La cooperación internacional
El Prix Voltaire es un premio otorgado a la labor editorial ante los riesgos que conlleva en el mundo; el autor ofrece ejemplos de resistencia contra la represión cuando la libre expresión incomoda
POR HUGO SETZER
Presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Caniem, y expresidente de la Unión Internacional de Editores. Twitter: @HugoSetzer
En la entrega anterior hablábamos del valor de la cooperación entre empresas de una misma industria, como la editorial, a nivel nacional. Pero, ¿qué pasa en el contexto internacional?
La Cámara de la Industria Editorial, que, como vimos antes, agrupa a los editores mexicanos de libros y revistas, está afiliada, desde su fundación en 1964, a la Unión Internacional de Editores (UIE).
La Unión Internacional de Editores es la federación más grande del mundo de asociaciones de editores nacionales, regionales y especializados. Su membresía se compone de 92 organizaciones en 76 países en todo el mundo. A través de sus miembros, la UIE representa a miles de editores individuales que atienden mercados que sirven a más de 5 mil 600 millones de personas.
Una de las principales actividades de la Unión Internacional de Editores es la organización del Congreso Internacional de Editores. La primera vez que se llevó a cabo en México fue en 1984, como comenté en una colaboración previa.
Ahora los editores mexicanos estamos muy entusiasmados porque en 2024 seremos nuevamente sede del congreso, en esta ocasión en la ciudad de Guadalajara, para coincidir con la mayor fiesta del libro y la lectura en habla hispana, que es la FIL (Feria Internacional del Libro de Guadalajara), y el 60 aniversario de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.
La Unión Internacional de Editores, que organiza estos congresos desde hace más de 125 años, se fundó en París en 1896, como una federación de organizaciones editoriales nacionales. Fue establecida para promover la firma del Convenio de Berna, que había sido adoptado sólo diez años antes, y para defender la libertad de publicación. Esos fueron y siguen siendo sus dos pilares.
El llamado Convenio de Berna es el principal marco legal que regula el Derecho de Autor en todo el mundo. Es administrado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, OMPI, con sede en Ginebra. La proximidad con la OMPI es una de las razones por las que la Unión Internacional de Editores tiene también sus oficinas en Ginebra.
En el extremo suroeste de Suiza que se extiende hasta Francia, Ginebra es una de las ciudades más cosmopolitas de Europa. Diversas agencias internacionales, como la Cruz Roja, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, tienen su sede en el distrito de las Naciones de la ciudad, justo al norte del lago de Ginebra. Aquí también se encuentra el Palacio de las Naciones, que fue alguna vez sede de la Liga de las Naciones, ahora sede europea de las Naciones Unidas.
El segundo gran tema que ocupa a la UIE es la libertad de publicación. De poco sirve contar con la mejor protección legal a la creación de autores y editores, si no hay libertad de expresión y de publicación. Este es, sin duda, uno de los elementos fundamentales para una adecuada convivencia democrática en una sociedad plural, crítica y participativa.
Lamentablemente vemos en todo el mundo, y México no es la excepción, ataques frecuentes a la libertad de expresión y de publicación, en un intento de limitar la opinión de quienes piensan diferente. Por ello, la Unión Internacional de Editores ha instituido un reconocimiento llamado Prix Voltaire a la libertad de publicación.
El nombre de este afamado premio es en honor a François-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, célebre filósofo y escritor francés del siglo XVIII, a quien se le atribuye la frase: “Podré estar en desacuerdo con lo que usted dice, pero defenderé con mi vida su derecho a expresarlo”.
Cuando tuve el privilegio de ser presidente de la Unión Internacional de Editores, decía que desearía que pudiésemos un día declarar desierto el Prix Voltaire. Sin embargo, este no ha sido el caso. Cada año se reciben decenas de candidaturas de editores en todo el mundo que son perseguidos, encarcelados y, en ocasiones, asesinados, debido a los libros que publican.
En 2020 tuve la oportunidad de entregar el Prix Voltaire a una valiente escritora y editora en Vietnam, Pham Doan Trang. Poco tiempo después, a fines de 2021, ella fue sentenciada a nueve años de prisión por “producir, almacenar y difundir información, materiales y artículos con el fin de oponerse al Estado de la República Socialista de Vietnam”.
Cuando le entregué su reconocimiento, Pham Doan Trang afirmó en su discurso de aceptación: “Los hombres y mujeres que trabajan para Liberal Publishing House arriesgan cada día su seguridad, su libertad y hasta su vida, sólo para publicar libros. El premio que recibimos hoy no sólo reconoce nuestros esfuerzos incansables, sino que representa la valentía de decenas de miles de lectores vietnamitas que han sido hostigados, detenidos e interrogados, únicamente por leer nuestros libros… Para nosotros, los libros no son simplemente libros. Para nosotros, los libros significan vidas, los libros significan libertad”.
Uno podría preguntarse por qué debería interesarnos en México que una editora sea encarcelada en Vietnam. Desde mi punto de vista, no podemos mantenernos ajenos a los acontecimientos internacionales. En un mundo cada vez más globalizado, lo que sucede en un país determinado tendrá sin duda repercusiones en todo el mundo.
El célebre escritor Yuval Noah Harari dice lo siguiente en su libro 21 lecciones para el siglo XXI:
“Los grandes desafíos del siglo XXI serán de naturaleza global. (…) Toda la humanidad constituye ahora una sola civilización, con todas las personas compartiendo retos y oportunidades comunes”.
Justo por ello se requiere de asociaciones de carácter global, como la Unión Internacional de Editores.
Con información del libro The Fifth Quarter Century: The International Publishers Association 1996-2021, disponible en formato electrónico bajo el sello Conecta, de Penguin Random House Grupo Editorial
FOTO: En 2020, Pham Doan Trang ganó el Prix Voltaire. La editora vietnamita fue encarcelada al año siguiente por “oponerse” al gobierno. Crédito: PEN AMERICA