El rock, ese hijo bastardo del blues. Conversación con José Cruz

Mar 14 • destacamos, principales, Reflexiones • 4392 Views • No hay comentarios en El rock, ese hijo bastardo del blues. Conversación con José Cruz

 

 

POR FRINO
@frino_B

 

 

José Cruz es un referente del blues en México. Líder fundador de la banda Real de Catorce a mediados de los ochenta, su obra se ha caracterizado por su lírica en español con alta densidad poética. Compositor, cantante, guitarrista y armonicista desde hace más de treinta años, sostuvimos una charla con este pilar del blues nacional.

 

No se puede hablar de rock sin hablar de blues. El rock da la apariencia de ser un género universal, mientras el blues parece seguir siendo patrimonio exclusivo del Mississippi o de Chicago. ¿Existe un blues mexicano?

Por supuesto que sí, el género de blues es una herencia universal y por lo tanto ha influenciado a toda la música contemporánea. La existencia del blues mexicano quedó confirmada con Real de Catorce, que hacía blues en español. Yo he escuchado a italianos, a franceses, cantar blues en sus propios idiomas. Por supuesto, también a los españoles y a muchos de nuestro continente. Lo que sucede en México es que hay un problema de colonialismo muy fuerte que se sigue ejerciendo a través del idioma, y pensamos que los individuos afroamericanos, por su complexión y su genética, son los únicos aptos para cantar el blues. En eso hay algo de la doctrina Monroe, de “América para los americanos”, que en el caso del blues funciona más bien para los afroamericanos. Pero eso es un error, una suerte de racismo al revés en el que se piensa que ellos serían la raza superior y no es así, desde el punto de vista fisiológico, genético, cualquiera puede cantar el blues. Y yo hablo no sólo del blues, que es un legado, sino de un estado blue, que tiene que ver con la espiritualidad, con un estado anímico. El blues, gracias a la labor de Martin Scorsese, se volvió el folclor universal. Al mostrarlo en su trabajo, Scorsese no sólo puso en la escena el folclor de los Estados Unidos; no dijo “éste es el folclor de Chicago”, sino “éste es el folclor mundial”. Eso es el blues, el folclor mundial. Y detrás del blues vino el rocanrol, que es el hijo bastardo del blues.

 

Usted es un estudioso de la poesía del Siglo de Oro ¿Ha influido eso en su lírica?¿Cuáles son sus poetas favoritos?

Me ha influenciado en el conocimiento de la estructura, de cómo escribir, la sonoridad misma de las palabras. El lenguaje coloquial es propicio para utilizarlo cuando narramos, por ejemplo, algunas aventuras o vicisitudes que tenemos. Entonces no lo desdeñamos, inclusive la narrativa jamás la desdeñamos porque todos estamos narrando algo siempre en nuestras vidas.

Entre los poetas que más me gustan están Lope de Vega, San Juan de la Cruz, Calderón de la Barca, Sor Juana Inés de la Cruz, Luis Cernuda y poetas mexicanos como José Carlos Becerra, José Emilio Pacheco, Lizalde y Efraín Huerta, por supuesto.

 

Partiendo de que todas las literaturas tuvieron origen en las prácticas de oralidad, ¿es la canción una forma de literatura?

Por supuesto que sí. La literatura necesita de la música y la música necesita de la literatura. La palabra tiene un peso poético, ese peso poético influye en la musicalidad. Es como si escribo un soneto, o unos versos alejandrinos: no necesariamente un poema va terminar siendo una canción, pero los versos tienen musicalidad, un peso que la palabra poética adquiere, allí encontramos la musicalidad del verso, de los versos alejandrinos como en el caso de “Al rojo de la tarde”; allí encontramos una musicalidad y una cadencia. No la búsqueda por sí misma, sino el peso poético de cada palabra. Cada fonema tiene un peso poético bien usado.

 

El blues es un canto de desarraigo, de dolor colectivo ¿Cómo se vive en México?

El blues no es un canto de dolor, es una alegoría a la vida. Robert Johnson, por ejemplo, no cantaba en contra de la esclavitud, al contrario, él le cantaba a la fama, a hacer fortuna. Yo no he escuchado canciones que hablen exactamente de la esclavitud por sí misma, salvo cuando se politiza, por ejemplo en el caso de The last poets, muy allegados a Angela Davis y a los Panteras Negras (organización política afroamericana surgida a mediados de los sesentas)  que politizaron la poesía y eso es totalmente válido. De allí viene el hip hop, fue una influencia fortísima para que el hip hop se desarrollara, pero esta expresión ya tiene otra connotación más urbana, vicisitudes en las ciudades. Pero el gospel tuvo esta forma de catequizar a los negros y fue a base de castigos…

 

¿El blues es un género intimista o es masivo?

En nuestro país, debido a la “pseudo ortodoxia”, se le ha visto como un género cerrado, lo que es un error. Eso está asociado con la idea de eugenesia, de que sólo los afroamericanos tienen la capacidad torácica para cantar el blues. Pero eso sería limitarnos a ver a los afroamericanos como un objeto de estudio y no como un sujeto histórico. Y hay que verlos como sujeto histórico

 

¿Puede platicarnos un poco de su nuevo proyecto, Lucy Blues?

Sí, es un proyecto muy afortunado que estamos haciendo con Miguel Corza -por cierto que actualmente estamos grabando un nuevo material con Real de Catorce- pero también tenemos este proyecto lúdico que es Lucy Blues, que empezó como dueto pero ahora ya es un trío integrado por Miguel Corza, Charly Mercado y yo. El nombre Lucy es por la serie Breaking Bad, en este caso se trata de una camioneta amarilla, y luego la gente nos anda preguntando si somos Los Simpson, pero no, ni yo soy Matt Groening. En Lucy Blues hay una gran influencia de lo escénico por mi mujer, Paty Aguirre, que nos hizo ver el potencial de todas esas parejas emblemáticas que el cine ha hecho destacar, desde The Blues Brothers a Sacco & Vanzetti. Así que a la hora de subir al escenario eliminamos la distancia con el público que a veces incluso se involucra tocando algunos instrumentos de percusión. Tocamos algunas canciones emblemáticas mías y otras que he compuesto para Lucy Blues. También hacemos improvisación en el momento, como el dictado automático de los surrealistas, todo eso en la música, en el blues y en el estado blue. Tratamos de eliminar la cuarta pared, y lo de Lucy la camioneta es porque somos fans de Breaking Bad.

 

 

 

*Fotografía: El músico José Cruz prepara un nuevo proyecto titulado Lucy Blues / Crédito: Especial

« »