Conversación oída en un camión sin aire acondicionado
POR ÓSCAR PAÚL CASTRO
Si yo perdiera un brazo
Si tuviera la mitad del rostro destrozada
Si no tuviera nariz
(aunque mi nariz es fea ―soy un Cyrano sin ingenio― nariz tengo)
¿Me amarías?
―Sí
Si yo fuera Job
Si Dios (que no existe) desatara su ira contra mí
Y te matara a ti (amor mío)
y a nuestros 11 hijos y a nuestros corderos y a nuestro gato
Y me diera sarna y me tuviera que rascar con un palito
mientras pienso en tus pechos rebosantes de leche y miel
y Dios me hiciera dudar de Dios
¿Me seguirías amando?
―Sí Sí
Si yo muriera
Y tú Yegua saludable y plena
tomaras como esposo a otro aun más bello
mejor amante mejor padre
que ayude en la casa y no te dé la espalda y no deje los platos sucios
para escribirte esto
Mientras yo me vuelvo un invisible aire Una brizna apenas
de recuerdo Y un buen día me olvidas para siempre
¿Me amarás todavía?
―Sí
Si yo fuera La otra
Y con mejores tetas y mejor culo sin hijos sin estrías
y sin temor de Dios (que ya no existe) me robara a mí (tu amor)
y me llevara de motel en motel hasta el final de la tierra
hasta que yo ya no encuentre el camino de regreso a ti
Y solo nos volvamos a ver en el juzgado
y solo hablemos a través de abogados y papeles
y de puertas entreabiertas (o entrecerradas)
cuando recoja a nuestros hijos
para el fin de semana
¿Me amarás aún?
―Sí
Y si fuera Dios
Y con un manotazo de sombra
borrara todo
A tus padres y a los padres de tus padres
A Adán que al revés es Nada
Y a Eva que al revés es Ave
Y a los dinosaurios otra vez
Y las primeras células ciegas pero vivas
Y cansado de existir volteara mi ira contra mí
y volviera mi propio corazón un agujero negro
y me devorara a mí mismo
Llevándome antes todas las estrellas y galaxias
y todos los universos
No dejando atrás sino silencio y silencio y silencio
¿Alzarías tu voz una vez última?
* Fotografía: La novia del viento, del pintor expresionista Oskar Kokoschka / Especial.
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