Cuatro poemas a Felina
POR ADÁN BRAND
Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas; @adanbrand
A Montse
Felina
Si un gato común, fiera mínima
de la hostil sabana de azoteas
siete veces le roba
a la muerte el aliento
qué no hará mi mujer
que en la noche no es mujer
sino pantera
que atacada y herida
agonizante
resiste los embates de la muerte
muere y nace
y muerde y mira
altiva la pantera
mira la fiera mujer
que oprime mi pecho con sus zarpas.
***
Caudal
Este entrar y no saber de mí
sino a través del hilo de voz
que se te escapa.
Este no mirar sino hacia dentro
con los ojos del vientre
y de las manos.
Este enceguecer con la garganta
en un caudal de luz
incontenida.
Este doble corazón y no ser yo
ni tú tampoco
sino un río que se vierte
en un oscuro lugar
en un desierto.
***
Puentes
Mi mujer y yo andamos la avenida.
No hay palabras:
solo las manos y su código secreto.
Cada quien con su dolor en la garganta,
apenas sonreímos con los ojos
fijos en la tierra.
Solo las manos hablan
y el temblor de algunos pasos inseguros.
Los dedos tristes,
sus bocas diminutas,
su intento inútil de decir
“¿sí sientes esto?”
Pasa otro bus que no tomamos
y le pregunto a mi mujer,
que aprieta el paso,
por qué al final
seguimos siendo soledades;
dos extraños que se acercan
por el puente de las manos.
Fiera y mujer
Fiera y mujer se miran
hembra gatuna y laberinto.
Casi las confunde el embrujo
aguamar de las miradas.
¿Es acaso un espejo lo que observa,
lo que hiere con tal saña las retinas?
¿El nahual de cada una es lo que acecha?
Ninguna de las dos lo sabe
ni se fía de la otra.
Ninguna de las dos guarda las zarpas
ni decide saltar sobre la otra.
Solo miran. Miden la tensa manta
de silencio que las cubre.
Miden el espacio.
Esperan.
Sus músculos se van petrificando.
Dos estatuas
de cobre y mármol:
solo brillan los ojos y las garras.
* Sin título (1978), Fernando García Ponce
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