedimentándose cada ocho días, gracias al proceso de la intuición, hasta plasmar cada número. Y es necesario decir que esta obra —como todas las obras del periodismo moderno— es una obra común. Desconfiemos de los directores de periódico que se bastan a sí mismos para llenar su tarea, juzgándose pequeños dioses menores, con un rayo infalible de latón. El periodismo es obra de conjunto y es, también, una obra de fatalismo. “Hay que esperar lo que suceda y recibirlo como lo mejor que puede suceder”, decíame uno de los escasos maestros de periodistas que existen en México. Y la verdad nada mejor que este fatalismo oriental, que hace pasable y posible la vida azarosa del periodista, quien se encuentra, como nuevo Prometeo, exponiendo sus entrañas a la insaciable curiosidad del público.

Francisco Zamora, "Jerónimo Coignard" en un retrato de Hugo Tilghmann,.
Francisco Zamora, "Jerónimo Coignard" en un retrato de Hugo Tilghmann,.

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El semanario y el diario

Un diario es un periódico “hecho”. Cada repórter tiene sus “fuentes”; cada redactor su sección; cada editorialista su tema… Allí la intuición funciona en menor escala, porque la industrialización existe. Líbreme Dios de afirmar que el director de un diario es una figura decorativa. No. Sobre sus hombros gravita todo ese mecanismo perfecto, el cual tiene que ser un poco imperfecto si quiere alcanzar el progreso. Quizá no haya explicado esta paradoja suficientemente: los periódicos tiene que renovarse y mientras ese afán de renovación sea más perfectible, el periódico será mejor. Ahora bien, la industrialización tiene a obstruir toda idea nueva, por un comprensible fenómeno de inercia, y de allí la difícil tarea de hacer excelente un periódico idem…

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En la revista no acontece lo mismo. Cada número —salvo las escasas secciones fijas— es un libro en blanco que debe llenarse en siete días. Quizá muchas personas sonrían al pensar lo que significan siete días. ¡Bah, el tiempo suficiente para “llenar” sesenta páginas!

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Con la experiencia de mis tres años de director y mi sinceridad absoluta, me atrevo a decir que la tarea es bastante pesada. Claro es que la amenguamos con muchas satisfacciones, con la fraternal cooperación de cada uno de los redactores, pero en verdad que, si queremos hacer cada semana un número distinto, hay que exprimirse el caletre a cada momento y hacer, también, rápidas decisiones, porque las prensas y los linotipos nunca aguardan. Nada hay más odioso, en los días grises de las noticias y acontecimientos, que la visita constante y reiterada del aprendiz de linotipista que pide “hueso”. Sentimos impulsos, en ocasiones, de arrojarle a la cabeza un tintero para que nos deje en paz…

10 de Mayo 1922. Paginas de El Universal Ilustrado.


10 de Mayo 1922. Paginas de El Universal Ilustrado.

¿Cómo se hace El Universal Ilustrado?

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La arquitectura de una revista

Lo más difícil, realmente, en un periódico ilustrado es guardar una proporción juiciosa, una ponderada arquitectura, en cada número. Es decir, debe haber “de todo y para todos”, distribuido de tal manera que el lector ingenuo recorra cada página lentamente, sin hojear seis o siete de un tirón para detenerse en una sola… ¡Que todo le interese!…

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Y para mí, nada hay más curioso que observar, desde mi asiento en la peluquería, al vecino que hojea esta revista. Sólo con esta observación puedo saber si logramos un buen número o un mediano número, aunque el lector fortuito sea inculto, porque la revista —vuelco a decirlo— debe hacerse para todos.

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En muchas ocasiones la arquitectura, la ponderación aque me he referido, falla lamentablemente. Parece entonces EL UNIVERSAL ILUSTRADO demasiado frívolo, o demasiado serio, o excesivamente cinematográfico, o tremendamente internacional. Hay que cruzarse, entonces, de brazos con paciencia, porque el error no tiene una rectificación posible sino hasta los ocho días… Ahora mismo que hacemos este número aniversario, pienso con temor que sea desproporcionado, que se juzgue con muchas cosas “de casa” y pocas cosas de “fuera”, que , en resumidas cuentas, son las que interesan al público.

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Ignoro, pues, si a ustedes, pacientes lectores, les parezca este número digno de hojearse, o simplemente digno de servir como papel de envoltura. Y desgraciadamente yo soy el primero —¡ay de mí!— incapaz de saber, el próximo jueves, cuál será el uso que haga de mi ejemplar de EL UNIVERSAL ILUSTRADO… Me alarmo realmente, porque a veces sirve para prender mi cocina con una eficacia maravillosa.

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FOTO: Retrato de Carlos Noriega Hope, director de El Universal Ilustrado de 1920  hasta el día de su muerte en 1934. Bajo su dirección se impulsó la publicación de La Novela Semanal./Archivo EL UNIVERSAL

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