“Irineo”: la explotación laboral minera escrita por Alejandro del Castillo

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En entrevista desde Australia, el escritor Alejandro del Castillo habla sobre su libro, ganador del Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2019; la obra retrata la precariedad y la violencia que sufren los mineros mexicanos en sus lugares de trabajo

 

POR JOSÉ JUAN DE ÁVILA
Desde Australia, Alejandro del Castillo debutó más o menos con el pie derecho en la literatura mexicana. Su ópera prima, Irineo (Ediciones Cuadrivio, 2020), ganó el Premio Internacional de Novela Breve Rosario Castellanos en 2019, aunque el joven narrador admite que fue desdeñada en dos certámenes previos en México.

 

“Creo que fue Guillermo del Toro el que dijo que muchas veces es imposible ver todos los fracasos que hay antes de un éxito, esa idea se aplica a mi novela”, comenta en entrevista desde Melbourne, la víspera de la presentación el 3 de julio de Irineo para la comunidad hispanoamericana-australiana.

 

Pero quizá le ha ido mucho mejor en el país de los canguros, los koalas, Men at Work, The Bee Gees y Nicole Kidman, a donde llegó en 2018 para una maestría, gracias al generoso Endeavour Leadership Program del gobierno australiano y a una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

 

Está por terminar allá su primer libro de poesía, escrito incluso en la sala de espera de una alberca pública en Melbourne, una ciudad en cuya universidad no sólo obtuvo una maestría, sino colabora con videos educativos para la comunidad y estudiantes de Medicina sobre el trato a pacientes transgénero.

 

También está por publicar en su editorial el poemario M Other Land (juego de palabras intraducible sobre la madre patria y la nación que acoge a migrantes), de Asiel Adán Sánchez, escritor, médico y activista de los derechos de la comunidad LGBT, de origen mexicano, cuya obra académica y literaria (ganadora ésta ya de importantes premios) es una exploración entre género, cultura, sexo e identidad.

 

M Other Land, coeditada con la Universidad de Melbourne, es una exploración de Asiel Adán de sus raíces mexicanas, sus padres migraron en los 80 a Australia; también es una exploración de su aceptación como ‘persona no binaria’, con muchos referentes culturales a México”, adelanta el editor.

 

Irineo, que concursó por la bolsa de 100 mil pesos que da el gobierno chiapaneco con el título De cercar la tierra, comenzó a gestarse en 2014 como “obsequio” al padre del autor, minero de profesión, y se publicó en coedición de Cuadrivio, Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas y Secretaría de Cultura federal en 2020 cuando murió aquel, sin que su hijo pudiera regresar a México a despedirse debido a las restricciones de viajes que se impusieron en Australia debido a la pandemia.

 

Su historia es narrada con la economía de lenguaje que Del Castillo aprendió de su contacto con la literatura en inglés (no por nada su tesis en Letras fue sobre la novela El sonido y la furia, de William Faulkner); seca, dura, en muchos fragmentos, como rocas rotas extraídas de la mina-escenario.

 

“Irineo encarna las condiciones laborales de explotación, de falta de educación, de mucha violencia y carencias que viven los mineros y, en general, los trabajadores en México, y cómo se persiguen necesidades fundamentales para el espíritu humano; uno se identifica fácilmente con sus personajes, en particular con Irineo, por ese retrato de sus movimientos, aspiraciones, preocupación por su hija, remembranza por una esposa perdida. Es una representación de lo que nos conforma como seres humanos, al margen de cualquier situación, lugar o contexto en que nos encontremos”, explica el autor.

 

“Mucho de la historia viene de la vida de mi padre, él estuvo muy involucrado con la industria minera por lo menos tres décadas. Desde pequeño él nos llevaba a la mina donde trabajaba, que no era subterránea, sino más bien era un cerro que se explotaba. En 2014, a raíz de un accidente que tuvo, me tocó involucrarme de lleno en ese mundo, principalmente para intentar salvaguardar sus bienes y posición en ese lugar, con la esperanza de que se fuera a recuperar, pero la mina cerró al final”, cuenta.

 

Del Castillo (Ciudad de México, 1987) tuvo que irse a vivir a Mixquiahuala, un pueblo en Hidalgo vecino a la mina, que visitaba a diario y donde conoció así las historias de los mineros, que terminaron como personajes de su primera novela, con sus experiencias de corrupción en toda la industria.

 

La estructura de Irineo, dividida en pequeñas piezas a manera de capítulos, con títulos como si fueran relatos independientes, obedece al deseo de su autor de plasmar la idea literal de la fragmentación.

 

“Es la imagen del marro sobre la piedra y este desmoronarse de la piedra, saber que en algún punto fue unidad, un conjunto, y después del golpe queda desmoronado en suelo, convertido en piedras pequeñas e independientes, pero que en algún momento fueron una unidad”, explica el narrador, poeta, maestro en Gestión del Arte por la Universidad de Melbourne y director fundador de la editorial Revarena.

 

Del Castillo ha tenido la fortuna de contar también con el apoyo de la embajada de México en Australia, con quien ya ha hecho coediciones bilingües e incluso fue invitado a presentar a Emiliano Monge cuando el autor de No contar todo (Random House, 2018) acudió al Melbourne Writers Festival 2019, un evento en el que el narrador está otra vez programado para la edición de septiembre próximo.

 

El 27 de mayo pasado, Cuadrivio presentó Irineo en Facebook, con Luis Felipe Lomelí y Vanessa Téllez; su presentación en Australia, un mes después, estuvo a cargo de Santiago Ballina García, encargado de la Sección de Asuntos Políticos, Multilaterales, Culturales y de Turismo de la embajada, y de Gabriel Ochoa, catedrático de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Monash.

 

Además de Faulkner, Del Castillo admira la obra ensayística y narrativa de Aldous Huxley, por su puntualidad inteligente, sin palabras de más, como ya ocurre en la poesía, género que lee con fruición, en especial a las polacas Wislawa Szymborska, Nobel 1996, o Anna Swir. En su país adoptivo también conoció la obra del Nobel de 1973, el australiano Patrick White, en particular su novela The Three of Man, que destaca por su estilo seco, emparentado quizá con su propia narrativa mostrada en Irineo.

 

“Me recuerda la premisa de Octavio Paz: ‘La poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos’. Si uno escribe, es más lo que lee y aún más lo que borra”, subraya.

 

Su experiencia de la pandemia en Australia se enmarcó en “un encierro brutal”, en el que tuvo que afrontar la pérdida de su padre, con la carga emocional y psicológica de no haberse despedido de él. No obstante, profesionalmente ha mantenido una fuerte actividad editorial y literaria en aquella nación.

 

“La comunidad hispanoparlante es muy grande toda Australia, principalmente procedente de Colombia, Chile y México. El gobierno y sus departamentos de Cultura apoyan y tienen programas dirigidos a la diversidad cultural, en particular la hispanoparlamente; por tanto, uno se encuentra con muchos eventos, algunos tristemente de estereotipos sobre la cultura latinoamericana. Sobre la literatura, me encontré con casas editoriales independientes que publicaban antologías bilíngües de autores, en cooperación con estudiantes de traducción de distintas universidades; hay también mucho movimiento de hispanoparlantes en la academia, en las cátedras de Lenguas Modernas, están muy bien actualizados de lo que se está publicando y leyendo en Hispanoamerica. Hay tela en dónde cortar”, explica el editor.

 

Sobre la literatura que se hace en aquella región del mundo, Del Castillo destaca casos como la novela No Friend but the Mountains: Writing from Manus Prison, ganadora del 2019 Victorian Premier’s Literary Award, escrita por el periodista kurdo-iraní Behrouz Boochani desde el centro de detención de migrantes de Isla de Navidad por medio de mensajes en Whattsapp desde su celda, que envió a un amigo que la transcribió, editó, tradujo, publicó y envió al concurso literario australiano de mayor prestigio.

 

FOTO: Alejandro del Castillo es también fundador y editor de la revista de poesía Revarena/ Crédito de foto: Facebook Alejandro del Castillo

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