Compañía italiana viene a transgredir

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POR ABIDA VENTURA

 

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“Durante la realización de este evento no se lastimó a ningún animal”, advierte el programa de mano de Julio César, fragmentos, la puesta en escena con la que la compañía italiana de teatro Socìetas Raffaello Sanzio (SRS) se hizo presente en el Festival Internacional Cervantino el viernes pasado, en el Auditorio General de la Universidad, en la ciudad de Guanajuato. Y es que, quien la conozca o haya escuchado hablar de esta polémica agrupación creada en 1981 por los hermanos Romeo y Claudia Castellucci y Chiara Guidi (esposa de Romeo), sabrá que en sus espectáculos todo puede pasar.

 

En 1999, cuando representaban en el Piccolo de Milán Las fábulas de Esopo con un reparto de 300 animales de diversas especies, fueron interrumpidos por defensores de animales quienes atacaron al elenco a botellazos y amenazaron con estallar una bomba. En 1999, en París, cuando la compañía presentó Viaje al fin de la noche, de Céline, el público los acusó de fascistas. Hace dos años, una de sus transgresoras puestas en escena, Sobre el concepto de rostro en el hijo de Dios, desató la ira del Vaticano y de un puñado de católicos radicales que consideraron a la obra “indigna y blasfema” por lanzar piedras y granadas contra la imagen de Cristo, además de representar al pie de esa fotografía una escena en la que un hombre manifiesta su rabia por tener que limpiar los excrementos de su padre anciano.

 

Por eso, Romeo Castellucci (Cesena, Italia, 1960), quien en 2002 fue reconocido con el título de caballero de la Orden de las Artes y las Letras que otorga el Ministerio de Cultura de Francia, y en 2013 recibió el León de Oro en la bienal de Venecia, se ha hecho fama de ser uno de los directores más polémicos en la escena contemporánea.

 

Mauro Silvano Voltolina, asistente de dirección de la compañía y quien se formó de manera autodidacta trabajando como actor y ayudante de Romeo Castellucci, conoce las polémicas que las puestas en escena de su mentor suelen provocar en el público, pero considera que todas las críticas son válidas, siempre y cuando tengan fundamento. “Es justo que las personas tengan un pensamiento de lucha, es parte de la vida. Lo que nos molesta son las críticas o polémicas instrumentadas, cuando se manipula el discurso para usarlos con fines particulares. Consideramos fundamentales todas las reacciones ante la obra porque es donde se revela la necesidad del teatro como un hecho público y poético”, comentó en entrevista.

 

Con Julio César, fragmentos, Romeo Castellucci hace una lectura de la adaptación de esta obra shakespeareana que ya había montado en Italia, en 1997, pero sin mayores transgresiones. En esta nueva versión, que se centra en la muerte de Julio César, la parte más famosa del clásico de Shakespeare, el único animal en escena es un caballo al que le pintan la leyenda “Menetekel Peres”, una clara referencia a la escritura en la pared que en el pasaje bíblico del libro de Daniel relata la caída de Babilonia. “En la historia del arte, el caballo es uno de los principales temas en la pintura. En esta obra, funciona como un presagio de la caída de Julio César”, explicó Mauro Silvano Voltolina, quien además es representante de la compañía en ausencia de Castellucci, quien no pudo venir a México debido a una “grave inflamación en la cervical”.

 

En todo caso, la incomodidad del espectador se presenta cuando uno de los personajes, …vskij, inserta una videocámara de endoscopía por su nariz y la introduce hasta la laringe, el punto donde se produce la voz por la vibración de las cuerdas vocales. Toda esa maniobra y los movimientos que produce esa cavidad oral cuando el personaje comienza a hablar son visibles a través de una pantalla circular. El monólogo representa la apertura del drama de Shakespeare, que relata la victoria de Julio César.

 

El fragmento principal de la obra es el discurso de Marco Antonio, quien es interpretado por un actor que ha sufrido una amputación en la laringe (Dalmazio Masini), por lo que su voz es pura vibración y por momentos se vuelve borrosa. Masini es poeta, también autodidacta, y conoció a Castellucci después de superar un cáncer de garganta. Desde entonces ha interpretado a Marco Antonio en los diversos escenarios donde se ha presentado esta obra, desde Hungría a Irlanda, Francia a Estados Unidos, y hasta en Australia.

 

Con estos dos fragmentos la intención de Castellucci es indagar en la potencia de la palabra y la retórica a través de la voz. “Queríamos ver cómo nace la voz. Escucharla, pero también verla”, dice Voltolina. La fuerza de la palabra, explica, la encontramos en el discurso de Marco Antonio, quien lamenta la muerte de Julio César pero basa su discurso a partir de las heridas de su amigo: “A Romeo le pareció que este discurso podría resonar mucho más fuerte a través de una herida literal, como si la fuerza del discurso no tuviera necesidad del músculo que acciona la palabra”.

 

* La obra también llegará a la ciudad de México. El próximo 14 y 15 de octubre se presentará en el Teatro El Galeón, en el Centro Cultural del Bosque.

 

* Fotografía: Esta adaptación de la obra Julio César, fragmentos, de William Shakespeare, utiliza un caballo en escena / Juan Boites / EL UNIVERSAL.

 

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