Palinuro en la escalera: el humor catalizador de la tragedia
Esta pieza teatral, integrada en Palinuro de México, es una denuncia del autoritarismo y conservadurismo de la sociedad mexicana, pero también resalta el espíritu utópico del Movimiento estudiantil de 1968
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POR JUAN HERNÁNDEZ
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El capítulo 24 de la novela Palinuro de México (1977), ganadora del Premio Rómulo Gallegos en 1982, de Fernando del Paso (1934-2018), fue escrito en forma de texto dramático y titulado Palinuro en la escalera; obra dramática sobre los sucesos del 68 en tono satírico, que acude a la comedia del arte italiana y también a la tradición de la picaresca del teatro del Siglo de Oro español, que hereda la cultura mexicana.
El director Mario Espinosa la estrenó hace 25 años, en el XXI Festival Internacional Cervantino, en lo que sería un suceso esencial en la historia del teatro mexicano. La irreverencia del tono para tratar un tema que, hasta ese momento, había sido asumido con solemnidad, convierten a la tragedia en suceso que trasciende el discurso convencional y, en el contexto de la fantasía que produce el teatro, el texto dramático denuncia los excesos del poder, el autoritarismo, el conservadurismo de la sociedad, pero también resalta la utopía, la esperanza, los sueños y anhelos de la humanidad de un mundo justo.
Luego de aquel estreno, coproducción del Festival Internacional Cervantino, el Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad de Guadalajara, Palinuro en la escalera vuelve a ser retomado por Mario Espinosa, quien esta vez la dirige junto con Clarissa Malheiros, con un elenco integrado por Diego Alonso, Andranik Castañón, Yoalli Michelle Covarrubias, José Covián, Silvia García, María Kemp, Itziar Larrieta Mena, Luis Javier Morales, Grissel Ocampo, Fátima Sámano, Sabrina Tenopala, Andrés Tirado Díaz de León y Elías Toscano, egresados del Centro Universitario de Teatro de la UNAM.
Una puesta en escena delirante, que hace justicia al lenguaje de Fernando del Paso, quien falleció este 14 de noviembre. Del Paso es autor también de la obra de teatro La muerte se va a Granada, en la cual imagina como habrían sido los últimos días del poeta granadino Federico García Lorca, por quien sentía admiración profunda.
Volviendo a Palinuro en la escalera, actualmente en temporada en el Foro del Centro Universitario de Teatro, el autor de Noticias del Imperio, relata un hecho que marcó la historia de México: la represión del Movimiento estudiantil de 1968, a partir de la creación de un universo poliédrico y, desde luego, con la sabiduría de quien conoce la fuerza de la ficción.
En la obra se relata un suceso: Palinuro, un estudiante, va al encuentro de la muerte, mientras se arrastra por los tres pisos del edificio en el que vive, en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, luego de haber sido golpeado por las tanquetas del ejército, en la manifestación estudiantil del 27 de agosto de 1968, frente a Palacio Nacional.
Los directores Mario Espinosa y Clarissa Malheiros construyen una puesta en escena que dialoga con el pensamiento del dramaturgo. El montaje es una sólida puesta en vida de uno de los momentos de la historia de México que, desde la excelsitud de la creación artística, pone por lo alto aquello que habremos de llamar arte político.
La propuesta escénica pone en juego aquello que ya Del Paso propone en el texto: una exacerbación digamos barroca del lenguaje, la sobre exposición de la sátira y, desde luego, los elementos reconocibles de la comedia del arte italiana, como la máscara, vestuario carnavalesco, diálogos sencillos y puntillosos, manejo corporal acrobático, y los ya clásicos personajes “Colombina”, “Pantalone” y “Arlequín”.
El resultado, en este caso, es de una efectividad exquisita, sobre todo porque consigue redimensionar la tragedia, el dolor, así como la presencia burlesca y amenazante de la muerte. La muerte, como personaje, es fundamental en la puesta en escena, toda vez que permite la enunciación de las vidas arrebatadas de jóvenes que se atrevieron a desafiar al poder omnímodo, concentrado en aquella mano presidencial, en forma de cartón, que atraviesa el escenario, metáfora de la vida pública.
Los actores, egresados del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, rindieron homenaje a Fernando del Paso, en una función el pasado jueves, en la que pusieron en juego no sólo años de entrenamiento, también la comprensión del lenguaje, tanto del argumento dramático como de la propuesta escénica, para dar vida al pensamiento que se alza en el espacio en la forma de una obra maestra.
Palinuro en la escalera o el arte de la comedia, de Del Paso, es adaptada a través de un diálogo fructífero y creativo por los directores de la puesta en escena. Mario Espinosa y Clarissa Malheiros, dos creadores de trayectoria, se regodean en la naturaleza lúdica del lenguaje del texto dramático y del teatro, en tanto puesta en vida del logos y el pathos. El resultado es una pieza sobre el Movimiento estudiantil de 1968, desacralizadora del suceso histórico, que encuentra su real dimensión en la propensión del arte a lo trascendente y universal.
El punto de vista crítico sobre el ejercicio del poder, la forma irreverente de la narración, el estilo lúdico, el desarrollo de las tradiciones de la lengua española y del teatro de otras épocas en el entendimiento de la contemporaneidad, colocan a Palinuro en la escalera como una texto dramático imprescindible de Fernando del Paso.
La puesta en escena de Mario Espinosa y Clarissa Malheiros, con los actores egresados del CUT de la Universidad Nacional Autónoma de México, se convierte en homenaje a Del Paso, pues no hay mayor elogio para un dramaturgo que ver su obra encarnada. Los actores le dan vida al texto con la energía de la juventud, el conocimiento de una formación sólida y la admiración por uno de los grandes escritores mexicanos, cuyo legado lo convierte en un clásico de la literatura en lengua española.
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FOTO: Palinuro en la escalera o el arte de la comedia, de Fernando del Paso, dirección de Mario Espinosa y Clarissa Malheiros, con Diego Alonso, Andranik Castañón, Yoalli Michelle Covarrubias, José Covián, Silvia García, María Kemp, Itziar Larrieta Mena, Luis Javier Morales, Grissel Ocampo, Fátima Sámano, Sabrina Tenopala, Andrés Tirado Díaz de León y Elías Toscano; música original e interpretación de Cristóbal MarYán, escenografía e iluminación de Natalia Sedano, vestuario de Adriana Olivera y movimiento escénico de Marcela Aguilar, se presenta en el Foro del Centro Universitario de Teatro (Centro Cultural Universitario, Insurgentes Sur 3000), jueves y viernes a las 20:00, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00, hasta el 9 de diciembre, y luego del 17 de enero al 3 de febrero de 2019./ José Jorge Carreón / Cortesía Teatro UNAM.
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