¿Qué sucede en México con las personas trans?

Jun 19 • destacamos, principales, Reflexiones • 4218 Views • No hay comentarios en ¿Qué sucede en México con las personas trans?

/

Este artículo hace un recuento de los crímenes de odio que han sufrido las mujeres trans de México, así como de la revictimización que han recibido por parte de los medios y la impunidad de sus agresores. Por otro lado, la autora también aborda los ataques por parte de grupos fundamentalistas hacia la comunidad trans

/

POR JAZZIEL BUSTAMANTE HERNÁNDEZ
En el ámbito internacional, la República Mexicana cuenta con unos de los marcos normativos inclusivos más progresistas, a la vez es uno de las naciones en donde se cometen crímenes de odio contra las mujeres trans.

 

Estas dos narrativas nos dejan ver un panorama fragmentado sobre lo que ocurre en nuestro país cuando hablamos de los derechos humanos, y más específicamente cuando abordamos el tema de la discriminación hacia las personas LGBTTTIQ+ quienes siguen padeciendo lo más crudo y cruel en los ámbitos laboral, institucional y social.

 

En noviembre de 2014 la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal reconoció jurídicamente a las personas trans a través de un trámite administrativo, lo que puso al país a la vanguardia internacional. En 2012 Argentina lo aprobó en todo su territorio y en 2017 lo hizo Uruguay con una ley integral de las más progresistas del mundo.

 

En México, grupos fundamentalistas como Más vida y más familia y el Frente Nacional por la Familia comenzaron a difundir información tergiversada en la que señalaban que los transexuales cometerían delitos por tener varias identidades jurídicas. Con facilidad afirmaban que era el comienzo de la “Ideología de Género” cuyo objetivo era terminar con las familias tradicionales. En España y toda Latinoamérica surgieron estos discursos.

 

En España, un autobús color naranja portaba las leyendas: “Los niños tienen pene y las niñas vulva”, “Que no te engañen”, “Si naces hombre, eres hombre, si eres mujer seguirás siéndolo”. Con estos mensajes llenos de prejuicios se lanzaron contra las identidades trans.

 

A la fecha en 13 estados de la República Mexicana es posible cambiar el género y nombre en las actas de nacimiento si eres una persona trans mayor de 18 años, en tanto que en dos estados –Oaxaca y Jalisco– , si eres menor, el cambio de documentación es posible con el acompañamiento de un adulto.

 

El 14 de abril de 2014 en Gómez Palacio, Durango, fue encontrada una jovencita transgénero de 20 años de edad arrojada en unos maizales no sin antes haber recibido una golpiza, así como numerosas puñaladas en el abdomen y espalda. Los medios de comunicación publicaron la nota con el encabezado: “Matan a hombre vestido de mujer”. Leyendo la nota y viendo las fotos se podría saber que se trataba de una mujer trans, pero a los medios les resulta más fácil revictimizar.

 

En julio de 2014 es encontrada en Morelia, Michoacán, una mujer trans semidesnuda y con múltiples golpes en el cuerpo, quien al parecer fue estrangulada.

 

En junio de 2016, Paulette, de 24 años de edad y oriunda de Jalisco, acude con unas amigas a Celaya, Guanajuato, para vacacionar. Ahí fue golpeada, apuñalada y asfixiada. Después sus verdugos prendieron fuego a su cuerpo.

 

En ese mismo año, Paola, trabajadora sexual de la Ciudad de México y de 23 años de edad, fue asesinada por un exmilitar. El asesino argumentó que Paola no le dijo que era transexual. Su amiga y compañera Kenya Cuevas grabó el momento exacto de las detonaciones de arma por parte del exmilitar y acudió rápidamente para apoyar a su amiga, quien agonizó en sus brazos. El agresor salió libre a los pocos días y hasta ahora el caso de Paola permanece impune. Este caso representa un antes y un después en la lucha de la diversidad sexual pues evidenció lo que organizaciones civiles señalaban desde tiempo atrás en el sentido de que en México las vidas de las personas LGBTTTIQ+ no son importantes para el Estado mexicano ni para su sistema de justicia.

 

En julio de 2018 la joven estilista Alaska Contreras Ponce fue torturada con una arma blanca y envuelta en alambres de puas fue arrojada semidesnuda cerca de un río en Martínez de la Torre, Veracruz. Ese mismo año la Organización de la Naciones Unidas, a través del Alto Comisionado en México, expresó su preocupación por el asesinato de al menos 10 mujeres transgénero y transexuales en todo el país en tan sólo un mes.

 

El espacio es insuficiente para enumerar cada uno de los más de mil asesinatos cometidos contra las personas de las disidencias sexuales o LGBTTTIQ+ en una década. La brutalidad e impunidad son una constante en los casos, aún con marcos normativos de avanzada, la interrogante sigue estando ahí: ¿qué hace falta? Son muchas cosas pero una de las más importantes y que no va a ocurrir pronto es el cambio de pensamiento en nuestra sociedad. Los prejuicios, el estigma y la ignorancia nos han llevado a ser un país con altos niveles de desconocimiento en torno a la sexualidad y a las personas LGBTTTIQ+.

 

 

¿Visibilidad?

 

La visibilidad es muy importante en los ámbitos donde socialmente no es común ver a mujeres y hombres trans. Aleizah Morganna Martínez Bautista o mejor conocida como “Morganna Love” es una actriz y cantante profesional de ópera. Ophelia Pastrana es una física, economista, youtuber, conferencista, comediante y tecnóloga colombiana y naturalizada mexicana. Ricardo del Real, es actual campeón de taekwondo y comentarista en Televisa. Dania Gutiérrez Ruiz es doctora en Bioingeniería por la Universidad de Illinois y secretaria académica del Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.

 

Estos son sólo algunos de los muchos casos de personas trans visibles en el país. Ya habrán leído en alguna ocasión el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que en 2015 arrojó un interesante diagnóstico: la vida promedio de una mujer trans en la región latinoamericana es 35 años de edad.

 

En México aún falta mucho para lograr la inclusión e igualdad real y erradicar las violencias contra las personas trans, pero ya hemos avanzado y vidas como las anteriormente expuestas son la inspiración de una generación, muchas personas trans deciden no decir públicamente sobre su identidad de género por miedo al rechazo o despido laboral, es muy respetable su postura pero también son pioneras y pioneros al desafiar a un sistema que nos ha colocado tanto a hombres como a mujeres en nichos laborales estereotipados.

 

Desafiar las normas de comportamiento binario estereotipado y demostrar autonomía sobre nuestros cuerpos al expresar públicamente nuestra identidad de género nos vuelve revolucionarias (os). No es una tarea fácil, pero ya dimos el primer paso y no hay vuelta atrás hacia la clandestinidad ¡Eso jamás!

« »