Dos Poemas
POR DANIEL MALDONADO
@CapitanBardo78
El Blues de la friendzone
Yo la amaba, ay, cuánto amaba a esa mujer
con un amor de vocales aullantes;
habría trepanado los sesos de mis horas
para llenarla con ideas y experiencias oceánicas
inventando maneras de amarla.
Yo la amaba, ay, cuánto la amaba
convertido en bengalas devotas, rugidos aéreos, punzones milagrosos,
le juraba que mi amor era una tempestad arcangélica
devastando mis más íntimos hielos colosales;
habría hecho de nosotros
la leyenda luminosa de los amantes fervorosos e inmortales
pero ella quería que nuestra complicidad jamás cesara
e íntegros permaneciéramos en una pureza amistosa de diamantes ocultos;
apisonaba los clavos de sus barreras
con el aguijón remachándolas con la palabra “amigo”
mientras yo Bonifraseaba la poesía
de la amiga a la que amo;
yo la amaba, ay, cuánto la amaba
embridado en la sima en el abismo
donde ella me hundía en cataclismos naufragantes
a la vez que sin piedad de mí emergía y se distanciaba.
Amanecido Blues
He llegado a la casa devastado por el amanecer
con los bolsillos sudando derrotas y una ficción de mujeres angélicas cercándome el deseo
Eli, Nancy, Briana, Rocío, Nereida, Erika, Sandra
sus nombres son pétalos de una flor ufana que marchita su fragancia ante mi tumba
andante;
un coro de palomas germina bajo mis pasos
su gorjeo amoroso ilumina el rastro del cielo.
Venga a nosotros, oh, principesas ondulantes
la limosna fragante de vuestras estampas
o al menos el sincero desprecio ante nuestra marginal penuria.
He llegado a la casa donde la locura toca la puerta y ofrenda la perspectiva insalvable
la comedia a cuadros de toda la desgracia.
Amanece, oh, amanece
y una jeringa insomne inyecta en mis ojos su guadaña.
*FOTOGRAFÍA: “Figura con fondo azul”, de Ricardo Martínez, óleo sobre tela (1985) / Especial
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