“Gran gato solar”: un poema a Eduardo Lizalde escrito por Malva Flores

May 28 • destacamos, principales, Reflexiones • 1511 Views • No hay comentarios en “Gran gato solar”: un poema a Eduardo Lizalde escrito por Malva Flores

 

Este poema fue publicado originalmente en el libro Galápagos (Ediciones Era, 2016)

 

POR MALVA FLORES

y él, último ejemplar, todos el último

Eduardo Lizalde

Esos jóvenes tigres que cierran el cortejo del rey en calcetines, atados con un lazo de alcoba, balancean la cabeza complacidos: doscientos veinte kilos de pura velocidad transformada en tiovivo. Tócalos, le digo a la criatura que observa en el paso del circo sus ojos abismales, aquel brillo clonado de una especie mayor, inaccesible.

 

Ya no hay más tigre aquí: parecen, y ahora siguen los pasos del ungido arlequín que va contando cuentos en la feria y encabeza el desfile. Tócalos. Ya no muerden. Acaso queden dos, tres, tigres carniceros, reales.

 

Cuando Él dijo Fiat Tigris jamás pensó escuchar plañideras camadas maullando en la azotea o paseando gentiles por la calle. Un sol de otro horizonte aún lamía sus belfos luminosos de sangre. Hundido en la espesura, acechaba la luz: esa bengala por la que transita.

 

Tócalos sin temor, repito a la criatura absorta en el prodigio domado. Oye su ronroneo. Al genuino lo encuentras por la voz y quedan dos, tres, altas, divinas bestias, que emponzoñan la noche con su grito de espanto.

 

Poza de luz y semen, el Sanguinario bebe su propio hedor a rayas: esplende entre brillos ahumados de vasos y botellas, se arroja al río de su contemplación y emerge puro, solo, irrepetible. Un látigo de plumas avista su llegada a la cima del risco. Abajo, la simulada prole avanza: satín y cascabeles. Abrázalos, insisto. Acaricia su piel de terciopelo y nylon.

 

Ya se inclina por fin el gorro colorido: risa del arlequín que gesticula o danza. Ha terminado el cuento y los jóvenes tigres replican caravanas. Arriba, nada perturba al oro displicente en el risco: el gran gato solar, coronado de tedio, mira que el circo pasa.

 

FOTO: Archivo UNIVERSAL

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