Misterios por resolver de la sala oscura

Jul 28 • Conexiones, destacamos, principales • 6785 Views • No hay comentarios en Misterios por resolver de la sala oscura

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El éxito de clásicos como La naranja mecánica, Tiburón, El exorcista y Matrix es abordado en Misterios de la sala oscura (Taurus). “Elegí el ensayo literario porque tiene una esencia lúdica en la que no llegas a una conclusión tajante, sino que reflexionas en torno a una idea”, dice en esta entrevista su autora, Fernanda Solórzano

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POR CARLOS RAMÍREZ

Muy lejos de ser una recopilación de críticas sobre ciertos filmes que dejaron un rastro tras de sí en su época, Misterios de la sala oscura: Ensayos sobre el cine y su tiempo (Taurus, 2017), de Fernanda Solórzano, es un juego de asociaciones con el lector que se asemeja a la resolución de un crimen. Las pistas, evidencias y datos que la crítica de cine devela a manera de ensayo alrededor de cada cinta tienen la finalidad de servir como instrumento al lector para que sea él mismo quien resuelva el misterio.

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Desde la aparición de plataformas digitales como Rotten Tomatoes o Metacritic que compilan reseñas de manera pública, el lugar del crítico cinematográfico es aún más pequeño de lo que parece y el misterio de las películas se queda sin resolver. Un artículo del New York Times titulado “Attacked by Rotten Tomatoes” (Brook Barnes, 2007), que causó polémica tras su publicación, evidencia la creciente influencia de estos sitios, a los cuales el cineasta Martin Scorsese denuncia como falsos y amarillistas por despreciar con bajas calificaciones filmes de Jane Campion, Robert Altman y Darren Aronofsky y ensalzar producciones para el merchandising como la serie fílmica de Disney, Avengers (Joss Whedon, 2012).

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Solórzano, quien comenzó a ejercer su labor como crítica en la revista Viceversa y en el suplemento sábado del diario unomásuno, señala que la proliferación de las redes sociales, blogs y sitios web es también la proliferación de opiniones que no necesariamente se rigen bajo criterios del análisis cinematográfico. Al contrario, para ella este fenómeno es un dragón de dos cabezas: mientras que los medios tradicionales, televisión, radio y periódico, no le otorgan un lugar serio a la crítica, internet brinda un espacio con libertad para escribir acerca de cualquier película.

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Pese a que en su tiempo películas como Tiburón (Steven Spielberg, 1975), El Exorcista (William Friedkin, 1973) y Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) representaron los primeros pasos del fenómeno hollywoodense must see, y recaudaron altas cantidades de dinero debido a las filas de personas que rodeaban los complejos cinematográficos, su éxito no se fincó exclusivamente en el merchandising.

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En Misterios de la sala oscura, Fernanda Solórzano ahonda en La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971), El último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1976), Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976) y Matrix (hermanos Wachowski, 1999), además de las cintas antes mencionadas, entretejiendo distintas líneas de investigación, para explicar cómo es que estas producciones marcaron a toda una generación y se convirtieron en íconos de la cultura popular.

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¿Qué implicó la elaboración de tu primer libro y por qué realizarlo?
Investigación, mucha investigación. Me da pena decirlo, pero tardé mucho tiempo en publicarlo no sólo por la investigación que requirió, sino en parte por proyectos personales. Había temporadas en las que escribía mucho y otras en las que lo abandoné totalmente. En cada situación, cuestión o pregunta que me planteaba había que leer libros completos y ver una serie de películas sobre determinados temas. A veces las películas me llevaban a otras películas. Y así consecutivamente. También, en lo particular, escribir es sufrir. Por lo que no era fácil llegar y escribir y construir, y yo cuando lo hago me demoro mucho.
En cuanto al por qué, pienso que los que hacemos crítica cinematográfica tenemos la sensación de que lo que escribimos es temporal y desaparece, por lo que me interesó conjuntar algo atemporal de una manera ensayística. No me considero periodista porque estoy consciente de que esa profesión exige un rigor periódico en la manera de escribir. Mi deseo fue aterrizar todo lo que había hecho hasta ahora en algo concreto como lo es un libro. Y fue una oportunidad para escribir sobre películas atemporales, no necesariamente las que están en cartelera, de una forma diferente a la crítica, que en cierta manera tiene una estructura definida y deja a un lado la vaguedad. Elegí el ensayo literario porque tiene una esencia lúdica en la que no llegas a una conclusión tajante sino que reflexionas en torno a una idea. Es por ello que Misterios de la sala oscura es un juego con el lector sobre las asociaciones que hago con distintas películas, basadas en datos duros y otras líneas tejidas de manera personal que tienen que ver con los hechos no planeados alrededor de los filmes.

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¿Por qué Misterios de la sala oscura?
Porque pretendo descifrar el misterio en cada película: si el éxito que obtuvieron y su consagración como paradigmas en la historia del cine es a causa de accidentes, mercadotecnia o sensibilidades de la época. Cuántas películas no tienen un aparato de publicidad al año y no necesariamente van a marcar a una o dos generaciones. El misterio que pretendo resolver en este libro es ¿qué hay detrás de esa permanencia de estas películas? A veces vemos una película y pensamos que todo estuvo absolutamente planeado para provocar ciertas sensaciones en el espectador, pero no es así, hay accidentes dentro de cada filmación como cancelar ciertas escenas o cambiar de actor que al final repercuten en el impacto al público. En cada cinta me planteo esas preguntas para llegar al final del misterio.

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Mencionas el caso de la Naranja mecánica, que en su tiempo provocó una ola de actos violentos en la juventud inglesa; pero después pones en evidencia que la violencia en Inglaterra es antigua.
Sí, en su momento muchos pensaron que Kubrick desató un tipo de pandillerismo por su película, incluso él mismo llegó a detener la exhibición de su obra; pero, en efecto, mi propósito era evidenciar por medio del contexto que en Inglaterra se originaron este tipo de pandillas violentas que adoptaban códigos de vestimenta porque desafiaban a estratos sociales más altos. Y así, en cada cinta voy situando este espejo que nos muestre las caras que esconde la realización de la película en su contexto histórico.

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¿Por qué la mayoría de las películas de las que hablas corresponden al Nuevo Hollywood?
La selección de las películas responde propiamente a un gusto particular. No es una lista de las mejores o las más representativas, porque por cada una de las que escogí pudieron haber entrado cien. Pero a mí me interesa mucho el Nuevo Hollywood, esta generación de directores de los Estados Unidos que le arrebatan el poder a los estudios de Hollywood y revolucionan el cine debido a que en esa época se utilizaba una fórmula repetitiva. Scorsese, Coppola, Spielberg, De Palma y Lucas pelean por el poder en Hollywood e imponen sus ideas. Coppola mismo se vuelve una especie de padrino en esa camarilla, pero es curioso que dentro de ese grupo hay, también, varias diferencias. Spielberg, por ejemplo, no empezó en una escuela de cine sino desde una estrategia de caballo de Troya, inmiscuyéndose en los estudios y tomando cada vez más parte del oficio. Pienso que el cine de estos directores sigue influyendo hasta hoy en día, por no decir que muchos de ellos siguen haciendo cine que destaca.

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¿Cuál es el panorama de la crítica en medio de las plataformas digitales de reseña?
No me gusta ser pesimista, pienso que el panorama para el crítico de cine no es oscuro. Al contrario, con el internet todo mundo opina. Pero también pienso que hay una responsabilidad de parte del lector, quien debe contar con cierto rigor a la hora de leer crítica y exigir argumentos sólidos. Ahora hay más películas que están hechas para el merchandising de una manera muy cínica. Y son apoyadas por este tipo de sitios, por lo que en lo que respecta a la crítica hay que buscar entre la paja un diamante.

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¿Qué parámetros deben regir la crítica cinematográfica?
Es peligrosa la crítica que dice “ve esta película” porque es una especie de promoción velada. Ni siquiera podría nombrarla crítica. Y es precisamente lo que hacen plataformas como Rotten Tomatoes. Aunque es complejo sostener la objetividad a la hora de escribir, los pactos de publicidad que existen entre los medios y las productoras son muy evidentes. De ahí que las revistas de cine en México dependan mucho de ciertas pautas que imponen las distribuidoras, y por lo tanto si no se apegan a ellas es muy difícil que subsistan por el nulo apoyo a ellas. Por eso es que el análisis es nulo, y la promoción es vasta. Para mí, la crítica cinematográfica es como una conversación, puede ser muy agitada, en términos fuertes, pero también puede ser amena, y no termina con un “yo tengo la razón” o con ataques personales. En mi perspectiva, parto de querer poner una discusión sobre la mesa con el mayor número de elementos posibles que sustenten tu postura. En México no es existe la carrera de crítico de cine, por lo que los críticos son autodidactas y complementan sus ideas con sus conocimientos.

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¿Cómo llega tu pasión por el cine y, después, por la crítica cinematográfica?
Mi primera pasión fue la lectura y no fue impuesta ni por mis padres ni por la escuela. Mi mamá leía todo el día y a mí me intrigaba saber que había en los libros que la mantenían así. Y ella dejaba los libros por ahí y yo los leía, aun cuando no fueran cosas para niños. La pasión por ver cine llegó en la adolescencia, cuando tenía los medios para salirme de mi casa e ir a un lugar para ver cine como las muestras, las retrospectivas y los ciclos, que era lo más común. Soy una persona muy solitaria y el cine se convirtió en una manera de confluir esta pasión con mi personalidad y lo disfruté mucho.

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El oficio de la crítica empató con mi otra pasión de la escritura y fue que escribiendo ensayos de cine descubrí esta otra pasión, además de que tuve muy buenos maestros como Tomás Pérez Turrent, Leonardo García Tsao y Alejandro Pelayo. Terminando la carrera comencé a trabajar en la revista Viceversa y conocí a Mónica Braun, quien publicaba en el suplemento sábado, dirigido por Huberto Batis. Ahí me otorgaron el espacio de crítica de cine. Después emprendí con Jorge Zepeda la revista dominical Día 7 de EL UNIVERSAL. Y luego a la redacción de Letras Libres. Durante todo ese tiempo seguía publicando constantemente en varias revistas. Hasta hoy.

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FOTO:  La crítica de cine Fernanda Solórzano, en su casa de la Ciudad de México. / Ariel Ojeda / EL UNIVERSAL

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