Decreación
POR ANNE CARSON
CADENA DE SUEÑOS
Quién puede dormir cuando ella…
a cientos de millas oigo ese vasto aliento
avivar sus cubiertas agitadas.
Cicatriz tras cicatriz
los eslabones
rechinan una vez.
Navegamos madre en un océano sin barcos.
Piedad por nosotros, piedad por el océano, navegamos.
DOMINGO
La ropa tendida ondea contra el gris severo del atardecer.
Es hora de cenar, el aire se hace más frío.
Se apilan las hojas en pequeños montones.
Luz en las ventanas de la cocina.
Húmedos misterios de la noche asoman apenas entreabiertos.
Es hora de llamar a mamá.
Deja que timbre.
Seis.
Siete.
Ocho…, ella
levanta el auricular, espera.
En las huecas distancias las ratas de campo corretean irónicas.
LÍNEAS
Mientras hablo con mamá ordeno cosas. Lomos de libros junto al teléfono.
Clips
en un cuenco de porcelana. Residuos de goma manchan la mesa. Ella habla
con nostalgia
de la muerte. Empiezo a girar los clips en la dirección contraria.
Fuera
de la ventana la nieve cae en líneas rectas. A mi madre,
amor
de mi vida, le cuento lo que almorcé. Las líneas caen ahora
más
de prisa. El destino añade peso en los extremos (para apresurarnos)
quisiera
decirle: es señal de la misericordia de Dios. Ella no me retendrá
dice, ella
no me pasará factura. Los milagros se escurren sin darnos cuenta. Los
clips
están eternamente alineados. ¡La misericordia de Dios! Cuánto tiempo
la sentiré
arder, dijo la niña intentando ser
amable.
NUESTRA FORTUNA
En una casa al atardecer la lección final de una madre
devasta el poniente y sella el pacto.
Mira por las ventanas al anochecer y verás gente de pie.
Somos así, teníamos un pretexto para estar dentro.
Llegó el día, cortamos el fruto (cortamos
el árbol). Ahora estamos fuera.
Aquí hay una deuda
saldada.
SIN PUERTO ALGUNO
En la antigua lucha entre hálito y muerte, se concede un último sueño.
Aceptamos una oferta por la casa.
En la suma de las partes,
¿dónde están las partes?
En silencio (allí) aguardan hojas y ventanas.
Nuestro tendedero desnudo corta la inclinación de la noche.
Y en su grito por el perdido atuendo de la luz celestial
ángeles y detritus nos reclaman al flotar por nuestra cancela aún cerrada.
ELLA CELEBRARÍA HOY EL 50° ANIVERSARIO DE SU BODA
El frío suplica ante un muro romano.
La luz es intensa (atrapada)
y las sombras esperan como
capuchas a punto de caer.
El cerebro llama
dos veces
por sal.
Acaso fue Ovidio quien dijo, Tanto viento enmudece las piedras.
Los textos anteriores forman parte del libro Decreación. Poesía, ensayos, ópera (Decreation. Poetry, Essays, Opera), de la escritora canadiense Anne Carson, en traducción castellana de Jeannette L. Clariond y que, con el apoyo de ProTrad-Fonca, publicará próximamente la editorial Vaso Roto, de Monterrey.
FOTO:
ESPECIAL
Anne Carson (1950), poeta canadiense