HAY oxígeno en tiempos de asfixia
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Con 30 años de historia, el Hay Festival convoca a escritores y artistas a un diálogo constante con sus públicos, una apuesta por poner a la literatura en el centro de los festejos comunitarios
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POR CARMEN BOULLOSA
Cuenta la leyenda que una partida de póker dio la señal de salida a nuestro Festival (y digo “nuestro” al que nació cuando Norman, Rhoda y Peter Florence, con la ganancia de un juego de cartas, costearon el primer HAY en Hay-on-Wye, la “aldea de los libros” en Gales, región golpeada por sus propios recursos naturales subterráneos, dos veces castigada por la explotación de las minas de carbón).
Llamo al Festival “nuestro”, no sólo porque, al empezar los noventas del siglo XX, tuve la suerte de estar en Gales, como residente en la casa de escritores de la región. Gales era entonces triste, no se recuperaba del prolongado conflicto minero. Era también en extremo bello. Fui de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, leyendo –y escribiendo–poemas, y amé esa tierra.
Lo digo nuestro, porque el HAY es ya nuestro nuestro. El juego, el azar de aquella mítica partida de póker de los Florence y la belleza de la tierra despojada propiciaron la multiplicación de certezas. Tomando la mano de la inteligencia y la imaginación de Peter Florence y su maravilloso equipo de colaboradores, el azar, el juego y la inteligencia produjeron brotes en distintos continentes: el HAY FESTIVAL convoca también a escritores y artistas ante multitudes en Querétaro, Cartagena, Segovia, Medellín y Arequipa, entre otras ciudades.
Nuestro Festival concilia el espíritu de la que sea su ciudad sede en turno, y suma a éste las inquietudes y los intereses del Mundo. El Libro y sus provocaciones encuentran la posibilidad de festejo comunitario y de reflexión escrupulosa, iluminándose de las bienhechuras de la Aldea.
Pocos espacios de mayor revelación que el HAY FESTIVAL: desnuda el esqueleto escondido de todo buen libro: el centro está en el Mundo, y el punto central está en La Palabra –la poesía, el pensamiento, la ficción, la trama, el ensayo, el ejercicio intelectual e imaginario.
Sobresale más el HAY en estos años escalofriantes con Trump al norte y otras pesadillas a bordo.
El HAY FESTIVAL es oxígeno en tiempos asfixiados. Que viva el HAY FESTIVAL; vivámoslo también con Daniel Mordzinski.
Daniel Mordzinski es cómplice, resonancia, compañero y pareja del HAY FESTIVAL.
Nuestro Festival, imán que atrae multitudes y la silenciosa intimidad de las imágenes de Mordzinski se retratan el uno al otro. El HAY y Mordzinski son una dupla espectacular (juguetones, antisolemnes, teatrales, revelatorios, socarrones, intensamente inteligentes), incitan al asistente y al escritor o artista a enlazarse en el punto de encuentro de la imaginación, la difusión, el convite y el pensamiento severo.
HAY FESTIVAL y Mordzinski, teatrales y sinceros, espontáneos y montajes, penetrantes y fiesteros bailarines, cavilan sobre el presente, el futuro y el pasado. Y ríen.
FOTO: La escritora Wendy Guerra es autora de la novela Posar desnuda en La Habana, que parte de los diarios de la escritora Anaïs Nin en la capital cubana. / Retrato de Daniel Mordzinski, tomado del libro Bogotá 39: retratos y autorretratos.
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