¿Volveremos a ver la Estrella de Belén este 21 de diciembre?

Dic 19 • destacamos, principales, Reflexiones • 3817 Views • No hay comentarios en ¿Volveremos a ver la Estrella de Belén este 21 de diciembre?

Las lecturas astronómicas modernas sobre la conjunción de Saturno y Júpiter arrojan nuevos datos acerca de la vida de Jesucristo

 

POR ARTURO MONTERO
 
El 21 de diciembre de 2020, justamente durante el solsticio de invierno, seremos testigos de la extraordinaria conjunción de Júpiter y Saturno, un suceso que no ocurría tan espectacular desde el 4 de marzo del año 1226 d. C. Este lunes, después del ocaso elevemos nuestra mirada al oeste y veremos el resplandor de Júpiter y Saturno con la intensidad de dos planetas que por su proximidad parecerán como una fuente luminosa en el firmamento. Lo cierto es que permanecen distantes, pero desde nuestra perspectiva terrestre se verán muy cercanos. Si bien es cierto que las conjunciones de estos planetas se advierten cada 20 años como lo registraron los mayas con la unidad de tiempo calendárica denominada katún de 7,200 días, este año, parecerán estar más juntos, como no se veía desde hace 794 años y no lo volverán a estar hasta dentro de 60 años.

¿Pero qué tiene que ver esta conjunción con la Estrella de Belén? Sucede que para el célebre astrónomo y matemático del siglo XVII Johannes Kepler y un buen número de científicos modernos, el astro que guió a los  Reyes Magos  al lugar de nacimiento de  Jesucristo como lo afirma el  Evangelio de Mateo  no fue una estrella, sino una conjunción entre Júpiter y Saturno observada durante varios meses en el año 6 a. C. Aunque físicamente es imposible que un astro marque un lugar en la Tierra de manera concreta, se ha sugerido que esta conjunción es la manifestación de la Estrella de Belén. El fenómeno es relevante porque sea creyente o no de la propuesta religiosa, lo cierto es que el calendario moderno se basa en un cálculo estimado del nacimiento de Jesús, y este es un hecho que por sí mismo merece nuestra atención.

La arqueoastronomía ha estudiado a las Escrituras para explicar este episodio del Nuevo Testamento, tomando en cuenta que la fecha que asumimos como el nacimiento de Jesús no es la correcta, porque los cálculos propuestos en el siglo V por el monje bizantino Dionisio el Exiguo, creador del cálculo del  Anno Domini están errados; pues el monje no consideró ciertos factores matemáticos e históricos, así que el nacimiento de Jesús debió suceder entre los años 7 y 4 a. C. hecho que hoy es aceptado por el mismo Vaticano en el libro La infancia de Jesús (Ratzinger, 2012), escrito nada menos que por el mismo papa emérito Benedicto XVI. En este texto se asume que la conjunción de Júpiter y Saturno es una propuesta aceptable para asumir que se trata de la Estrella de Belén.

A través de los tiempos, explicar la extraordinaria aparición de la Estrella de Belén ha suscitado controversias entre los especialistas. Para algunos podría tratarse de Venus, aunque Venus cambia de posición en el cielo, se conoce muy bien sus movimientos, los registros son sistemáticos y su movimiento no sería algo extraordinario en el cielo; para otros, tal vez se trató de una supernova, que es un aumento de la luminosidad de una estrella por la explosión de la misma o de una nova, que corresponde sólo a la explosión de las capas superficiales de una estrella, de ello hay un registro en China, de lo que parece ser la explosión de una supernova en el año 5 a. C., pero satélites modernos no registran evidencias de este suceso en los rastros que dejaría semejante explosión. También se propuso que fuerael cometa Halley, el más famoso de todos los cometas, muchas pinturas antiguas representan un cometa para este suceso, el Halley es visible cada 75 años en promedio por un lapso de dos meses, pero su aparición para este período sucedió en el año 12 a. C., así que no pudo ser, como tampoco el cometa Hale-Bopp; pero qué tal un meteoro o una estrella fugaz, pero estos fenómenos o una lluvia de estrellas son tan efímeros que no se pueden tomar en cuenta. Por otra parte, las demás estrellas del firmamento quedan descartadas porque siguen caminos fijos, sin cambios espectaculares que se supone caracterizan a la Estrella de Belén.

Así que vale considerar ¿y si la Estrella de Belén no fue un objeto tan brillante, sino algo que sólo los Reyes Magos podrían interpretar? Según las fuentes históricas y la tradición, entendemos que los tres Reyes Magos eran eruditos religiosos destacados por sus conocimientos en astronomía, eran astrólogos del entonces imperio parto (antigua Babilonia) que estudiaban el movimiento de los planetas y las estrellas, desentrañando el significado de los cambios en el cielo. Herodes y sus consejeros no sabían de la estrella, no la habían visto. Retomando las Escrituras al griego original del Evangelio, encontramos que dice en griego “vimos su estrella en su ascenso por el oriente” esto significa en términos de astronomía moderna que se trata de una ascensión helíaca, que corresponde a una estrella matutina porque se ve por encima del Sol, esto es que sale antes del Sol, después de un período en que no se ha observado por meses o años. Lo trascendente es que tenemos una conjunción planetaria en ascensión helíaca entre los meses de abril a mayo del año 6 a.C. se trata de una triple conjunción entre Júpiter y Saturno, donde ambos planetas se aproximaron en el cielo tres veces entre los años 7 y 6 a. C. Esto ocurre cuando hay una alineación entre el Sol, la Tierra, Júpiter y Saturno. La conjunción de Júpiter y Saturno en esa época sucedió en el signo zodiacal de Piscis.

Así que en términos simbólicos propios de la astrología del Medio Oriente de ese momento tenemos que un gran rey (planeta Júpiter) de justicia (planeta Saturno) nace (ascensión helíaca) entre los judíos (constelación de Piscis). Júpiter como rey naciendo antes que el Sol en conjunción con Saturno en Piscis sería interpretado como el nacimiento del Rey de los Judíos. Los “Reyes Magos” entendieron así la conjunción de Júpiter y Saturno como el anuncio del nacimiento del Rey de los Judíos, por lo tanto, viajaron de Oriente (actualmente Irán) a Jerusalén, un trayecto de unos 800 km que bien les pudo tomar un mes en recorrer. La conjunción sólo los llevó hasta Jerusalén, donde cuestionaron al rey Herodes, sobre donde se encontraba el recién nacido, Herodes sorprendido propone que, según las profecías judías (Miqueas 5:2), el lugar de nacimineto sería Belén, 10 km al sur. A partir de ese momento, es el asterismo que hoy denominamos Cruz del Sur quien los guiará hasta Belén.

Sorprende entonces que a unos cuantos días de la Navidad, durante el solsticio de invierno, tengamos de nuevo en el firmamento a la “Estrella de Belén”, brindándonos una esperanza para sobreponernos a esta agobiante pandemia.

 

FOTO: Adoración de los Reyes Magos, (1303-1305), de Giotto di Bondone./ Especial

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